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Unamuno vemos representadas en la Generación del 98 posturas muy diversas en relación con la religión.
4. Importancia de Unamuno y Antonio Machado en el grupo generacional: valores literarios que aportan y relaciones entre ellos.
Miguel de Unamuno
Unamuno es el escritor más representativo del 98 y todos sus compañeros de Generación admiraron y respetaron su formidable y contradictoria personalidad, la profundidad de su pensamiento y su estilo apasionado.
Toda su obra está llena de preocupación y problemática filosófica; pero sin perder su valor literario. El autor siente una gran angustia ante la muerte y un deseo de vida eterna, que permite al hombre seguir existiendo. El problema religioso y la búsqueda angustiada de Dios son un tema constante en su vida y en su obra. Evidentemente, el problema de España fue uno de los temas predilectos de Unamuno. Su preocupación por la situación del país le llevó a analizar todos los aspectos que habían conducido a la patria a ese estado de frustración. La descripción del paisaje castellano se convirtió en uno de sus objetivos, así como de sus gentes. Esta preocupación le llevó a afirmar: “Me duele España; ¡soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo!”.
Su estilo no tiene un claro propósito artístico; es seco, robusto y no siempre elegante, pero extraordinariamente exacto e incitante. Le interesa expresar su mundo interior y convencer a los lectores, por ese orden. De ahí que su tono sea apasionado y que sus razonamientos no estén ordenados, sino en un continuo movimiento de vaivén. Su vehemencia hace que utilice cadenas de sinónimos como si con una sola palabra no bastara para expresar todo su complejo y rico mundo interior.
Su producción literaria es muy extensa, utilizando todos los géneros literarios:
La novela es el género que utiliza para expresar sus propios problemas personales como la sed de inmortalidad, el sentido trágico de la vida y la lucha entre la razón y la fe. Destacan: La tía Tula (1921), Abel Sánchez (1917), San Manuel Bueno, mártir (1931) y Niebla (1914) el inicio de lo que él llamó nivolas: la presentación de las pasiones humanas desconectadas de los paisajes o los ambientes.
En poesía deja ver su honda preocupación religiosa.
Destacan: El Cristo de Velázquez, Teresa, Cancionero.
Ensayos y artículos en los que Unamuno expone sus preocupaciones patrióticas y el futuro del hombre más allá de la muerte.
Destacan: En torno al casticismo (1895), Por tierras de Portugal y España (1911), Andanzas y visiones españolas (1922), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), Del sentimiento trágico de la vida (1913), La agonía del cristianismo (1925).
Cuentos, como los recogidos en el libro El espejo de la muerte.
Dramas: Soledad, Raquel, El otro.
Unamuno es un modelo en el empleo del idioma. Utiliza un lenguaje sobrio pero vivo, expresivo e intenso. Huye del retoricismo e incluye una gran cantidad de términos populares con la finalidad de revitalizar el sentido de ciertas palabras. Además del referente principal de la Generación del 98, es uno de los pilares fundamentales de la lengua española del siglo XX.
Antonio Machado (1875-1939)
Antonio Machado se educó en la estética modernista y en el empleo de un lenguaje simple y conmovedor. En su poesía observamos una doble influencia: Romanticismo (Bécquer, Rosalía) y Simbolismo, lo cual lo sitúa entre los autores modernistas, aunque él no se queda sólo con la poesía como juego estético, sino que la define como una honda palpitación del espíritu, la auténtica emoción humana. Así, este autor representa la unión e imposible separación de ambos movimientos.
Los temas principales de su poesía son: los recuerdos y evocaciones de su propia vida, la preocupación por España, el paso del tiempo, la muerte y la búsqueda de Dios.
Su mundo interior está hecho de recuerdos, añoranzas, ensueños (mundos imaginarios creados por el deseo y la soledad); y por el sentimiento del paso del tiempo.
El paisaje es Castilla y es Andalucía, porque vivió en ambos lugares; son las gentes castellanas, su historia pasada y su vida presente. También es la realidad nacional vista con sentido crítico.
El amor de su mujer hace que salga por algún tiempo de su soledad y ensimismamiento. Pero vuelve a ellos cuando Leonor muere.
Entre sus obras en verso y con características modernistas escribió Soledades, galerías y otros poemas. Con marcada influencia del 98 elaboró Campos de Castilla.
También escribió teatro: La Lola se va a los puertos; y prosa: Juan de Mairena, Abel Martín.
En 1903 publica Soledades, ampliada posteriormente en 1907 con el título Soledades, Galerías y otros poemas. Esta obra es fundamentalmente modernista y, dentro de los temas de este movimiento, intimista y neoromántica. El Simbolismo está omnipresente para representar los estados de ánimo y las obsesiones del autor.
Su gran obra, Campos de Castilla, llegó en 1912, ampliada posteriormente en 1917. Además de los temas comentados, aparece el tema de Castilla, el sentimiento del poeta asociado al paisaje, la crítica a la “España de charanga y pandereta”, la esperanza en la juventud como elemento impulsor frente al atraso y la pobreza. Estos temas han motivado la inclusión del autor dentro de los autores del 98, puesto que los intereses y las preocupaciones de todos ellos eran coincidentes. Además de lo citado, el libro incluye unos cuantos poemas dedicados al recuerdo de Leonor, los “Proverbios y cantares” (composiciones breves de tema popular y pseudofilosófico) y el largo romance “La tierra de Alvaro González”. Esta obra no abandona completamente el Modernismo, a pesar de que incluye los poemas más conocidos de Antonio Machado.
Nuevas canciones (1924) recoge poemas escritos en Baeza y Segovia. En este libro adopta los metros cortos populares, la copla tradicional y los recursos expresivos del cante jondo, elementos que retomarán casi inmediatamente autores como Rafael Alberti o Federico García Lorca. Aparecen de nuevo los “Proverbios y cantares”, pero en este caso más depurados, sin elementos descriptivos.
5. Existe alguna relación estética o ideológica entre el modernismo y la generación del 98.
En general, se habla de Modernismo para referirse a un movimiento surgido en Hispanoamérica en los años 80 del siglo XIX, primero en prosa y después, mucho más importante, en verso bajo el liderazgo del poeta nicaragüense Rubén Darío. Rubén Darío se dedicó al cultivo del esteticismo, a la búsqueda del arte como supremo absoluto, al encuentro de la belleza como máximo ideal.
En cambió, se habla de Generación del 98 para referirse a un movimiento nacido del Modernismo pero que se sintió especialmente preocupado por los problemas nacionales de España y comprometido con su renovación social, política y cultural.
Mientras que el Modernismo deseaba superar las fronteras nacionales y poseer una ambición cosmopolita, la Generación del 98 se enfocaba sobre España, que era su mayor preocupación. El Modernismo fue una literatura de los sentidos, del color; la Generación del 98 creaba una literatura basada en las interioridades de los escritores, en su actitud íntima y radical ante el mundo.
Se ha considerado el Modernismo como una técnica, un fenómeno poético que se basaba en la retórica, en el enriquecimiento musical del idioma, en un lenguaje sensual al servicio de la belleza, en un lenguaje minoritario, pues era comprendido sólo por aquellos que sentían verdaderamente esa actitud ante el lenguaje.
Por otra parte, se considera que la Generación del 98 es antirretórica, su lenguaje se ciñe a la realidad, y sólo a la realidad española, abandona la musicalidad y lo sensual del lenguaje para reflejar en él la actitud vital de los escritores, el lenguaje de la Generación del 98 es un lenguaje válido para todos.
Se señala el año 1902 como fecha de comienzo del Modernismo en España, año en que Rubén Darío la visitó. El año 1898 será el año del comienzo de la Generación del 98.
6. De donde surge el nombre de la generación
La Generación del 98 es el nombre con el que se ha agrupado tradicionalmente a un grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social acarreada en España por la derrota militar en la Guerra Hispano-Estadounidense y la consiguiente pérdida de Puerto Rico, Cuba y las Filipinas en 1898
4. Importancia de Unamuno y Antonio Machado en el grupo generacional: valores literarios que aportan y relaciones entre ellos.
Miguel de Unamuno
Unamuno es el escritor más representativo del 98 y todos sus compañeros de Generación admiraron y respetaron su formidable y contradictoria personalidad, la profundidad de su pensamiento y su estilo apasionado.
Toda su obra está llena de preocupación y problemática filosófica; pero sin perder su valor literario. El autor siente una gran angustia ante la muerte y un deseo de vida eterna, que permite al hombre seguir existiendo. El problema religioso y la búsqueda angustiada de Dios son un tema constante en su vida y en su obra. Evidentemente, el problema de España fue uno de los temas predilectos de Unamuno. Su preocupación por la situación del país le llevó a analizar todos los aspectos que habían conducido a la patria a ese estado de frustración. La descripción del paisaje castellano se convirtió en uno de sus objetivos, así como de sus gentes. Esta preocupación le llevó a afirmar: “Me duele España; ¡soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo!”.
Su estilo no tiene un claro propósito artístico; es seco, robusto y no siempre elegante, pero extraordinariamente exacto e incitante. Le interesa expresar su mundo interior y convencer a los lectores, por ese orden. De ahí que su tono sea apasionado y que sus razonamientos no estén ordenados, sino en un continuo movimiento de vaivén. Su vehemencia hace que utilice cadenas de sinónimos como si con una sola palabra no bastara para expresar todo su complejo y rico mundo interior.
Su producción literaria es muy extensa, utilizando todos los géneros literarios:
La novela es el género que utiliza para expresar sus propios problemas personales como la sed de inmortalidad, el sentido trágico de la vida y la lucha entre la razón y la fe. Destacan: La tía Tula (1921), Abel Sánchez (1917), San Manuel Bueno, mártir (1931) y Niebla (1914) el inicio de lo que él llamó nivolas: la presentación de las pasiones humanas desconectadas de los paisajes o los ambientes.
En poesía deja ver su honda preocupación religiosa.
Destacan: El Cristo de Velázquez, Teresa, Cancionero.
Ensayos y artículos en los que Unamuno expone sus preocupaciones patrióticas y el futuro del hombre más allá de la muerte.
Destacan: En torno al casticismo (1895), Por tierras de Portugal y España (1911), Andanzas y visiones españolas (1922), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), Del sentimiento trágico de la vida (1913), La agonía del cristianismo (1925).
Cuentos, como los recogidos en el libro El espejo de la muerte.
Dramas: Soledad, Raquel, El otro.
Unamuno es un modelo en el empleo del idioma. Utiliza un lenguaje sobrio pero vivo, expresivo e intenso. Huye del retoricismo e incluye una gran cantidad de términos populares con la finalidad de revitalizar el sentido de ciertas palabras. Además del referente principal de la Generación del 98, es uno de los pilares fundamentales de la lengua española del siglo XX.
Antonio Machado (1875-1939)
Antonio Machado se educó en la estética modernista y en el empleo de un lenguaje simple y conmovedor. En su poesía observamos una doble influencia: Romanticismo (Bécquer, Rosalía) y Simbolismo, lo cual lo sitúa entre los autores modernistas, aunque él no se queda sólo con la poesía como juego estético, sino que la define como una honda palpitación del espíritu, la auténtica emoción humana. Así, este autor representa la unión e imposible separación de ambos movimientos.
Los temas principales de su poesía son: los recuerdos y evocaciones de su propia vida, la preocupación por España, el paso del tiempo, la muerte y la búsqueda de Dios.
Su mundo interior está hecho de recuerdos, añoranzas, ensueños (mundos imaginarios creados por el deseo y la soledad); y por el sentimiento del paso del tiempo.
El paisaje es Castilla y es Andalucía, porque vivió en ambos lugares; son las gentes castellanas, su historia pasada y su vida presente. También es la realidad nacional vista con sentido crítico.
El amor de su mujer hace que salga por algún tiempo de su soledad y ensimismamiento. Pero vuelve a ellos cuando Leonor muere.
Entre sus obras en verso y con características modernistas escribió Soledades, galerías y otros poemas. Con marcada influencia del 98 elaboró Campos de Castilla.
También escribió teatro: La Lola se va a los puertos; y prosa: Juan de Mairena, Abel Martín.
En 1903 publica Soledades, ampliada posteriormente en 1907 con el título Soledades, Galerías y otros poemas. Esta obra es fundamentalmente modernista y, dentro de los temas de este movimiento, intimista y neoromántica. El Simbolismo está omnipresente para representar los estados de ánimo y las obsesiones del autor.
Su gran obra, Campos de Castilla, llegó en 1912, ampliada posteriormente en 1917. Además de los temas comentados, aparece el tema de Castilla, el sentimiento del poeta asociado al paisaje, la crítica a la “España de charanga y pandereta”, la esperanza en la juventud como elemento impulsor frente al atraso y la pobreza. Estos temas han motivado la inclusión del autor dentro de los autores del 98, puesto que los intereses y las preocupaciones de todos ellos eran coincidentes. Además de lo citado, el libro incluye unos cuantos poemas dedicados al recuerdo de Leonor, los “Proverbios y cantares” (composiciones breves de tema popular y pseudofilosófico) y el largo romance “La tierra de Alvaro González”. Esta obra no abandona completamente el Modernismo, a pesar de que incluye los poemas más conocidos de Antonio Machado.
Nuevas canciones (1924) recoge poemas escritos en Baeza y Segovia. En este libro adopta los metros cortos populares, la copla tradicional y los recursos expresivos del cante jondo, elementos que retomarán casi inmediatamente autores como Rafael Alberti o Federico García Lorca. Aparecen de nuevo los “Proverbios y cantares”, pero en este caso más depurados, sin elementos descriptivos.
5. Existe alguna relación estética o ideológica entre el modernismo y la generación del 98.
En general, se habla de Modernismo para referirse a un movimiento surgido en Hispanoamérica en los años 80 del siglo XIX, primero en prosa y después, mucho más importante, en verso bajo el liderazgo del poeta nicaragüense Rubén Darío. Rubén Darío se dedicó al cultivo del esteticismo, a la búsqueda del arte como supremo absoluto, al encuentro de la belleza como máximo ideal.
En cambió, se habla de Generación del 98 para referirse a un movimiento nacido del Modernismo pero que se sintió especialmente preocupado por los problemas nacionales de España y comprometido con su renovación social, política y cultural.
Mientras que el Modernismo deseaba superar las fronteras nacionales y poseer una ambición cosmopolita, la Generación del 98 se enfocaba sobre España, que era su mayor preocupación. El Modernismo fue una literatura de los sentidos, del color; la Generación del 98 creaba una literatura basada en las interioridades de los escritores, en su actitud íntima y radical ante el mundo.
Se ha considerado el Modernismo como una técnica, un fenómeno poético que se basaba en la retórica, en el enriquecimiento musical del idioma, en un lenguaje sensual al servicio de la belleza, en un lenguaje minoritario, pues era comprendido sólo por aquellos que sentían verdaderamente esa actitud ante el lenguaje.
Por otra parte, se considera que la Generación del 98 es antirretórica, su lenguaje se ciñe a la realidad, y sólo a la realidad española, abandona la musicalidad y lo sensual del lenguaje para reflejar en él la actitud vital de los escritores, el lenguaje de la Generación del 98 es un lenguaje válido para todos.
Se señala el año 1902 como fecha de comienzo del Modernismo en España, año en que Rubén Darío la visitó. El año 1898 será el año del comienzo de la Generación del 98.
6. De donde surge el nombre de la generación
La Generación del 98 es el nombre con el que se ha agrupado tradicionalmente a un grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social acarreada en España por la derrota militar en la Guerra Hispano-Estadounidense y la consiguiente pérdida de Puerto Rico, Cuba y las Filipinas en 1898