Modos de producción

Clasificado en Filosofía y ética

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Modo de producción de la sociedad primitiva. La primera forma histórica de la organización humana, que resulta al mismo tiempo la más simple, fue el régimen comunitario primitivo. Sus instrumentos fueron toscas herramientas de piedra, madera, cuerno y hueso. Posteriormente se crearon nuevos instrumentos y medios de trabajo como el arco y las flechas, las embarcaciones, etc. Al tiempo que se perfeccionaban los medios del trabajo, también se desarrolla y perfeccionaba la capacidad productiva de los hombres: agricultura y ganadería. Las relaciones de producción consistía en la propiedad comunal de los medios de producción existentes. En esta época se produce la primera gran división social del trabajo: se individualizaron agricultura y ganadería, y un poco más tarde la artesanía. Al incrementarse el rendimiento del trabajo, la comunidad primitiva tendió a fraccionarse en familias, que se convirtió en propietaria de los medios de producción. El trabajados comenzó a producir más de lo que era necesario para cubrir sus demandas, por lo que surgió, para algunos miembros de la sociedad, la posibilidad de adueñarse de esos excedentes, de explotar a otros miembros de la sociedad y enriquecerse con los frutos de su trabajo. Modo de producción de la sociedad esclavista. Los viejos instrumentos de madera y piedra desaparecen, cediendo su lugar a los metales. La división del trabajo continuó desarrollándose, nacieron las ciudades y se inició el apogeo del comercio. Las relaciones de producción en esta sociedad se fundan en la propiedad absoluta que el esclavista ejerce tanto sobre los medios de producción como sobre la persona misma del esclavo y lo que éste hubiese producido. Modo de producción de la sociedad feudal. El desarrollo de la artesanía prosiguió con la creación de nuevas herramientas y mecanismos que hacían posible el perfeccionamiento de los antiguos instrumentos. Fue especialmente notable el progreso en la producción textil, ya que en ella nacieron el huso mecánico, el telar de cintas, la máquina torcedora y otros adelantos técnicos. Al progresar la artesanía, se multiplicó el comercio y crecieron las ciudades. La agricultura también se sumó al progreso. El desarrollo de las fuerzas productivas estaba determinado por las relaciones feudales de producción y su fundamento era la propiedad feudal de los medios de producción, especialmente la propiedad absoluta sobre la tierra y la propiedad relativa sobre el trabajador, el siervo. El señor feudal tenía poder sobre el siervo y lo obligaba a trabajar para él; podía venderlo o comprarlo, pero no podía disponer de su vida. Los campesinos y artesanos poseían un patrimonio personal; eran dueños de una pequeña parcela, animales domésticos y herramientas agrícolas. Este patrimonio personal era explotado después de haber satisfecho todas sus obligaciones con el señor feudal. Con el paso del tiempo, las fuerzas productivas aumentaron su desarrollo, y a ello contribuyeron, de manera muy especial, los grandes descubrimientos geográficos realizados a finales del siglo XV. Creció la demanda de algunas mercancías y pronto se comprobó que la producción artesanal ya no podía satisfacer dicha demanda; el taller del artesano tuvo que se sustituido por la factoría, que reunía a una multitud de trabajadores, asignados a un trabajo específico cada uno de ellos y, como consecuencia, el nacimiento de un nuevo modo de producción: el capitalismo y las clases contradictorias que caracterizan a este modelo económico.  Modo de producción de la sociedad socialista. Este modo de producción, al basarse en la propiedad social y por ser enemigo de la explotación, es opuesto al régimen capitalista. Esto quiere decir que el socialismo no puede surgir dentro del capitalismo en una forma parecida a la que hizo surgir el capitalismo dentro del feudalismo. Sin embargo, bajo el capitalismo aparecen las premisas del socialismo, ya que en este modelo crece la fuerza abocada a instaurar el socialismo, es decir, la clase obrera. El socialismo termina definitivamente, mediante la revolución, con la propiedad privada, con la explotación y con cualquier tipo de opresión. Las fuerzas productivas en la sociedad socialista son la industria, la agricultura, el transporte y medios de comunicación... pero todo socializado. El fundamento técnico principal de la economía es la gran industria mecanizada, en constante progreso, y las relaciones socialistas de producción surgen de la propiedad social-socialista de los medios de producción, que se manifiesta de dos formas: la propiedad estatal y la propiedad cooperativa.



Modo de producción de la sociedad capitalista. La característica más notable de las fuerzas productivas del capitalismo es su enorme industria mecánica: el taller del artesano y la factoría han sido sustituidos por las grandes fábricas. El rápido desarrollo de las fuerzas productivas tiene su causa en las nuevas relaciones de producción, cuyo fundamento es la propiedad privada burguesa, que sustituirá paulatinamente la propiedad feudal. Motivado por su afán de lucro el burgués incrementa la producción, mejora la maquinaria y enriquece la tecnología industrial y agropecuaria. Millones de trabajadores contratados en las grandes empresas participan de la producción, pero los beneficios del trabajo multitudinario sólo pertenecen a un reducido grupo de propietarios de los medios de producción. Esta es la contradicción fundamental del capitalismo. A estos datos fundamentales hay que añadir uno que es decisivo para el análisis de este modo de producción, el concepto de plusvalía, esto es el beneficio que obtiene el capitalista con la venta de las mercancías producidas por el trabajador. Marx distingue en toda mercancía su valor de uso de su valor de cambio. El valor de uso es el valor que un objeto tiene para satisfacer una necesidad. Este concepto se refiere a los rasgos de las cosas gracias a los cuales nos son útiles para la satisfacción de cualquier tipo de necesidad, desde las más biológicas como comer, hasta las más espirituales como las que se refieren al ocio y el mundo de la cultura. El valor de cambio es el valor que un objeto tiene en el mercado, y se expresa en términos cuantitativos, medidos por el dinero. El rasgo peculiar de la sociedad capitalista es que en ella la fuerza de trabajo es también una mercancía: dado que el productor no dispone de otro recurso para obtener bienes y medios para su subsistencia, debe poner la fuerza de su trabajo en el mercado. Del mismo modo que en el mercado las mercancías están sometidas a las fluctuaciones del mercado, básicamente por las leyes de la oferta y la demanda, la fuerza de trabajo tiene también un precio determinado por las mismas leyes. Pero a diferencia de otras mercancías un coche por ejemplo que satisfacen meramente necesidades humanas, la mercancía que llamamos fuerza productiva tiene la peculiar característica de producir otras mercancías. La fuerza de trabajo tiene un valor de cambio (el sueldo que recibe el trabajador) y un valor de uso (su valor para producir otras mercancías). A su vez, estas mercancías creadas por dicho trabajo tienen, claro está, valor de uso y valor de cambio, pero el valor de cambio que éstas tienen siempre es superior al valor de cambio que tiene la fuerza productiva que las ha creado (al salario). Aunque añadamos a este último valor otras cantidades como las que puedan corresponder a la amortización de las máquinas usadas en la producción, o los costes financieros que el empresario gasta para llevar adelante su negocio, siempre habrá una diferencia. A esta diferencia se le llama plusvalía y es el beneficio del capitalista. Sin este beneficio no habría sociedad capitalista. fuerza productiva: valor de uso: produce la mercancía 1 (una mesa, por ejemplo) valor de cambio = X (sueldo) mercancía 1: valor de uso (cualquiera de las utilidades de la mesa) valor de cambio = Y [plusvalía = Y (X + Z)] siendo Z otros gastos del empresario (financieros, amortización de las máquinas, ...). Esto, traducido en términos de horas-trabajo, quiere decir: de las ocho horas que el trabajador trabaja, una parte trabaja para él (la que revierte en lo que realmente le paga el empresario) y otra para el empresario (la que da lugar al exceso de valor de cambio que no revierte sobre el trabajador y que da lugar a la ganancia del empresario o plusvalía). La propuesta del marxismo es la desaparición de la plusvalía, es la idea de que el valor del objeto producido por el productor vuelva a éste; bien sea porque los beneficios se reparten directamente entre todos los obreros, como ocurre en la interpretación cooperativista del socialismo, bien sea porque el Estado los restituye indirectamente al productor en la forma de otros bienes de los que puede disfrutar (carreteras, educación y sanidad gratuitas, subsidios de desempleo, o de vejez, ...), como es el caso de la interpretación más estatalista.

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