Análisis de los Capítulos 41 y 48 de Don Quijote de la Mancha

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Capítulo XLI: La Venida de Clavileño y el Fin de la Aventura

Este capítulo, posterior a la poesía de Merlín, narra cómo el mago lleva a Dulcinea en un carro, convertida en labradora. El encantamiento solo se romperá cuando Sancho se dé 3000 azotes. Don Quijote debe ir a la isla de Candaya para desencantar a la infanta Antonomasia y a Don Clavijo, víctimas del gigante Malanbruno. Ella ha sido transformada en una simia de bronce y él en un cocodrilo. Solo Don Quijote puede realizar esta hazaña, que también incluye desencantar a la condesa Trifaldi y a sus damas, quienes han desarrollado barbas.

La Farsa de los Duques

Se trata de una farsa orquestada por la duquesa y los criados del duque, quienes imitan el estilo y lenguaje de los libros de caballería. Para llegar a Candaya, es necesario montar en Clavileño, un caballo de madera volador. Sancho teme subirse, y Don Quijote le pide que se dé algunos azotes por si acaso. Don Quijote se monta en el caballo y a Sancho le vendan los ojos, haciéndole creer que vuelan y acercándole estopa quemada para simular la región del fuego.

Burla y Desenlace

Los duques y los criados se burlan de la pareja. Finalmente, hacen estallar cohetes dentro del caballo, derribándolos. Encuentran un pergamino que anuncia que Don Clavijo y la infanta han recuperado su forma y que la aventura de la Trifaldi ha terminado. También se añade que Dulcinea volverá a su forma cuando Sancho complete sus azotes.

Parodia y Quijotización

No es Cervantes quien parodia los libros de caballería en este caso, sino los criados del duque. Don Quijote y Sancho caen en el engaño (quijotización de Sancho). Este tipo de situaciones, como la imagen del caballo volador, ya habían aparecido en los libros de caballería tres siglos antes y tienen sus orígenes en Las mil y una noches.

El Coloquio entre los Personajes

Esencial en este capítulo es el divertido coloquio entre los personajes. Sancho afirma haber visto las estrellas y la tierra muy pequeña, como si realmente hubiera volado. Aquí emerge el Sancho pícaro y mentiroso que triunfa sobre los señores, quienes no pueden contradecirlo porque no pueden revelar la verdad.

Capítulo XLVIII: Don Quijote y Doña Rodríguez

En los capítulos anteriores (del 41 al 47), Sancho es nombrado gobernador de una ínsula. Esta es una de las farsas más despiadadas de la novela, orquestada por los duques. Sancho demuestra una auténtica sabiduría popular. El episodio, bastante verosímil, representa una sátira de la ambición y de la idea de que un buen gobierno es pura fantasía. Mientras Sancho está en la aldea, Don Quijote se encuentra en el palacio de los duques. Una moza astuta, llamada Altisidora, finge estar enamorada de él.

El Tema Morisco

Cervantes, que había criticado a los moriscos en dos obras anteriores, ahora defiende a los moros honestos que fueron expulsados de su patria y condenados al exilio. Este capítulo se enlaza con el anterior con la palabra "además", pero no con el 47, que trata sobre las aventuras de Sancho en la ínsula Barataria. Se trata de un recurso de cortar y empezar con otra historia ("digressio").

Doña Rodríguez y la Defensa del Honor

Doña Rodríguez cree firmemente que Don Quijote es un caballero andante e incluso le pide que defienda el honor de su hija, quien ha sido burlada por un labrador rico. Don Quijote accede a luchar contra el labrador. El duque construirá un tablado con jueces de campo para la pelea, pero quien entra en combate es un criado, el lacayo Tosilos, que se rinde porque le gusta la joven.

Parodia de las Relaciones Amorosas Caballerescas

El capítulo 48 está construido como un paso de entremés con figuras estrafalarias y tipificadas que representan parodias de las relaciones amorosas caballerescas. Se observa una crítica social, especialmente hacia los campesinos ricos. El duque no se enfrenta al labrador porque le ha prestado dinero. Este grupo de campesinos ricos comienza a relacionarse con la nobleza. Doña Rodríguez expresa una crítica rencorosa contra los duques.

Crítica Social y Locura

Además de la crítica social, se critica a las dueñas que actuaban como alcahuetas. La locura de Don Quijote empieza a afectar a otros personajes, atrayendo o revelando a otros que también están locos.

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