Arquitectura Egipcia: Templos, Tumbas y Legado Colosal

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La Arquitectura Egipcia: Un Legado Impresionante

El legado más impresionante del mundo egipcio es su arquitectura, colosal, de enormes proporciones, fuera de cualquier escala humana, y muy propia de un pueblo con esas creencias religiosas y ese sistema político social. Arquitectura siempre de piedra, adintelada y sostenida por muros muy gruesos formados por grandes sillares que trasladaban con embarcaciones a lo largo del Nilo y en tierra por medio de rodillos. En todas las construcciones es fundamental la columna. Tiene la superficie lisa o fasciculada, una base en forma de disco y unos capiteles inspirados en la fauna y flora que habita en el Valle del Nilo, es decir, en forma de: loto (lotiformes) o papiro (papiriformes) y que pueden aparecer cerrados o abiertos (campaniformes).

Los muros y las columnas presentan una profusa decoración que puede ser vegetal (loto, papiro o palmera egipcia), animal (escarabajo), el globo alado del sol o inscripciones jeroglíficas.

Debido a sus creencias religiosas, las dos principales construcciones de la arquitectura egipcia son los Templos y las Tumbas.

Templos Egipcios

La mayor parte de los templos se iniciaron en el Periodo Antiguo (2800-2052 a. C.) y fueron siempre edificaciones abiertas en las que generaciones posteriores pudieron añadir salas nuevas e incluso adosar templos secundarios.

En el caso del templo de Karnak o del de Luxor en Tebas, ambos terminados en el Imperio Nuevo, lo primero que aparecía en el templo era una avenida de esfinges que llegaba hasta la fachada. Dicha fachada estaba formada por dos muros o pilonos en talud colosales, que impedían la vista del resto del templo, y una puerta adintelada delante de la cual se colocaban los obeliscos. En el interior, una sala hipétra o patio abierto con columnas, seguida de una sala hipóstila o sala de columnas que normalmente tenía la nave central más elevada que las laterales de manera que se aprovechaba el desnivel para aprovechar las claraboyas de iluminación. Al final estaba el santo-sanctorum que era una sala simple en la que se veneraba a la divinidad y a la que solo tenían acceso los sacerdotes y el faraón. A lo largo del templo se extendía una progresiva oscuridad favorecida por la ausencia cada vez mayor de vanos y disminución de altura del techo. A lo largo del templo se extendía una progresiva oscuridad favorecida por la ausencia cada vez mayor de vanos y disminución de altura del techo.

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