El Arte y la Arquitectura de la Antigüedad Clásica: Grecia y Roma
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El Partenón
El Partenón, construido entre 447 y 432 a. C. en la Acrópolis de Atenas, es un ícono de la arquitectura clásica griega. Diseñado por Ictinos y Calícrates bajo la supervisión de Fidias, este templo dedicado a Atenea Partenos simboliza la grandeza de la civilización griega durante el siglo de Pericles. Reemplazó un templo anterior destruido por los persas y refleja el esplendor de Atenas como líder cultural.
Con una planta rectangular y hecho de mármol blanco pentélico, el Partenón es un templo dórico con características como el anfiprostilo (dos pórticos de columnas), octástilo (ocho columnas en los pórticos) y períptero (columnas a su alrededor). La estructura incluye la pronaos, la naos (donde se encontraba la estatua de Atenea) y el opistodomos.
El edificio muestra un notable equilibrio y proporciones matemáticas, con detalles como el entasis (abombamiento de las columnas) y ligeras curvaturas para evitar deformaciones ópticas. Aunque es dórico, incluye elementos jónicos en su decoración.
La rica escultura del Partenón, diseñada por Fidias, incluye la famosa estatua de Atenea, así como relieves que representan mitos y la victoria de la cultura griega sobre los persas. Originalmente policromado, el templo ha resistido siglos de deterioro, manteniendo su belleza y simbolizando el ideal de equilibrio y armonía en la arquitectura clásica.
Polymedes de Argos y los hermanos Kleobis y Bitón (600 a. C.)
Hacia el 700 a. C., el comercio comenzó a florecer en las polis jonias y colonias de la Magna Grecia, fomentando una nueva clase de comerciantes que demandaban mayor representación política. Esto marcó el inicio de una transición hacia regímenes democráticos, primero a través de tiranías.
Las esculturas de este periodo reflejan las tensiones entre la aristocracia y la nueva clase comerciante. Los Kouros y Koré, representativos de este arte, exhiben un estilo geométrico y rígido fiel a los valores aristocráticos.
Los hermanos Kleobis y Bitón, esculpidos por Polymedes de Argos alrededor de 600 a. C., son un ejemplo de Kouroi. Esta escultura votiva, que conmemora sus éxitos en los juegos olímpicos, presenta un ideal de belleza aristocrática. Las figuras muestran características como grandes ojos almendrados, una geometrización evidente y una rigidez en la postura, que enfatiza el respeto hacia los representados, reminiscentes del arte egipcio.
Este estilo riguroso sería el precursor de una evolución hacia un mayor naturalismo en la escultura griega, que culminaría en el clasicismo aproximadamente 150 años después.
Doríforo de Policleto (Mediados del siglo V a. C.)
El Doríforo, creado por Policleto en el periodo del Primer Clasicismo durante el Siglo de Pericles, refleja el esplendor de Atenas tras la victoria sobre los persas y el auge de la democracia. Este periodo se caracteriza por un notable desarrollo cultural y artístico, con un florecimiento en la escultura, arquitectura y teatro.
Policleto, junto a Mirón y Fidias, es uno de los principales escultores de esta época. En su obra, el Doríforo, representa a un hombre sosteniendo una lanza. Aunque el original era de bronce, las copias en mármol de época romana son las que han perdurado. Policleto también es conocido por su tratado perdido, el Canon, donde establecía normas de proporciones ideales del cuerpo humano, siendo la más famosa la de que la altura del cuerpo debe ser siete veces la de la cabeza. A diferencia de muchas obras de su tiempo, el Doríforo no fue encargado, sino que fue creado para ilustrar las ideas estéticas de Policleto, marcando un primer paso hacia la "Autonomía del Arte". La escultura presenta un estilo equilibrado y estable, con una inexpresividad que evita gestos excesivos. Utiliza el contrapposto para lograr un equilibrio dinámico entre las partes del cuerpo. La influencia del Doríforo se extiende más allá del arte griego, impactando el Neoclasicismo y obras posteriores, incluyendo a artistas como el danés Thorvaldsen, quienes adoptaron las proporciones y formas establecidas por Policleto.
"Laocoonte y sus hijos" (Siglo I)
"Laocoonte y sus hijos", de Hagesandro, Atanodoro y Polidoro, es una obra icónica del arte helenístico, que se desarrolló desde la muerte de Alejandro Magno (323 a. C.) hasta el siglo I. Este periodo se caracteriza por la influencia de culturas orientales y una mayor pluralidad de estilos, que combina elementos clásicos con composiciones más dinámicas y expresivas. La escultura representa el dramático momento en que el sacerdote Laocoonte y sus hijos son atacados por serpientes marinas enviadas por Poseidón. La figura principal, Laocoonte, es ligeramente más alta que el natural (245 cm) y está tallada en mármol con gran detalle, capturando la tensión muscular y la calidad de la piel. El grupo se caracteriza por su composición dinámica y barroca, con un énfasis en la torsión y la expresión emocional, lo que contrasta con la armonía del clasicismo. La musculatura de Laocoonte es particularmente pronunciada, mientras que sus hijos aparecen más pequeños y con una anatomía menos desarrollada, reflejando la angustia y el miedo en sus gestos.
Panteón de Agripa
El Panteón de Agripa, construido en el siglo II d. C. bajo el emperador Adriano, reemplaza un templo anterior erigido por Agripa. Su diseño incluye un pórtico con ocho columnas corintias que conducen a una nave dividida en tres secciones. La cella, de planta circular, simboliza la universalidad romana y albergaba cultos a diversos dioses.
El interior, con ricas decoraciones de mármol, contrasta con el austero exterior. La impresionante cúpula, de 43,44 metros de diámetro, es la más grande jamás construida y representa la bóveda celeste. Está decorada con casetones y tiene un óculo que permite la entrada de luz natural.
Estructuralmente innovador, el Panteón utiliza un sistema de arcos para soportar el peso de la cúpula y su pared cilíndrica es construida con ladrillo y materiales más ligeros en la parte superior. Su diseño ha influido en la arquitectura occidental a lo largo de la historia, siendo un modelo para obras neoclásicas como el Altes Museum en Berlín.
Características clave:
- Cúpula: Con un diámetro de 43.44 m, es la mayor construida en su tiempo, decorada con casetones que representan los planetas conocidos. Su grosor varía de 5.6 m en la base a 1.5 m en la parte superior.
- Estructura: La pared cilíndrica utiliza arcos de descarga para soportar el peso de la cúpula, y la altura de la pared es la mitad del diámetro de la cúpula.
- Óculo: De casi 9 m de diámetro, permite la entrada de luz natural y crea un efecto difuso en el interior.
- Materiales: La cúpula combina hormigón con materiales más ligeros, como piedra pómez, a medida que asciende.
El austero exterior contrasta con su rica decoración interior en mármoles, que se ha mantenido a pesar de su conversión en iglesia en la Edad Media. El Panteón ha influido en numerosos edificios a lo largo de la historia, como el Altes Museum de Berlín, y es un testimonio del ingenio constructivo romano.
Anfiteatro Flavio (Coliseo)
El Anfiteatro Flavio, o Coliseo, fue construido en Roma a finales del siglo I d. C. Su construcción fue promovida por varios emperadores de la dinastía Flavia y se sabe que fue financiada con el fruto del saqueo de Jerusalén en las guerras judías.
De planta elíptica, el eje mayor mide 189 m y el eje menor 156 m. El terreno de la arena es otra elipse de 75 por 44 m. La estructura era una sucesión de pasillos abovedados concéntricos que se interseccionaban con los vomitorium o galerías de acceso radiales. Los elementos sustentantes, muros y pilares, así como los arcos estaban realizados en travertino, un tipo de piedra local, y los sillares estaban unidos sin argamasa. Las bóvedas se obtuvieron vertiendo argamasa sobre cimbras de madera. El graderío podía albergar a 50.000 personas.
La fachada estaba compuesta por una sucesión de arquerías que no se correspondían con los pisos y que no tenían una función estructural. Las arquerías están formadas por una sucesión de pilares que sostienen arcos de medio punto. Unas columnas adosadas a cada pilar sostienen el entablamento, puramente decorativo, que separa un nivel de otro. Cada piso estaba realizado en un orden distinto: toscano, el inferior a nivel de calle; jónico, el segundo; corintio, el tercero; y el cuarto, añadido en una segunda fase de la construcción, es un muro ciego con pilastras en el que sólo aparecen unos pequeños vanos cada dos aberturas de los niveles inferiores. Encajados en la cornisa de este cuarto nivel sobresalían unos mástiles desde los cuales un sistema de cabos y poleas podía extender un gran toldo de lona sobre los graderíos. Esta solución de la aplicación de distintos órdenes a distintos niveles sería muy seguida posteriormente, sobre todo a partir del Renacimiento.
Aunque originalmente se podían celebrar naumaquias (batallas navales) en el Coliseo, inundando el coso, posteriormente se abrió una serie de dependencias subterráneas que lo impidieron, ya que albergaban habitáculos para las fieras y almacenes de decorados que eran elevados por medio de ascensores hasta la escena, que era una plataforma de madera cubierta de arena.
Con el paso del tiempo, el Coliseo se ha convertido en uno de los símbolos de Roma y uno de los hitos de su labor arquitectónica, aunque también nos recuerde a los primeros cristianos que en él sufrieron martirio y nos evoque el salvajismo morboso de los espectáculos que en él se daban, lo que, a pesar de todo, no impide apreciar la belleza y funcionalidad de su construcción y la maestría de sus soluciones técnicas.
Augusto de Prima Porta (Siglo I)
Dentro de la escultura romana, podemos distinguir dos tendencias: la del retrato naturalista, de tradición itálica, y la de influencia griega o helenizante que, sobre todo a partir de la época imperial, sería del gusto de las clases dirigentes.
El Augusto de Prima Porta fue tallado en mármol blanco a comienzos del siglo I. Se trata de una representación helenizante, ya que, en el círculo del primer emperador y la nobleza romana, se puso de moda el gusto por lo griego. La representación absolutamente clásica, con el rostro inexpresivo, el tratamiento de las proporciones y la composición en la que destaca la aplicación del contrapposto en la postura (la pierna derecha está soportando el peso del cuerpo y con el contorno interior del pie coincidiendo con el centro de gravedad y la pierna izquierda, liberada del peso, se flexiona hacia atrás), parece inspirarse en el canon de Policleto. El retrato es idealizado (no pretende tener un parecido real con el representado). Augusto es mostrado como imperator (jefe de los ejércitos), con el brazo izquierdo sosteniendo una lanza y sujetándose el manto enrollado en torno a sus caderas. La mano derecha alzada parece estar imponiendo el silencio. Los relieves de la coraza muestran una representación simbólica cosmogónica con el sol, la tierra y unos dioses, así como la conmemoración de un triunfo militar sobre los partos. El objeto de esta escultura es, por tanto, justificar el derecho de Augusto a ser emperador y la exaltación de sus virtudes y sus éxitos personales.