El Arte Románico: Historia, Características y Contexto
El Arte Románico (siglos X-XII)
Contexto Histórico
El arte románico se desarrolló en Europa entre los siglos X y XII. En este periodo, si bien Europa seguía dividida en reinos tras la desmembración del Imperio romano y posteriormente del Imperio carolingio, se alcanzó cierta unidad cultural, ausente desde la caída de Roma. Esta etapa se caracterizó por una relativa paz, tras la resolución de los conflictos expansionistas de siglos anteriores y las invasiones normandas y vikingas de los siglos VIII y IX.
Este periodo coincide con el auge del feudalismo, un sistema político y socioeconómico que influyó en todo el continente, desde la caída del Imperio carolingio hasta la Revolución francesa.
También es la época de las Cruzadas, expediciones a Tierra Santa por parte de los reinos cristianos de Europa occidental para liberar territorios considerados patrimonio cristiano del control musulmán y turco. Este fenómeno, con tintes de aventura romántica, aunque con algunos éxitos, no logró su objetivo principal.
Finalmente, es la época del predominio absoluto de la Iglesia cristiana en los ámbitos espiritual, económico y político.
Factores de Unidad Artística
Para que se produjera esta unidad artística, coincidieron varias circunstancias en Europa occidental:
a) El Sistema Feudal
Un sistema de rígida jerarquización social, cuya economía dependía de la explotación del campesinado en régimen de servidumbre. Las relaciones se basaban en el vasallaje. El feudalismo supuso la preeminencia de la nobleza y el clero, cuyo poder político y económico los convirtió en mecenas artísticos con una sensibilidad similar en todo el continente. La economía, autárquica y de subsistencia, limitaba el comercio. Era un mundo rural donde el feudo constituía la unidad básica. El rey perdía autoridad y el señor feudal actuaba con gran autonomía en cada territorio.
b) La Expansión Monástica
Las órdenes religiosas alcanzaron gran poder económico y prestigio político, lo que permitió su expansión. Órdenes como Cluny o el Císter se extendieron por el continente, imponiendo una misma estética y soluciones técnicas en sus monasterios. El bajo nivel cultural de la sociedad contrastaba con la actividad monástica, especialmente la labor copista de los monjes.
c) Las Peregrinaciones
Vinculadas al protagonismo de la Iglesia, las peregrinaciones unificaron el arte de la época. Su éxito se debió a la devoción por las reliquias y tumbas de santos y mártires, y al fervor religioso de la población, que en un periodo de mayor estabilidad política y económica, se animó a viajar para conocer estos lugares. Esto creó "caminos de peregrinación" que difundieron el arte y la cultura. La mayor seguridad en las vías de comunicación también contribuyó a este fenómeno.
El Camino de Santiago contribuyó excepcionalmente a la difusión del arte románico, en una doble dirección, entre Europa y la Península Ibérica.
d) Otras Causas
La Reforma Gregoriana, que impuso un mismo criterio litúrgico en la cristiandad, y las Cruzadas, también contribuyeron al sentimiento de unidad religiosa.