El Arte en los Siglos XVIII y XIX: Del Neoclasicismo al Romanticismo pasando por Goya
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El Arte en los Siglos XVIII y XIX
Neoclasicismo
Ingres
Pintor fiel a la línea y el dibujo, Ingres basaba su arte en este último. Su principal obsesión era la mujer y el desnudo femenino. Pintó temas de la literatura, de la Antigüedad, escenas de baño y de harén. Se centraba sobre todo en las formas y en las texturas. Entre sus obras destacan: Odalisca y Baño turco.
Mengs
De origen alemán, trabajó sobre todo en Roma y Madrid. Su dibujo es suntuoso y el colorido frío y abigarrado. Ordena sus figuras paralelas al plano pictórico como un relieve escultórico. Su cuadro más famoso es El Parnaso.
Neoclasicismo en España
En España los representantes del estilo neoclásico son Vicente López (el retrato de Goya) y José de Madrazo.
La Pintura Española del Siglo XVIII: Goya
Durante el siglo XVIII España careció de figuras de talla, en comparación con el siglo XVII que se había mostrado tan fecundo. A mediados de siglo aparece la figura de Goya.
Primeros años y Rococó
Comenzó siendo un pintor inmerso en la corriente del rococó, del que mantiene el gusto por los colores pastel. Su estilo es suelto y juega con la luz y los brillos. Esto se deja ver en su obra la bóveda del Coreto en la basílica del Pilar.
Cartones para Tapices
En 1774 Goya se trasladó a la corte y pintó los cartones para la Real Fábrica de Tapices. Esta primera etapa será su época más optimista, donde sus dotes de colorista harían que sus composiciones sean más luminosas y limpias. Los temas representados son populares: la vida del Madrid del siglo XVIII, verbenas, romerías, trajes de colores claros. Destaca: La era o La gallinita ciega.
Retratos
Goya comenzó como retratista para la corte. Los retratos son fieles a la realidad y en ellos se recoge además la realidad psicológica del personaje, detalles y hechos objetivos. Retrata a los monarcas y familiares con un gran parecido físico, muy humanos, casi decadentes. Retratos destacables son: La Condesa de Chinchón, La Familia de Carlos IV...
Periodo Crítico
En 1790 experimentará sordera, se aisla y se concentra en sí mismo, dejando de plasmar en los tapices esa alegría que antes le caracterizaba. Comienza a aparecer en mayor medida la nota crítica y grotesca, véase Los Caprichos. Se censuran los vicios y errores humanos y los temas son extravagantes y locos, propios de la sociedad de entonces: brujas, monstruos, locuras...
La Guerra y el Pesimismo
La invasión napoleónica hace pasar a Goya días amargos y le obliga a presenciar escenas de dolor y sangre. El pesimismo se refleja en sus pinturas. Suele pintar imágenes de la guerra, sobre matanzas de civiles, mutilaciones y saqueos... En 1814 pinta La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del Tres de Mayo.
Tauromaquia y lo Grotesco
Restaurado en el trono Fernando VII, comienza la época de la tauromaquia. En la serie de Los Disparates, están presentes lo monstruoso y lo deforme, las pesadillas, las obsesiones... Plasma lo grotesco y terrorífico en rostros atormentados.
Pinturas Negras y Última Etapa
Posteriormente compra una casa al otro lado del Manzanares, cuyas paredes decora con pinturas negras. Lo expresivo triunfa sobre la forma. Su última etapa transcurre en Burdeos, a partir de 1824 donde retrató a la gente y a la vida miserable de su entorno.
El Valor del Arte Goyesco
La pintura de Goya implica la ruptura de la tradición, para asumir la responsabilidad de crear un mundo propio, en el que la fantasía y la crítica juegan un papel más importante que la realidad visual. Goya rechaza del neoclasicismo su consideración dibujística, académica y enlaza con los grandes maestros barrocos para postular una pintura en la que el dibujo pierde su imperio y se ensalza el color, la inspiración y el movimiento. La esencia de la pintura está en el color. Claramente, otros movimientos posteriores como el impresionismo, el expresionismo e incluso el surrealismo han tenido en Goya fuente de inspiración.
La Pintura del Siglo XIX: Evolución de las Artes hasta el Impresionismo. El Romanticismo
Se convierte en bandera de las jóvenes generaciones que aspiran a encarnar en la política, la literatura, la filosofía y todas las artes los principios revolucionarios. El Romanticismo triunfa hacia 1830. El culto al sentimentalismo, el amor a la naturaleza, latían con fuerte apasionamiento bajo las tendencias neoclásicas pero estallarán en la primera mitad del XIX.