Ascenso, Desarrollo y Caída de la Segunda República Española
La Segunda República Española (1931-1936): Un Periodo de Reformas y Conflictos
El Advenimiento de la República
Tras siete años de dictadura, Primo de Rivera dimitió en enero de 1930. Fue sustituido por el General Berenguer, quien se comprometió a restaurar la normalidad constitucional. Sin embargo, 1930 transcurrió sin medidas concretas, y Berenguer fue reemplazado por el Almirante Aznar. Este último diseñó un plan para celebrar elecciones, comenzando por las municipales, con el objetivo de restablecer el orden constitucional.
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 transformaron radicalmente la situación del país. Aunque el número total de concejales favorecía a los monárquicos, los resultados fueron interpretados como una victoria de las candidaturas republicanas. Los republicanos triunfaron en el 80% de las capitales de provincia y en la mayoría de los municipios con más de 10.000 habitantes, con una ventaja abrumadora en Madrid y Barcelona.
El 14 de abril, al conocerse los resultados, se proclamó la República en varias ciudades, siendo Éibar la primera, seguida por Valencia, Sevilla, Oviedo, Zaragoza y Barcelona. Alfonso XIII optó por abandonar el cargo y exiliarse. En Madrid, los miembros del Comité Revolucionario tomaron posesión del gobierno en la Puerta del Sol, en medio del entusiasmo popular.
El Gobierno Provisional y la Constitución de 1931
El gobierno provisional, presidido por Niceto Alcalá Zamora, incluyó a figuras como Miguel Maura, Manuel Azaña, Alejandro Lerroux, Largo Caballero, Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos y Casares Quiroga. La primera medida fue convocar elecciones a Cortes Constituyentes el 28 de junio, y se dictaron decretos para implementar reformas urgentes.
La nueva Constitución, aprobada en diciembre de 1931, era democrática y progresista. Las dificultades económicas de la República se debieron más a factores internos que a la crisis económica mundial iniciada en 1929.
El Bienio Reformista (1931-1933)
Entre diciembre de 1931 y octubre de 1933, la República experimentó un periodo de reformas bajo el liderazgo de Manuel Azaña, al frente de un gobierno de republicanos de izquierda y socialistas. Los principales temas abordados fueron:
- El Ejército: Se buscó modernizar y profesionalizar las fuerzas armadas.
- La Cuestión Religiosa: Se estableció la separación Iglesia-Estado y se promovió la laicidad.
- La Reforma Agraria: Se intentó redistribuir la tierra para beneficiar a los campesinos.
- Las Autonomías: Se concedieron estatutos de autonomía a Cataluña y se iniciaron procesos en otras regiones.
- Reformas Sociales y Educativas: Se ampliaron los derechos laborales y se impulsó la educación pública.
Cada reforma generó oposición. Por un lado, los sectores conservadores se organizaron para oponerse al gobierno de izquierdas. Por otro, algunos sectores populares, insatisfechos con la lentitud de las reformas, adoptaron posturas más radicales. Durante este periodo, la CNT experimentó tensiones internas entre moderados y radicales, que culminaron en levantamientos como el de los mineros del Alto Llobregat (1932) y los campesinos de Casas Viejas (1933).
El Bienio Conservador (1933-1935)
Las elecciones de noviembre de 1933 fueron ganadas por el centro-derecha. El nuevo gobierno, liderado por el Partido Radical de Alejandro Lerroux (ahora en posiciones conservadoras) y la CEDA de Gil Robles, se propuso desmantelar las reformas del periodo anterior.
La llegada de la CEDA al gobierno fue percibida por la izquierda como un avance hacia el fascismo. La reacción fue inmediata: UGT y CNT convocaron una huelga general en las principales ciudades. La falta de coordinación y la intervención del gobierno, que decretó el estado de guerra, llevaron al fracaso de la huelga, aunque tuvo gran relevancia en Asturias y Cataluña.
El Frente Popular y el Golpe de Estado (1936)
Una crisis gubernamental en 1935 condujo a nuevas elecciones, que resultaron en la victoria del Frente Popular, una coalición de izquierdas. Este triunfo supuso un cambio radical en la política española. Los sectores más reaccionarios comenzaron a preparar una conspiración contra la República, mientras que los sindicatos y partidos obreros exigieron profundizar las reformas sociales.
Manuel Azaña fue elegido Presidente de la República y Casares Quiroga, Presidente del Gobierno. El fin del Frente Popular llegó con el golpe de Estado liderado por Francisco Franco el 18 de julio de 1936, que dio inicio a la Guerra Civil Española.