Ascenso Omeya en Al-Ándalus: De Baly a Abd al-Rahmán I (741-755)

Clasificado en Historia

Escrito el en español con un tamaño de 3,45 KB

El Gobierno de Baly e Ibn-Salama (741-742)

Tras la llegada de Baly, se produjo un cambio significativo en la política de Al-Ándalus. Ibn-Salama, su sucesor, fue nombrado Valí y continuó con una política pro-qaisí, aunque de forma más severa que su predecesor. Esta situación generó tensiones internas que llevaron al Califa de Damasco a intervenir.

La Intervención de Abul Jattar (742-745)

Para resolver la inestabilidad en Al-Ándalus, el Califa nombró a Abul Jattar. Este tomó decisiones clave para estabilizar la región. Primero, asentó a las poblaciones que habían llegado con Baly, entregándoles tierras del estado conocidas como "iqtas". Los historiadores aún debaten sobre la naturaleza exacta de estas tierras. Además, Abul Jattar compensó a las poblaciones que habían precedido a los yunds sirios, aunque esto perjudicó al propio estado. Abul Jattar se inclinó por una política más tribal, pro-yemení, propia de su lugar de origen. Esto contrastaba con la tendencia a la "sirialización" del estado.

El Ascenso de al-Sumayl

Al-Sumayl, aprovechando la situación, organizó un partido pro-sirio (pro-qaisí). Esta alianza venció en la batalla de Guadalete en el 745, consolidando su influencia.

El Gobierno de Yusuf al-Fihri (747-755)

Tras la victoria pro-siria, Yusuf al-Fihri fue nombrado gobernador de Córdoba, aunque bajo la sombra de al-Sumayl. Las revueltas con los yemeníes, sin embargo, consolidaron a Yusuf al-Fihri en el poder. Este envió a al-Sumayl a sofocar una revuelta bereber, quien se instaló en Zaragoza. La revuelta bereber, apoyada por algunos yemeníes, complicó la situación para Córdoba.

La Llegada de Abd al-Rahmán I y el Establecimiento del Emirato Omeya (755-756)

A mediados del siglo VIII, un personaje sirio, el futuro Abd al-Rahmán I, de la familia Omeya, apareció en escena. Huyendo de la revuelta abasí de Damasco en el 750, llegó al norte de África. Tras enfrentarse al Valí, venció en Córdoba y tomó el poder del emirato en el 755, estableciendo el Emirato Independiente Omeya de Córdoba.

La Política de Consolidación de Abd al-Rahmán I

Abd al-Rahmán I implementó una política inteligente. Inicialmente, recurrió a alianzas tribales para imponer su poder, pero luego utilizó esas mismas alianzas de manera contraria para asentarse definitivamente. Su objetivo era construir un estado centralizado.

Encontró resistencia en dos frentes principales:

  • Los yemeníes, que se oponían a la pérdida de su influencia.
  • La dinastía Fihrí, que había sido destronada. Esta revuelta, ya mencionada, terminó con la muerte de sus principales cabecillas.

Para consolidarse en Córdoba y desligarse de la influencia tribal, Abd al-Rahmán I utilizó dos instrumentos principales:

  1. Atrajo a clientes marwaníes omeyas de Oriente, quienes rápidamente asumieron un papel rector en la sociedad andalusí.
  2. Intervino en el ejército. El ejército, de carácter tribal, ejercía una gran influencia sobre el emir. Para contrarrestar esto, el emir marginó el poder de los yunds sirios, favoreciendo a elementos procedentes de un medio extra-tribal.

Entradas relacionadas: