Auschwitz: El Campo de Exterminio Paradigmático del Holocausto
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Durante el proceso de deportación, normalmente se les comunicaba a los judíos que iban a ser "reasentados" con sus familias en el Este, donde les esperaría un trabajo. Cuando llegaban a los campos de exterminio, había todo tipo de engaños para que no sospechasen lo que les aguardaba: "iban a trabajar; esto es un campo de tránsito; debían entregar sus pertenencias que serían luego devueltas; tenían que desnudarse para tomar un baño y ser desinfectados", etc. El objetivo de las SS era claramente evitar una posible revuelta ante una muerte segura.
El modus operandi del proceso genocida lo conocemos muy bien por las descripciones de los supervivientes. Pero el relato más siniestro es el del propio comandante de Auschwitz, Rudolf Hoess, quien en 1946, tras su captura por la policía militar británica, escribió sus memorias.
El Proceso de Exterminio en Auschwitz
Según su testimonio, todo comenzaba con la llegada de los trenes que transportaban a los judíos como animales y con la selección de dos grupos una vez examinados:
- Los "válidos" para el trabajo (sobre un 20%).
- Los "inválidos" (niños, ancianos, mujeres y enfermos).
Los "inválidos" eran enviados directamente a las cámaras de gas, siempre con el engaño de una ducha desinfectadora, se desnudaban y en poco menos de media hora eran asesinados. Posteriormente eran incinerados en hornos crematorios situados encima de las cámaras, aunque antes se cortaban los cabellos de las mujeres y se buscaban piezas de oro en las dentaduras.
Los Sonderkommandos: Víctimas y Verdugos
La situación más aberrante y alucinante la tuvieron que experimentar los sonderkommandos, presos judíos que ayudaban a los recién llegados a los campos a introducirlos en las cámaras de gas, a veces a su propia familia, y después a incinerarlos. Es difícil imaginarse una circunstancia más terrorífica y más surrealista, sabiendo además que a los pocos meses ellos serían los masacrados.
La Deshumanización como Preludio al Genocidio
El haber evitado la cámara de gas no les iba a privar de una muerte posterior, ya que en esas condiciones sobrevivir más de tres meses era casi milagroso. Pero primeramente había que exprimirlos antes de que expirasen. Cuando llegaban los judíos a los campos, y no sólo a los del complejo de Auschwitz, el no saber qué le había sucedido a tu familia, la pérdida de cualquier bien material, la desnudez, el extraño uniforme, el tatuaje del número en el antebrazo, los barracones atestados e inmundos, la escasísima comida y las penosas condiciones de trabajo acabaron reflejando la política racista del régimen nazi. Eran subhumanos (Untermenschen), animales y así había que tratarlos.
Auschwitz-Birkenau: Símbolo del Holocausto
De todos los campos de concentración y de exterminio, Auschwitz-Birkenau es el paradigma del Holocausto. Supuso el paso final del proceso iniciado años antes con la exclusión de los judíos de la sociedad alemana y que continuaron con la despersonalización y la degradación de la figura humana. Esto es importante porque, si no, no se podría explicar el genocidio de seis millones de seres humanos indefensos.
El complejo de Auschwitz refleja perfectamente toda la política racial nazi, también las necesidades de ganar la guerra, aunque siempre este aspecto subordinado a la tarea genocida. Cuando el ejército soviético se acercaba al complejo de Auschwitz, las SS destruyeron las cámaras de gas y los hornos crematorios, mataron a los prisioneros no aptos y evacuaron a miles de ellos a campos situados más al oeste para seguir aprovechando esta mano de obra. Esa evacuación, las llamadas "marchas de la muerte", representa uno de los aspectos más absurdos, solamente explicables desde el punto de vista de la política racial nazi.