Las Aventuras de Odiseo: De Troya a la Isla de Eea

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Los Cicones y los Cíclopes

Odiseo, presentándose ante la audiencia, comienza a relatar su travesía desde la caída de Troya. Su primer destino fue la ciudad de Ismaro, hogar de los Cicones, donde lamentablemente perdió a varios de sus compañeros. Posteriormente, llegaron a la isla de los Lotófagos, donde tres de sus hombres, tras consumir el loto, perdieron el deseo de regresar a casa, obligando a Odiseo a llevárselos a la fuerza. Su siguiente parada fue la isla de los Cíclopes. En una caverna, se encontraron con Polifemo, hijo de Poseidón, quien devoró a varios miembros de la tripulación. Atrapados en la cueva por una enorme piedra, Odiseo, con su astucia, emborrachó a Polifemo con vino y, con un palo afilado, cegó al cíclope mientras dormía. Finalmente, lograron escapar ocultándose bajo pieles de oveja.

Eolo y los Lestrigones

El viaje continuó hasta la isla de Eolo, quien les ofreció ayuda para llegar a Ítaca. Eolo entregó a Odiseo una bolsa de piel que contenía los vientos del oeste. Sin embargo, al acercarse a Ítaca, la curiosidad de sus hombres los llevó a abrir la bolsa, liberando los vientos y desatando una tormenta que los alejó de su hogar. Tras seis días de navegación, llegaron a la isla de los Lestrigones, gigantes caníbales que devoraron a casi todos los compañeros de Odiseo. Huyendo de allí, llegaron a la isla de Circe, quien le reveló al héroe que para regresar a casa, debía pasar por el país de los muertos. Al igual que Calipso, Circe se enamoró de Odiseo, pero su amor no fue correspondido.

El Palacio de Circe

El palacio de Circe se erigía como una mansión de piedra en el centro de la isla de Eea, en medio de un valle y un claro dentro de un denso bosque. Leones y lobos, víctimas de su magia, merodeaban el palacio, inofensivos y dóciles ante los extraños. Circe pasaba su tiempo trabajando en un gran telar. Al llegar a Eea, Odiseo envió a la mitad de su tripulación a explorar la isla, mientras él permanecía en las naves con el resto. Circe invitó a los marinos a un banquete, hechizando la comida con una de sus pociones. Tras saciarse, utilizó su vara mágica para transformarlos en cerdos. Solo Euríloco, quien sospechaba de una traición, logró escapar y alertó a Odiseo y a los demás. Odiseo partió solo al rescate de sus hombres, pero en el camino, Hermes lo interceptó y le entregó la planta moly, que lo protegería del encantamiento de Circe.

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