Bandas Sonoras: La Música en el Cine y su Evolución
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Música Cinematográfica: Un Elemento Clave en la Narrativa Fílmica
¿Qué es una Banda Sonora?
Se denomina música cinematográfica a la música compuesta específicamente para el cine. Este tipo de música desempeña una doble función: reforzar el significado de las ideas que las imágenes por sí solas no son capaces de expresar y, a la vez, establecer un vínculo narrativo continuo en el discurso cinematográfico, contribuyendo a dar credibilidad a la acción.
La parte sonora de una película se denomina banda sonora. En ella se incluyen tres tipos de sonidos diferentes:
- Efectos sonoros: Son todos aquellos ruidos que deben escucharse para dar credibilidad a la imagen (una puerta que se cierra, pasos al caminar, un grifo que gotea, una calle con tráfico, la lluvia, etc.). Sirven para ambientar o decorar la escena. Cuando la música forma parte de los efectos sonoros (una radio encendida), se denomina diegética; está justificada dentro del argumento de la película.
Sin embargo, la mayor parte de las veces, la música que suena en el cine no está justificada por el argumento ni la pueden escuchar los personajes. Es la música extradiegética, incidental o música de fondo. Se trata de una música irreal, que sólo escucha el espectador y pretende influir en su manera de entender las imágenes. Es la música subjetiva que refuerza el significado poético, expresivo y dramático de la imagen. Pertenece a la ficción cinematográfica.
- Diálogos (locución): Se pueden grabar en un estudio o mediante la toma de sonido directo.
Las bandas sonoras “sonorizan” las imágenes y con ello se consigue transmitir al espectador el paisaje sonoro que da credibilidad a una escena. Es muy habitual que se utilice el término banda sonora original (BSO) para referirnos únicamente a la música que se utiliza en una película, ya que es la parte sonora con más interés.
El poder de la música en el resultado final es fácil de comprobar. Por ejemplo, en la escena de la ducha de la película Psicosis (1960), si la visionamos sin volumen, nos damos cuenta de que es la música la que lleva las riendas de la tensión.
Orígenes de la Música en el Cine
A principios de los años treinta, las películas sonoras se convirtieron en un fenómeno social de gran éxito. Los directores cinematográficos se dieron cuenta de que la música tenía que estar dosificada, que una buena alternancia entre ella, los ruidos y el silencio resultaba, desde el punto de vista artístico, sumamente eficaz.
Y, además, tenía que ser creíble, es decir, que la presencia de la música en la escena debía estar justificada mediante la visualización de su fuente sonora (un tocadiscos, una orquesta de baile, un violinista, etc.). Con ello se pretendía que el público comprendiera visualmente de dónde provenía la música que se escuchaba en esa secuencia, y que ésta formaba parte de la acción. Este tipo de música, en que la fuente sonora es visible o explícita en la pantalla, se denomina música diegética, realista u objetiva.
Muchos estudios cinematográficos contrataron a los compositores más respetados de Europa para que crearan las bandas sonoras de sus producciones. Uno de los primeros éxitos de esa época fueron las composiciones de Max Steiner para la película King Kong (1933) y Lo que el viento se llevó (1939). En ellas se introdujo, por vez primera, música de fondo, es decir, que no provenía de ningún lugar visible en la pantalla ni formaba parte de la acción dramática. Este tipo de música cinematográfica se denomina música incidental o extradiegética. Pertenece a la pura ficción cinematográfica, y con el tiempo se ha aceptado como una convención. El estilo musical de la “música de fondo” de estas primeras películas era sinfónico, romántico e impresionista. Era una música fundamentalmente tonal, que se ajustaba como anillo al dedo a la expresión de las emociones del melodrama. Este tipo de música se denominaría con el tiempo el “sonido clásico de Hollywood”.
Otra novedad que Max Steiner introdujo en las bandas sonoras de la década de los treinta fue el uso del motivo conductor o leitmotiv. Cada personaje o situación concreta de la película tiene su propio motivo melódico, de manera que la música contribuya a la caracterización de los distintos personajes o de la situación principal.
La Música: Un Componente Esencial desde los Inicios del Cine
En los albores del cine, cuando las películas eran mudas, la música se interpretaba “en directo”. Los hermanos Lumière contrataron a un pianista para que tocara durante la primera proyección comercial de una película. En esta etapa primitiva del cine, la música contribuía más a enmascarar el ruido del proyector y a vencer el miedo a la oscuridad de los primeros espectadores que a reforzar el contenido emocional de la imagen.
Poco a poco se dieron cuenta de que la música, por el efecto que provocaba en los espectadores, tenía una gran importancia en la exhibición de las películas. Los procedimientos más habituales para dotar de música a aquellas primeras películas fueron:
- Realizar la banda sonora con música preexistente.
- Encargar a un compositor música creada específicamente para la película.
Utilización de Música Preexistente
En el caso de la música preexistente o de repertorio, los productores utilizaban obras musicales arregladas para piano. La mayoría eran adaptaciones de melodías clásicas conocidas; también recurrían a la música ragtime y a otras canciones populares de éxito.
La música de repertorio, en la que se indicaba el tipo de escena al que podía ajustarse o el clima emocional que podía generar, se clasificaba por géneros y por situaciones. Gracias a ella, las escenas de cine mudo “cobraban vida” y provocaban la risa, la diversión y el aplauso de los primeros espectadores.
Música de Nueva Creación para Bandas Sonoras
No toda la música que acompañaba al cine mudo correspondía a música de repertorio. Hacia 1910, algunos directores comenzaron a encargar partituras de nueva creación. La partitura de la banda sonora viajaba junto a las latas de celuloide para que el pianista local la hiciese sonar durante la proyección de la película. En los años veinte, la música comenzó a utilizarse también durante los rodajes para provocar emociones concretas en los actores. Para crear el clima psicológico adecuado a la escena, una orquestina tocaba música mientras se filmaba a los actores.
Con la intención de asegurar la calidad musical en las exhibiciones, los productores cinematográficos idearon nuevos procedimientos para controlar la música y los efectos sonoros de sus películas. Uno de ellos fue la utilización del Vitaphone, un reproductor de discos que colocaban al pie del escenario. Los discos tenían grabada la música, así como los efectos sonoros para cada película. El sistema no cuajó por su escaso volumen y porque presentaba problemas de sincronización. Prosiguieron las investigaciones para perfeccionar la sincronización de sonido e imagen. Uno de los experimentos consistió en integrar el sonido grabado en uno de los lados de la propia película de celuloide. Éste fue el punto de partida de la sonorización que conocemos en la actualidad, ya que en el celuloide se podían integrar, junto a los fotogramas, la música, los diálogos, los ruidos y demás efectos sonoros. Con ello se conseguía una perfecta sincronización del resultado final.
La Incorporación de Innovaciones Musicales en el Cine
Los años cuarenta se conocen como la década dorada del cine. Uno de los hitos indiscutibles fue la película Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941), de Orson Welles, con música de Bernard Herrmann.
Bernard Herrmann es uno de los mejores compositores de la historia del cine. Citizen Kane fue su primera composición de música cinematográfica. Sus composiciones se caracterizan por:
- Modernizar el lenguaje musical cinematográfico.
- Utilizar los instrumentos de la orquesta de forma innovadora.
- Acercar al gran público sonoridades diferentes.
Preludio es la música de la banda sonora con que comienza la película Citizen Kane, de Orson Welles. Acompaña a una escena oscura, tenebrosa, en la que, con un manejo poco habitual de la cámara, la imagen nos adentra en una habitación y nos introduce en el paisaje nevado de una bola de cristal.