Basílica del Santo Sepulcro y la Natividad: Arquitectura Paleocristiana en Tierra Santa

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Basílica y Rotonda de la Anástasis en el Gólgota, Jerusalén (c. 336)

De la basílica constantiniana tripartita original (compuesta por el Martyrion, el Tripórtico y la Anástasis), hoy solo se conserva la rotonda de la Anástasis, aunque restaurada en numerosas ocasiones. Funciona como un grandioso mausoleo sobre la tumba vacía de Cristo. Es un templo martyrial de gran tamaño; incluso se conocen los nombres de los arquitectos, algo inusual para la época: Eustaquio y Cenobio, de Constantinopla.

Los peregrinos se acercaban a la rotonda de la Anástasis por ser el lugar del sepulcro de Cristo. Posee una planta circular rodeada de columnas que definen un deambulatorio. Junto a la rotonda, se levantaba un gran atrio (patio porticado) con pórticos en tres de sus lados, que daba acceso al edificio martyrial. Este atrio tenía forma trapezoidal y una gran escalinata.

Detrás del atrio, se encontraba una basílica de cinco naves. La nave central se orientaba hacia el oeste, al igual que el edificio martyrial, y remataba en un ábside semicircular rodeado por doce columnas, simbolizando a los apóstoles. Desde el santuario se accedía al atrio. Se puede observar la boca del Calvario, donde Cristo fue crucificado.

Iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén (c. 329)

La iglesia de la Santa Cruz en Jerusalén (o Basílica Sessoriana) fue adaptada por Santa Elena, madre del emperador Constantino, dentro del palacio Sessoriano a comienzos del siglo IV. Elena, tras una peregrinación a Jerusalén, regresó con un fragmento de la Vera Cruz, que depositó en su palacio (la actual iglesia de la Santa Cruz en Jerusalén).

Esta construcción, de la época constantiniana (c. 329), es una capilla palatina situada cerca del palacio. Alberga una reliquia de la Cruz de Cristo.

Se aprecia una clara separación física en la planta: una sección rectangular rematada con un ábside semicircular, y una separación tripartita entre las naves. El coro se ubica en la parte intermedia. El espacio de la capilla está claramente jerarquizado.

Iglesia de la Natividad, Belén (c. 333)

Esta iglesia conmemora el nacimiento de Cristo. La construcción combina una planta centralizada en la zona martyrial, con una planta poligonal y una abertura superior en la cubierta, que comunica la parte central del recinto con el cuerpo basilical.

La iglesia consta de cinco naves; la central es más ancha y alta. Las naves están separadas por columnas con arquitrabe (adinteladas). La zona martyrial se separa de la nave mediante un arco triunfal de medio punto. El pórtico era necesario para acoger a los peregrinos en un espacio cubierto.

La Basílica de Belén, construida hacia el año 333, se componía de un edificio de planta cuadrada de unos 29 metros de lado. Este edificio albergaba un cuerpo basilical de cinco naves longitudinales y un octógono en su cabecera, que sustituía al ábside e interrumpía el bajo transepto. Desde una amplia explanada se accedía a un atrium rectangular y a un nártex, que se anteponía a la basílica a modo de propíleo. El octógono tenía una cubierta piramidal con una apertura cenital. En el suelo, se abría un hueco protegido por una barandilla, desde donde los peregrinos podían observar la cueva del Nacimiento.

Esta construcción fue ampliada en tiempos de Justiniano, prolongándose longitudinalmente en ambos sentidos. Durante esta reforma, el octógono original desapareció, transformándose en un presbiterio trilobulado (con tres ábsides). Los dos ábsides laterales se enfrentaban entre sí, definiendo un transepto rematado por dichas exedras. Por lo tanto, la construcción actual es más característica del período de Justiniano que de la etapa de Constantino, aunque se la siga considerando una de las pocas "basílicas constantinianas".

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