Calidad del Aire Interior en Edificios: Factores, Normativas y Control para un Ambiente Saludable

Clasificado en Medicina y Ciencias de la salud

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Introducción: La Creciente Importancia de la Calidad del Aire Interior

En las últimas décadas, los cambios en los estilos de vida, la construcción cada vez más hermética de los edificios y el uso de tecnología avanzada han aumentado la exposición a contaminantes ambientales interiores (biológicos, químicos y físicos). Esto ha provocado un incremento en afecciones respiratorias como el asma y la alergia.

Para mitigar estos riesgos, es esencial adoptar medidas preventivas y realizar controles periódicos que garanticen una calidad ambiental adecuada. La creciente hermeticidad de los edificios, orientada a mejorar la eficiencia energética, reduce la ventilación natural y favorece el reciclado del aire interior. Esto puede llevar a la acumulación de contaminantes provenientes de materiales de construcción, mobiliario, equipamiento y las propias actividades humanas.

Regulaciones como el Código Técnico de la Edificación (CTE), el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y el Reglamento REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias químicas) han mejorado la gestión de la calidad del aire interior. Sin embargo, las autoridades de Salud Pública enfrentan nuevos desafíos en vigilancia, inspección y control, lo que exige una cooperación más estrecha entre los ámbitos de salud, medio ambiente e investigación.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la población de las ciudades pasa entre el 80% y el 90% de su tiempo en espacios cerrados, los cuales pueden tener ambientes con distintos grados de contaminación, ocasionando problemas de salud.

Sistemas de Inspección y Control Ambiental (SICA)

Los Sistemas de Inspección y Control Ambiental (SICA) en edificios de uso público son herramientas clave para prevenir y controlar riesgos sanitario-ambientales relacionados con la calidad del aire, agua potable, Legionella, seguridad química, piscinas, etc.

Estos sistemas promueven entornos saludables mediante procedimientos de gestión, auditoría y planes de autocontrol aplicables en todas las fases del ciclo de vida del edificio: diseño, construcción, uso, mantenimiento y control.

Planes Mínimos de un SICA

Todo SICA debe contener, como mínimo, los siguientes planes:

  • Plan de prevención y control de la calidad del aire interior (PCCAI).
  • Plan de reformas y remodelaciones.
  • Plan de mantenimiento.
  • Plan de limpieza y desinfección.
  • Plan de control integrado de plagas.
  • Plan de autocontrol de agua de consumo humano.
  • Plan de autocontrol de legionelosis.

Líneas de Intervención para un Ambiente Interior Saludable

Las líneas de intervención clave para lograr un ambiente interior saludable incluyen:

  • Prevención y control de la calidad del aire interior.
  • Autocontrol del agua de consumo.
  • Limpieza y desinfección.
  • Control integrado de plagas.
  • Autocontrol de legionelosis.
  • Mantenimiento.
  • Reformas y remodelaciones.
  • Seguridad.

Además, todo edificio, conforme al Código Técnico de la Edificación (CTE) y demás normativas aplicables, debe contar con un Plan de Seguridad contra incendios, caídas y otros accidentes.

Control Analítico del Ambiente Interior

El control analítico del ambiente interior enfrenta el reto de definir dónde y cuántas muestras tomar, salvo en casos con normativas específicas (como Legionella, agua potable, piscinas, etc.). La representatividad de las muestras es clave, por lo que es necesario conocer las fuentes y tipos de contaminantes presentes para determinar un número mínimo adecuado de puntos de muestreo.

Además, la toma de muestras debe planificarse y documentarse correctamente, considerando factores como el momento del muestreo, las condiciones del edificio (ocupación, hora del día, funcionamiento de sistemas HVAC), el método, la duración y la frecuencia del muestreo, así como los parámetros específicos a analizar.

Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los Estados Unidos, el aire interior puede estar hasta 5 veces más contaminado que el aire exterior.

Parámetros a Evaluar en la Calidad del Aire Interior

Los parámetros físico-químicos y biológicos a analizar dependerán, por tanto, de las fuentes contaminantes que se encuentren en el edificio. Como mínimo, suelen incluirse:

  • Temperatura y humedad relativa.
  • Dióxido de carbono (CO₂).
  • Monóxido de carbono (CO).
  • Partículas en suspensión (PM10).
  • Bacterias y Hongos en suspensión.

Estos son los parámetros analíticos reglamentarios mínimos incluidos en los Planes del Sistema de Gestión de la Calidad del Aire Interior (SGCAI) según la normativa española.

Otros Parámetros Adicionales a Considerar

Según el análisis de riesgos específico de cada edificio, puede ser necesario muestrear otros parámetros adicionales:

  • Fibras en suspensión (amianto, fibra de vidrio, etc.), en presencia de materiales de construcción o aislantes a base de fibras minerales.
  • Radón, si el edificio se ubica sobre terreno granítico o se han empleado materiales de construcción que lo emitan (ej. granitos).
  • Compuestos Orgánicos Volátiles (COV): Incluyen hidrocarburos policíclicos y monocíclicos, y aldehídos como el formaldehído, que son particularmente tóxicos. Si existe una presencia significativa de olores, sobre todo en edificios recién construidos o reformados con mobiliario nuevo, se debería medir formaldehído.
  • Ozono (O₃), cerca de equipos que puedan generarlo como fotocopiadoras, impresoras láser o purificadores de aire (ozonizadores).
  • Ácaros del polvo, en zonas de almacenamiento (especialmente de papel), áreas con moquetas o tapicerías, o con escasa limpieza, y donde haya presencia de mascotas.
  • Benceno, nicotina y aldehídos específicos, si existe presencia de humo de tabaco (aunque fumar esté prohibido en la mayoría de los espacios públicos cerrados).
  • Iluminación y ruido ambiental (parámetros de confort).
  • Presencia de vectores (insectos, roedores), evaluada en el plan de control de plagas.

Parámetros Clave y Estrategias de Prevención

Prevención y Control de la Calidad del Aire Interior

La mala calidad del aire interior puede provocar diversas enfermedades, siendo las respiratorias las más evidentes. Algunas pueden ser graves e incluso mortales, como el cáncer de pulmón causado por la exposición prolongada al radón, que es la segunda causa de muerte por este tipo de cáncer después del tabaco.

Según estimaciones de la OMS sobre morbilidad mundial, la contaminación del aire (tanto exterior como interior) provoca más de 7 millones de defunciones prematuras al año en todo el mundo. Puede causar o agravar enfermedades como asma, alergias, Sensibilidad Química Múltiple e incluso contribuir a enfermedades cardiovasculares como ictus o anginas de pecho.

Antes de utilizar un equipo de medida, es fundamental definir qué contaminantes se buscan en el interior de los edificios, ya que pueden afectar la salud de diversas maneras. La calidad del aire interior está estrechamente relacionada con la del aire exterior, ya que la ventilación (natural o forzada) introduce aire del ambiente externo.

Por ello, evaluar la calidad del aire exterior ayuda a identificar posibles contaminantes que puedan ingresar al interior. En España, muchas ciudades cuentan con redes de estaciones medidoras de calidad del aire, cuyos datos suelen poder consultarse en las páginas web municipales o autonómicas. El Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) clasifica la calidad del aire exterior como ODA (Outdoor Air Damper), con tres niveles: ODA 1 (aire puro), ODA 2 (aire con partículas) y ODA 3 (aire con alta concentración de partículas o contaminantes gaseosos).

La calidad del aire exterior en grandes ciudades puede evaluarse fácilmente gracias a los medidores disponibles, pero en zonas rurales y poblaciones pequeñas esta información es menos accesible. Sin embargo, en estos entornos la contaminación atmosférica general suele ser menor, aunque pueden predominar otros contaminantes específicos, como el polen en épocas de floración.

Factores Externos e Internos que Afectan la Calidad del Aire Interior

Para identificar posibles contaminantes en interiores, es clave considerar factores externos como:

  • La proximidad de industrias o fuentes de emisión significativas (aunque no siempre impliquen contaminación relevante en el interior).
  • El tipo de instalaciones de climatización y calefacción utilizadas en los edificios del entorno, como las torres de refrigeración antiguas, que pueden ser focos de Legionella si no están bien mantenidas.
  • Zonas graníticas: El granito contiene pequeñas cantidades de uranio natural. A medida que el uranio se desintegra radiactivamente, se transforma en radio y luego en gas radón, que puede filtrarse desde el suelo al interior de los edificios, suponiendo un riesgo en áreas geográficas con estas características.
  • Contaminación por CO₂ y CO: En edificios con calderas ubicadas en patios interiores pequeños y mal ventilados, los gases de combustión como CO₂ y CO pueden acumularse en las zonas bajas y potencialmente ingresar al interior del edificio a través de ventanas, puertas o huecos no sellados.

A esto hay que sumar los focos de generación de contaminantes del interior del propio edificio, que en muchos casos se desconocen:

  • Mobiliario de madera prensada (aglomerado, MDF): Puede emitir COV, especialmente formaldehído (clasificado como cancerígeno).
  • Pinturas y revestimientos: En edificios antiguos, algunas pinturas contenían plomo, un metal pesado muy tóxico. Las pinturas modernas, barnices y disolventes también pueden contener COV, salvo algunas formulaciones ecológicas o de bajas emisiones que restringen su contenido.
  • Moquetas, textiles y plásticos: Algunos materiales, como ciertos manteles de hule o tejidos tratados, pueden contener plastificantes (ftalatos), retardantes de llama u otras sustancias preocupantes. Las moquetas pueden acumular polvo, ácaros y otros contaminantes.
  • Ubicación y año de construcción: Influyen significativamente. Muchos materiales contaminantes utilizados en la construcción inicial (ej. amianto en fibrocemento o aislantes, plomo en tuberías o pinturas) pueden liberarse con el tiempo, especialmente durante reformas, y entrar en los sistemas de ventilación o en el ambiente interior.
  • CO₂ y CO de diversas fuentes interiores:
    • Respiración humana: Principal fuente de CO₂ en espacios ocupados. Niveles altos indican mala ventilación.
    • Aparatos de combustión: Calderas, calentadores de agua a gas, cocinas de gas, estufas, chimeneas. Si la combustión es incompleta o la evacuación de humos es deficiente, pueden generar CO (muy tóxico) y otros contaminantes. Las rejillas de ventilación en cocinas, necesarias para aparatos atmosféricos, a menudo se tapan incorrectamente.
    • Animales de compañía: Pueden ser fuente de alérgenos (caspa, saliva) y partículas.
    • Productos de limpieza y mantenimiento: Contienen diversas sustancias químicas (desinfectantes, ambientadores, disolventes) que pueden emitir COV.

Además de los contaminantes químicos y biológicos, factores físicos como la humedad relativa y la temperatura influyen en la calidad del aire interior y en la salud. Niveles inadecuados de humedad (demasiado alta o demasiado baja) o temperatura pueden afectar el confort térmico, el bienestar de los ocupantes, favorecer el crecimiento de moho y ácaros, y agravar enfermedades respiratorias como alergias y asma.

Obligaciones Normativas (RITE)

Desde 2013, con la modificación del RITE (Real Decreto 238/2013), la inspección de la calidad del aire interior es obligatoria en España para ciertas instalaciones. Esta norma exige una revisión anual de la calidad ambiental interior (incluyendo la red de conductos de aire acondicionado) en instalaciones térmicas de edificios con una potencia útil nominal total superior a 70 kW. Esto excluye en general las viviendas individuales, pero se aplica a la mayoría de los edificios de uso público, comerciales y de oficinas.

Esta revisión implica la obligatoriedad anual de evaluar la necesidad de higienización en las instalaciones de ventilación y climatización, basándose en las normas técnicas correspondientes.

Normas Técnicas de Referencia (UNE)

Las Normas UNE (Una Norma Española) a las que alude el Real Decreto 238/2013 y que son fundamentales en este ámbito son:

  • Norma UNE 100012:2005 sobre Higienización de sistemas de climatización. Su aplicación es obligatoria según el RITE 2013 para evaluar la necesidad de limpieza.
  • Norma UNE 171330 (Partes 1 y 2) sobre Calidad ambiental en interiores. Establece la metodología para la inspección.

Norma UNE 100012:2005 sobre Higienización de Sistemas de Climatización

Esta norma establece el procedimiento para evaluar el estado higiénico de los Sistemas de Ventilación y Acondicionamiento de Aire (SVAA) y determinar si es necesaria su limpieza. Para realizar la revisión se siguen los siguientes controles:

1. Inspección Visual

La inspección visual es el primer paso para verificar el estado de higiene de un sistema SVAA.

Procedimiento:

  • Revisar visualmente todos los componentes accesibles del sistema (Unidades de Tratamiento de Aire - UTAs, conductos, rejillas, difusores, etc.).
  • Tomar fotografías y realizar anotaciones detalladas del estado encontrado (suciedad, polvo, óxido, humedad, crecimiento microbiano visible).
  • Elaborar un informe técnico que incluya:
    • Control de los equipos: tipo, especificaciones técnicas y estado de conservación.
    • Control de las redes de conductos: materiales, accesibilidad y estado de conservación e higiene.

Normativa: Este procedimiento cumple con los requisitos del RITE para la evaluación anual.

2. Inspección Microbiológica y Estándares

La norma UNE 100012 establece el método de muestreo para aire y superficies en su Anexo B, así como criterios de valoración.

Objetivo: Evaluar la presencia y nivel de contaminación microbiana (bacterias y hongos).

Alcance:

  • Inspección y muestreo de superficies en componentes clave de las UTAs (filtros, baterías, bandejas de condensados, humidificadores).
  • Muestreo de superficies en puntos representativos de los conductos.
  • Muestreo del aire de impulsión, retorno y en el ambiente interior.

Parámetros microbiológicos a evaluar:

  • Contaminación total de flora microbiana aerobia mesófila (bacterias).
  • Flora fúngica (mohos y levaduras).

3. Inspección de Materia Particulada y Estándares

La norma UNE 100012 establece en su Anexo C el método de muestreo de materia particulada depositada en las superficies interiores del SVAA y sus criterios de valoración.

Métodos de Muestreo:

  • Método gravimétrico con cinta adhesiva (Método de la Huella): Uso de una tira adhesiva prepesada que se aplica sobre la superficie.
  • Método de aspiración (Vacuum Test): Captación de materia particulada sobre un filtro prepesado mediante aspiración controlada en una superficie definida (ej. 100 cm²).

Los resultados de estos controles (visual, microbiológico y de partículas) determinan si el sistema se considera higiénicamente aceptable o si requiere una limpieza y desinfección.

Norma UNE 171330-2:2014 sobre Calidad Ambiental en Interiores

Esta norma, también referenciada en el RITE 2013, establece la metodología para realizar una Inspección de Calidad Ambiental en Interiores. A diferencia de la UNE 100012, que se centra en la higiene del sistema de climatización, la UNE 171330 se enfoca en evaluar la calidad del aire que respiran los ocupantes para garantizar su bienestar y confort.

La inspección debe ser realizada por un técnico superior cualificado en calidad de ambientes interiores, quien, en caso de detectar incumplimientos de los criterios de la norma, debe proponer soluciones y medidas correctoras según lo establecido en el RITE.

Beneficios de Implantar la Norma UNE 171330

  • Define y establece criterios objetivos para evaluar y mejorar las condiciones ambientales interiores.
  • Contribuye a mejorar el ambiente laboral y el confort de los ocupantes.
  • Ayuda a reducir riesgos para la salud y la seguridad asociados a una mala calidad del aire.
  • Puede aumentar la productividad y reducir el absentismo laboral por enfermedades relacionadas.
  • Fomenta una mejor gestión y mantenimiento de las instalaciones, prolongando su vida útil.

Partes de la Norma UNE 171330

  • Parte 1: Diagnóstico de calidad ambiental interior. Establece criterios generales y valores de referencia.
  • Parte 2: Procedimientos de inspección de calidad ambiental interior. Describe la metodología detallada a seguir para realizar la inspección en un edificio, incluyendo:
    Parámetros mínimos a medir:
    • Temperatura (Tª) y humedad relativa (HR).
    • Dióxido de carbono (CO₂).
    • Monóxido de carbono (CO).
    • Partículas en suspensión (PM10).
    • Bacterias y hongos en suspensión.
    Otros elementos definidos en la Parte 2:
    • Número de puntos de muestreo y su ubicación estratégica.
    • Control de calidad de las mediciones.
    • Criterios de conformidad (límites o valores de referencia para cada parámetro).
    • Métodos de análisis y criterios de valoración específicos para cada parámetro.
  • Parte 3: Sistema de gestión de la calidad ambiental en interiores. Describe los requisitos para implantar un sistema de gestión de la calidad ambiental interior, útil para auditorías y certificación voluntaria de la calidad ambiental de un edificio.

El RITE también considera la evaluación de otros parámetros adicionales relacionados con el confort, aunque no establece límites obligatorios para ellos en la inspección de calidad de aire:

  • Iluminación ambiental.
  • Ruido ambiental.
  • Campos electromagnéticos.
  • Compuestos Orgánicos Volátiles (COV).

Criterios de Conformidad de la Norma UNE 171330

Según la UNE 171330-2, un edificio se considera conforme en cuanto a calidad ambiental interior cuando se cumplen simultáneamente las siguientes condiciones:

  • Al menos el 75% de los puntos de muestreo analizados para cada parámetro cumplen con los valores límite o de referencia establecidos en la norma.
  • Para el 25% restante de puntos que puedan exceder dichos valores: Se debe conocer la causa del incumplimiento y proponer medidas correctoras adecuadas y documentadas.
  • Ninguna lectura individual supera los valores límite máximos admisibles definidos en la norma para cada parámetro.
  • Se han controlado y gestionado adecuadamente otros aspectos ambientales de riesgo higiénico-sanitario relevantes para el edificio (ej. control de Legionella según RD 865/2003, prevención de lipoatrofia semicircular si aplica, etc.).

El RITE exige que se realice esta inspección formal anualmente (para instalaciones >70 kW), y el informe resultante determinará la CONFORMIDAD o NO CONFORMIDAD del edificio respecto a la calidad ambiental interior según estos criterios.

Equipos para Medir la Calidad del Aire Interior

El tipo de equipo de medición a utilizar varía en función del contaminante que se quiera evaluar:

Radón

Existen dos formas principales para medir la concentración de gas radón:

  • Mediciones a corto plazo: Utilizan detectores (ej. carbón activado) expuestos durante unos pocos días (2-7 días). Son menos precisas y más indicativas de posibles problemas.
  • Mediciones a largo plazo: Utilizan detectores de trazas nucleares (plásticos especiales) expuestos durante un periodo más largo (típicamente 3 meses o más). Son más precisas y reflejan mejor la concentración promedio anual a la que están expuestos los ocupantes.

Las mediciones son generalmente más fiables y representativas si se realizan durante los meses de otoño e invierno, cuando la ventilación suele ser menor. Cuanto más larga es la medición, mayor es la exactitud del valor promedio obtenido. En zonas consideradas de riesgo (según el mapa del Consejo de Seguridad Nuclear - CSN), se recomienda el uso de mediciones a largo plazo o monitores continuos (domésticos o profesionales) que permitan conocer los niveles de radón durante al menos 3 meses.

La unidad utilizada es el Becquerel por metro cúbico (Bq/m³), que mide la actividad radiactiva (ej: 300 Bq/m³ = 300 desintegraciones nucleares por segundo por cada metro cúbico de aire).

Valores de Referencia y Acción:

  • Código Técnico de la Edificación (CTE DB HS6): Establece un nivel de referencia de 300 Bq/m³ como promedio anual para edificios de nueva construcción y existentes. Por encima de este valor, se requieren medidas correctoras.
  • Directiva Europea 2013/59/EURATOM y RD 1029/2022 (Protección contra radiaciones ionizantes): Fija también un nivel de referencia de 300 Bq/m³ para viviendas y lugares de trabajo. Obliga a realizar mediciones en lugares de trabajo situados en zonas de actuación prioritaria y a tomar acciones si se supera el nivel.
  • OMS: Recomienda un nivel de referencia de 100 Bq/m³. Si no es posible alcanzarlo, la concentración no debería superar los 300 Bq/m³.
  • Instituto Alemán de Baubiologie (SBM-2015): Considera niveles por encima de 30-50 Bq/m³ como anómalos o preocupantes desde una perspectiva de precaución bioconstructiva.

CO₂ / CO / Temperatura y Humedad Relativa

CO₂ como Indicador de Calidad de Aire y Ventilación

El dióxido de carbono (CO₂) se mide en partes por millón (ppm) o en porcentaje (%). Es un buen indicador indirecto de la tasa de ventilación por ocupante en un espacio.

Los niveles interiores dependen principalmente de la renovación del aire (ventilación) y la cantidad de personas presentes. Niveles elevados indican una ventilación insuficiente para diluir los bioefluentes humanos (olores, CO₂) y otros contaminantes generados en el interior.

Concentraciones persistentemente por encima de 800-1200 ppm pueden causar molestias como dolor de cabeza, cansancio, somnolencia y dificultad de concentración (síntomas asociados al "síndrome del edificio enfermo").

Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), en oficinas y ambientes no industriales, superar las 1.000 ppm de CO₂ de forma habitual suele indicar una ventilación deficiente.

Diferencias entre CO₂ y CO

  • CO₂ (Dióxido de carbono): Es un producto de la respiración y la combustión completa. En altas concentraciones, desplaza el oxígeno del aire, siendo el peligro principal la asfixia por falta de oxígeno (aunque esto requiere niveles muy altos, raros en edificios). Su principal relevancia en CAI es como indicador de ventilación.
  • CO (Monóxido de carbono): Es un producto de la combustión incompleta (calderas defectuosas, braseros, etc.). Es un gas muy tóxico porque se une a la hemoglobina de la sangre con mucha más afinidad que el oxígeno, impidiendo el transporte de este a los tejidos. Provoca síntomas como dolor de cabeza, mareos, náuseas, somnolencia, letargo y, en concentraciones elevadas o exposiciones prolongadas, puede causar la muerte (conocida como la «muerte dulce» por la ausencia de señales de alarma claras).

Los detectores domésticos de CO suelen activarse con alarmas a partir de concentraciones de 30-50 ppm mantenidas durante un tiempo. Para 90 ppm, el tiempo máximo de exposición laboral recomendado es muy corto (ej. 15 minutos según algunos estándares).

Equipos de Medición Ambiental

Existen medidores portátiles y fijos (monitores) que miden diversos parámetros ambientales simultáneamente, como CO₂, CO, temperatura y humedad relativa. Algunos modelos más avanzados pueden medir también ozono troposférico (O₃), partículas (PM) o COVs.

Son especialmente útiles para evaluar las condiciones ambientales en tiempo real, diagnosticar problemas de ventilación o confort, y verificar el cumplimiento normativo. Su uso es relevante en todo tipo de edificios, pero especialmente en grandes ciudades o cerca de fuentes de contaminación, donde los niveles de contaminantes exteriores (que afectan al interior) suelen ser más elevados.

Formaldehído (COV)

El formaldehído es un compuesto orgánico volátil (COV) clasificado como cancerígeno para humanos por la IARC (Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer). Está presente en multitud de productos utilizados en la construcción y el mobiliario: resinas de tableros de madera aglomerada o MDF, algunas pinturas y barnices, adhesivos, espumas aislantes, tejidos (tratamientos antiarrugas), productos de limpieza, desinfectantes, e incluso en el humo del tabaco.

Su valor óptimo en el aire interior es 0,0 ppm; cualquier valor detectable indica la presencia de una fuente de emisión. Se pueden encontrar niveles elevados en edificios, especialmente si son nuevos o recién reformados, debido a la emisión ("outgassing") de los materiales.

Medición del Formaldehído

  • Método estándar (pasivo): Utiliza captadores pasivos (difusivos) con un cartucho que contiene un adsorbente impregnado en DNPH (2,4-dinitrofenilhidrazina) y ácido fosfórico. Estos captadores se exponen en el ambiente durante un tiempo determinado (típicamente 24-72 horas) y luego se envían a un laboratorio para su análisis por cromatografía (HPLC). Este método proporciona una concentración promedio durante el periodo de muestreo.
  • Método activo: Similar al anterior, pero se utiliza una bomba para hacer pasar un volumen conocido de aire a través del tubo con DNPH. Permite tiempos de muestreo más cortos.
  • Monitores en tiempo real: Existen sensores electroquímicos o fotoacústicos portátiles que permiten mediciones instantáneas o continuas de formaldehído. Son útiles para identificar picos de concentración y localizar fuentes de emisión, aunque su precisión y selectividad pueden ser menores que los métodos de laboratorio.

El INSST establece un Valor Límite Ambiental para Exposiciones Cortas (VLA-EC) de 0,3 ppm (0,37 mg/m³) durante 15 minutos para el ámbito laboral. Sin embargo, para la exposición crónica en ambientes interiores no laborales, los valores de referencia son mucho más bajos. La OMS recomienda un límite de 0,1 mg/m³ (aproximadamente 0,08 ppm) como promedio de 30 minutos para evitar efectos sensoriales y proteger a largo plazo.

Problemas y Consecuencias de la Exposición Prolongada

No existe una legislación específica en España que establezca límites obligatorios de exposición crónica al formaldehído en ambientes interiores no laborales (viviendas, oficinas, escuelas).

La exposición crónica a niveles bajos de formaldehído y otros COV puede contribuir a síntomas del síndrome del edificio enfermo, irritación de ojos y vías respiratorias, y agravar el asma. Además, el formaldehído es un cancerígeno confirmado.

La Sensibilidad Química Múltiple (SQM) es un trastorno complejo y controvertido, reconocido en algunos ámbitos como enfermedad, que se caracteriza por una hipersensibilidad a diversos productos químicos presentes en el ambiente, incluso en concentraciones muy bajas que no afectan a la mayoría de la población. A veces se la denomina «enfermedad ambiental» o «ecológica».

Material Particulado (PM)

El material particulado (PM) es una mezcla compleja de partículas líquidas y sólidas de diversa composición (orgánica e inorgánica) que se encuentran suspendidas en el aire.

Sus componentes principales pueden incluir sulfatos, nitratos, amoníaco, carbono (hollín), polvo mineral, metales, polen, esporas de moho, bacterias, virus, fragmentos de ácaros, etc. Pueden sufrir transformaciones químicas en la atmósfera y son un componente clave de la contaminación atmosférica y del aire interior.

Clasificación del Material Particulado por Tamaño

Se clasifican según su diámetro aerodinámico:

  • PM10: Partículas con un diámetro aerodinámico igual o inferior a 10 micrómetros (µm). Pueden inhalarse y llegar a las vías respiratorias superiores.
  • PM2.5: Partículas finas con un diámetro aerodinámico igual o inferior a 2.5 µm. Pueden penetrar más profundamente en los pulmones, hasta los alvéolos.
  • Partículas Ultrafinas (UFP): Generalmente definidas como partículas con diámetro inferior a 0.1 µm (o 100 nanómetros). Son consideradas más peligrosas porque pueden penetrar más profundamente en los pulmones, alcanzar los alvéolos e incluso pasar al torrente sanguíneo, afectando a otros órganos.

En interiores, además de PM10 y PM2.5, a menudo se miden también otros tamaños (ej. 0.3 µm, 0.5 µm, 1 µm, 5 µm) utilizando contadores de partículas ópticos, dependiendo del equipo y los objetivos del estudio.

Medición y Límites de Exposición

Se utilizan contadores de partículas portátiles basados en dispersión de luz láser, idealmente con varios canales de medición para discriminar distintos rangos de tamaño simultáneamente. También se pueden usar métodos gravimétricos (filtración y pesada) para determinar la masa total de PM10 o PM2.5, aunque requieren más tiempo y análisis de laboratorio.

La Guía Global de Calidad del Aire de la OMS (actualizada en 2021) establece valores de referencia mucho más estrictos que los de la guía anterior (2005) para proteger la salud pública:

  • PM2.5:
    • 5 µg/m³ (media anual)
    • 15 µg/m³ (media de 24 horas)
  • PM10:
    • 15 µg/m³ (media anual)
    • 45 µg/m³ (media de 24 horas)

Estos son valores guía para el aire ambiente exterior, pero son una referencia importante también para interiores. Dependiendo del tipo de evaluación (exposición crónica o evaluación puntual), se consideran los límites anuales o de 24 horas como referencia.

Otros Compuestos y Muestreo con Bomba

Muestreo de Compuestos Específicos (Metales, HAP, etc.)

La medición de otros contaminantes específicos, como metales pesados (plomo, mercurio, cadmio), amianto, Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAP), pesticidas, u otros COV no medibles con sensores directos, generalmente requiere el uso de bombas de muestreo personales o estacionarias.

Estas bombas hacen pasar un volumen conocido de aire a través de un soporte de captación específico (filtros de membrana para partículas y fibras, tubos con adsorbentes sólidos para COV y otros gases/vapores). Posteriormente, estos soportes se envían para su análisis en un laboratorio acreditado utilizando técnicas analíticas avanzadas (ej. espectrometría de absorción atómica, cromatografía de gases o líquida acoplada a espectrometría de masas).

Para la evaluación de la calidad del aire interior, aunque se pueden tomar como referencia las metodologías y valores límite de la higiene industrial (ámbito laboral), los criterios de valoración suelen ser mucho más bajos y estrictos. Esto se debe a que las exposiciones en ambientes interiores no industriales son generalmente crónicas (muchas horas al día durante años), a niveles de concentración inferiores, y afectan a la población general, incluyendo grupos vulnerables (niños, ancianos, personas con enfermedades crónicas), no solo a trabajadores adultos sanos.

Los contaminantes presentes en edificaciones antiguas (como el plomo en pinturas o el amianto en materiales de construcción) pueden ser una fuente de preocupación particular, especialmente durante actividades de reforma o mantenimiento que puedan liberar estas sustancias al ambiente.

Número de Muestreos según la Norma UNE 171330

La norma UNE 171330-2 proporciona orientaciones para determinar el número mínimo de puntos de muestreo en función de la superficie, la distribución del espacio y los sistemas de climatización. Sin embargo, no es una regla fija (ej. no siempre se aplica un porcentaje fijo de la superficie).

El objetivo fundamental es que el número y la ubicación de las mediciones sean representativos de las condiciones ambientales a las que están expuestos los ocupantes en las diferentes zonas del edificio evaluado. La estrategia de muestreo debe basarse en un conocimiento previo del edificio, sus usos, posibles fuentes de contaminación y quejas de los ocupantes.

Ejemplo práctico: Si se sospecha de la presencia de radón en un edificio, las mediciones se priorizarán y se realizarán preferentemente en las plantas bajas o sótanos, que son las zonas de mayor riesgo de acumulación de este gas procedente del terreno.

Es importante señalar que la Norma UNE 171330 está principalmente enfocada a la inspección de edificios de uso terciario, administrativo o público. No está diseñada específicamente ni es de aplicación obligatoria para viviendas unifamiliares, para las cuales no existe actualmente en España una normativa de inspección obligatoria similar en materia de calidad de aire interior.

Consideraciones Finales sobre Mediciones de Calidad del Aire Interior

  • La calidad del aire interior es un factor complejo que depende de múltiples variables interrelacionadas: la ubicación geográfica del edificio, la calidad del aire exterior, las condiciones climatológicas, el diseño y mantenimiento del edificio y sus instalaciones (especialmente HVAC), los materiales de construcción y decoración, el mobiliario, las actividades desarrolladas en el interior, la densidad de ocupación, los hábitos de los usuarios, etc.
  • La cualificación y experiencia del personal técnico que realiza las mediciones e interpreta los resultados es esencial para garantizar la fiabilidad y utilidad de la evaluación. Se deben aplicar metodologías rigurosas y normalizadas, y utilizar equipos calibrados adecuadamente.
  • Las normas técnicas como la UNE 171330 (inspección de CAI) y la UNE 100012 (higienización de sistemas de climatización) son referencias clave en España para llevar a cabo estas evaluaciones de forma sistemática y comparable.

Caso Hipotético: Edificio de Oficinas en Madrid

Características

  • Edificio de 6 plantas destinado a oficinas, construido en los años 80.
  • Sistemas de climatización centralizados (UTAs) ubicados en la cubierta.
  • Calidad del aire exterior (ODA) estimada: ODA 2 (aire con concentración significativa de partículas, típico de entorno urbano).

Procedimiento de Evaluación (Simplificado)

  • Inspección y evaluación higiénica del sistema de climatización según UNE 100012: Incluiría inspección visual de UTAs y red de conductos, y si procede, muestreo microbiológico (aire/superficies) y de partículas depositadas para determinar necesidad de limpieza.
  • Revisión documental: Productos químicos utilizados en limpieza y mantenimiento (revisar Fichas de Datos de Seguridad - FDS), registro de operaciones de mantenimiento del sistema HVAC.
  • Inspección de Calidad Ambiental Interior según UNE 171330-2: Medición en puntos representativos de los parámetros mínimos: Tª, HR, CO₂, CO, PM10, Bacterias y Hongos en suspensión.

Velocidades de Aire y Confort Térmico

  • Medir la velocidad del aire en puestos de trabajo seleccionados, especialmente si hay quejas de corrientes de aire. Según el RITE, la velocidad media del aire en la zona ocupada debe mantenerse por debajo de ciertos límites (ej. <0.15 - 0.25 m/s, dependiendo de la actividad metabólica y la temperatura operativa) para evitar disconfort térmico.
  • Si se detecta disconfort por corrientes de aire, las soluciones pueden incluir ajustes en los difusores de aire, modificación de caudales o, en última instancia, la reubicación de puestos de trabajo afectados.
  • Se utilizan anemómetros (de hilo caliente o molinete) para medir velocidad del aire, y termohigrómetros para Tª y HR.

Factores Adicionales a Considerar

  • En función de las características específicas (ej. reformas recientes, mobiliario nuevo, quejas de olores) y el análisis de riesgos inicial, se podría considerar la medición de otros parámetros: COVs (ej. formaldehído), radón (especialmente en plantas bajas/sótano si la zona es de riesgo), etc.
  • Aunque no forman parte estricta de la inspección de calidad de aire según RITE/UNE 171330, se deben considerar otros factores que afectan al confort y bienestar global de los ocupantes, como la iluminación y el ruido ambiental. Estos aspectos suelen estar regulados por otras normativas (ej. prevención de riesgos laborales, CTE DB HR Protección frente al ruido).

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