Carismas y Ministerios en la Iglesia: Sucesión Apostólica y Colegialidad Episcopal
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Carismas y Ministerios en la Iglesia
Ministerio proviene del latín, “ministerium” que significa el servicio realizado. Por otro lado, carisma, proviene del griego, kharisma y significa en el lenguaje cristiano el don que el Espíritu Santo concede a una determinada persona para cumplir una misión. Así, en el NT se dice que Dios nos ha dado como primer don el Espíritu y por ello todo carisma se entiende como la presencia del Espíritu manifestado en los diferentes dones que él distribuye en la Iglesia para santificarla y así cumplir su misión ante el mundo. Jesús enseñó a sus apóstoles a seguir su camino para hacerse servidores siendo considerados una diakonía, es decir, al anuncio de la palabra y a otras funciones eclesiásticas como distintas formas de asistencia y gobierno de la comunidad.
De esta manera, debemos comprender que de los carismas y la práctica de la caridad depende el funcionamiento de la Iglesia y que el Espíritu dirige al pueblo de Dios, dando a cada uno capacidad de responder a su vocación desempeñando y contribuyendo a la construcción del cuerpo de Cristo. Así podemos decir que hay una estrecha relación entre servicios, ministerios y carismas y que en la actualidad cada uno de ellos hace referencia a diferentes aspectos:
- Carisma: don gratuito que el Espíritu otorga a una persona para llevar a cabo una actividad y contribuir a la construcción de la Iglesia y el bien.
- Servicio: acción que se desarrolla a favor de la comunidad cristiana.
- Ministerio: servicio otorgado por el responsable de la Iglesia a las personas que deben desempeñarlo. Encontramos así dos tipos: laicales (acolitado, lectorado) y ordenados (episcopado, presbiterado, diaconado).
Miembros Ordenados: Sucesión Apostólica y Colegialidad Episcopal
Jesús confió a los apóstoles una misión más allá de su vida física: cuidar de la salvación de los hombres. Así, los escritores más antiguos defienden que había dos problemas fundamentales que eran ¿Dónde reside la autoridad legítima en la Iglesia? Y ¿cuáles son las verdaderas Iglesias?
En cuanto a la primera pregunta la respuesta es que fueron los propios apóstoles los que se escogieron sucesores, y además, San Ignacio defiende el papel fundamental del ministerio episcopal reivindicando su origen apostólico.
En cuanto a la segunda pregunta, relacionada con la autenticidad, hacemos referencia a la continuidad de la tradición de los apóstoles que actualmente se lleva a cabo a través de los obispos. Así, la Iglesia puede celebrar sus enseñanzas auténticas demostrando la continuidad de la sucesión de sus obispos remontándose hasta los apóstoles.
En conclusión, la sucesión apostólica supone la transmisión de la fe recibida de los apóstoles y que esta sucesión es inseparable de la apostolicidad de la Iglesia en su totalidad.
Cambiando de tema y haciendo referencia al colegio episcopal, ya hemos dicho anteriormente que al colegio apostólico sucede el colegio de los obispos, que son los sucesores de los apóstoles.
La colegialidad episcopal es un elemento fundamental de la Iglesia, siendo su estructura básica y defendiendo que todos los obispos constituyen un colegio que sucede al apostólico en el magisterio y gobierno pastoral, siendo este presidido por el Papa. La forma de incorporarse al colegio episcopal es a través de la consagración sacramental y a través del rito de la imposición de manos que confiere la plenitud del sacramento del orden.
Asimismo, podemos derivar dos consecuencias:
- El obispo recibe el poder de santificar, enseñar y gobernar al pueblo de Dios, siendo el sacerdote y pastor por excelencia y que tiene la responsabilidad del cuidado de toda la Iglesia. Es decir, es el vicario, imagen e icono de Cristo.
- El triple poder del obispo se ejerce en la comunión jerárquica con el Papa y los demás obispos. Por tanto no hay un legítimo ejercicio, aunque hay una precisión que dice que el colegio de los obispos es sujeto de plena potestad de toda la Iglesia. A pesar de ello esta afirmación no debilita el poder del Papa.
Como ya hemos dicho la autoridad es ejercida por los obispos que son conscientes de tener que estar unidos al obispo de Roma. Y el Papa es consciente a su vez de que ejercen la autoridad sobre toda la Iglesia. Es por ello, que en cuanto a la autoridad pastoral encontramos 2 niveles:
- Ejercicio formal. Se da cuando los obispos ejercen juntos su autoridad pastoral, promulgan normas disciplinares y enseñan doctrinas de fe y moral.
- Colegialidad “informal”. Se da cuando los obispos sienten la necesidad y urgencia de anunciar el evangelio, cuidar de la Iglesia, etc. En tales casos se manifiesta el vínculo de caridad, solidaridad y comunión que liga a todos los miembros del colegio episcopal. En definitiva, esta es la base de la auténtica colegialidad.