Cimborrio, Bóveda de Cañón y Parteluz: Elementos Clave del Románico

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Cimborrio, Bóveda de Cañón y Parteluz: Elementos Esenciales de la Arquitectura Románica

Cimborrio

El cimborrio es un elemento arquitectónico sustentado que sirve para realzar, con una torre o cúpula, la parte donde se cruzan los dos brazos de una planta de cruz latina. Habitualmente, tiene forma de planta cuadrada u octogonal y descansa sobre los arcos torales (que sirven como refuerzo interior de una bóveda de cañón) y sobre pechinas o trompas. Tiene una doble funcionalidad: iluminar el interior mediante vanos y realzar el eje central del espacio religioso. Un claro ejemplo es el cimborrio de San Martín de Frómista.

El románico nace en Borgoña, Francia, entre los siglos XI y XII. Es un arte esencialmente religioso, al servicio de la Iglesia, fruto de una sociedad teocrática y feudal. Se trata del primer estilo de carácter universal, ya que se extiende desde Francia a toda Europa gracias al auge de la religión, las peregrinaciones y la fundación de monasterios, que se convertirán en centros de cultura y fuentes de riqueza. El terror del año mil y las peregrinaciones determinan el arte como forma de devoción de las escrituras en una sociedad analfabeta y teocéntrica.

Bóveda de Cañón

La bóveda de cañón es una construcción prolongada semicircular de arcos de medio punto, muy utilizada en el arte románico. Esta bóveda se construye con la prolongación semicircular de un arco de medio punto. Los arcos de refuerzo interiores se denominan arcos fajones o torales, que se prolongan por los pilares de la nave y tienen su esfuerzo exterior en los contrafuertes. En el románico, se empleó para cubrir espacios longitudinales, como las naves de las iglesias o sus transeptos.

Parteluz

El parteluz es un elemento arquitectónico sustentante, con forma de columna o pilar, que se ubica en el centro del vano de un arco con la intención de dividir la luz del vano en dos. Normalmente, se sitúa en el tímpano, en un pórtico o formando parte de un ventanal. Cuando ocupa el centro de una puerta principal, se le suele adosar la figura de una virgen o un santo, como en el pórtico de la Catedral de Santiago de Compostela, donde hay una imagen del apóstol Santiago.

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