Claves para Comprender la Estructura y Propiedades de un Texto
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Estructura Textual
Para comprender la estructura de un texto, sigue estos pasos:
- Localiza los párrafos del texto y enuméralos.
- Diferencia la introducción, el desarrollo y la conclusión del texto.
- Localiza en ellos las ideas principales y secundarias.
Una vez realizados los pasos anteriores, se busca la tesis. Para ello, conviene hacerse las siguientes preguntas: ¿Con qué fin ha escrito el texto el autor? ¿Qué defiende o ataca? No se debe confundir la tesis con el tema. La tesis puede ser explícita (cuando se puede localizar de forma escrita) o implícita (cuando la deducimos dentro del contexto).
El siguiente paso es señalar el tipo de estructura según la localización de la tesis:
- Analizante: La tesis aparece al principio del texto y después los argumentos.
- Sintetizante: Aparecen primero los argumentos y al final la tesis.
- Encuadrada: La tesis se localiza al principio y al final.
- Repetitiva: La tesis aparece varias veces a lo largo del texto.
- Paralela: Aparecen varias tesis distintas.
Para finalizar la organización estructural, solo queda indicar los tipos de argumentos utilizados por el autor para defender su tesis. Estos pueden ser:
- Datos
- Generalidades indiscutibles
- Analogías o ejemplos
- Citas
- Experiencia personal
- Criterio sapiencial
- Entre otros.
Vigencia e Interés Social
Aquí se indica si el texto conserva su vigencia, indistintamente de cuándo haya sido escrito, y lo mismo respecto a su interés social en la actualidad.
Funciones Lingüísticas
Hay que señalar la función dominante o las dominantes. Pueden ser:
- Referencial o representativa: Informa objetivamente sin más.
- Expresiva o emotiva: Transmite las emociones o actitud del emisor.
- Apelativa: Pretende influir en la conducta del lector.
- Poética: Quiere llamar la atención sobre la forma del mensaje.
- Metalingüística: Se emplea el lenguaje para explicar el funcionamiento de la lengua.
- Fática: Se aprecia la utilización de fórmulas o interjecciones para mantener el canal de comunicación (ej. “ya, ya…”, “bueno…”, “vale…”).
Modalizadores
Son los elementos que manifiestan la subjetividad o punto de vista del emisor. Se pueden identificar a través de:
- Léxico valorativo: Verbos, sustantivos, adjetivos, adverbios, tabúes, eufemismos, etc., que expresan una opinión o valoración.
- Modalidad oracional: El tipo de oración empleada (asertiva, exhortativa, desiderativa, dubitativa, interrogativa, exclamativa, entre otras).
- Signos de puntuación: Uso expresivo de comillas, paréntesis, signos de exclamación, puntos suspensivos, etc.
- Figuras retóricas: Como la ironía o la hipérbole.
- Frases hechas o refranes: Otorgan peso o validan lo escrito desde una perspectiva cultural.
Cohesión Léxico-Semántica
En este apartado se analiza cómo se relacionan las palabras por su significado para dar unidad al texto. Se incluye la apreciación de:
- Sinonimia
- Antonimia
- Hiperonimia e Hiponimia
- Repeticiones (léxicas, semánticas)
- Campos semánticos o asociativos
- Familias léxicas (voces derivadas, compuestas y/o parasintéticas).
Cohesión Sintáctica o Gramatical
Este punto se desarrolla en función de los mecanismos gramaticales que conectan las partes del texto:
- Deixis: Referencia a elementos del contexto (personal, espacial, temporal, social). Puede ser personal o impersonal.
- Anáfora: Referencia a un elemento ya mencionado en el texto.
- Catáfora: Referencia a un elemento que se mencionará después.
- Elipsis: Omisión de elementos que se sobreentienden por el contexto.
- Conectores: Marcadores discursivos que establecen relaciones lógicas entre enunciados (adición, contraste, causa, consecuencia, etc.).
- Tematizaciones: Poner un elemento en posición inicial para destacarlo como tema.