Componentes Esenciales en Cirugía Laparoscópica: Funcionamiento y Características
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Videoprocesador
Mediante un cable flexible, se coloca una cámara firmemente anclada sobre la óptica. Esta cámara captura las imágenes de las diferentes cavidades humanas durante el acto quirúrgico. Estas imágenes se procesan y tratan en el videoprocesador. Luego, a través de una salida de video conectada mediante una conexión flexible, se reproducen en un monitor de televisión.
Actualmente, los videoprocesadores son de alta definición y ofrecen una imagen de gran nitidez, lo que facilita el trabajo del operador. Se pueden utilizar lentes de 90 y 30 grados, dependiendo de la patología a tratar, así como de las preferencias y el entrenamiento del cirujano.
Algunos centros especializados cuentan con cámaras que proporcionan una imagen en 3D de la cirugía, aunque su uso no está tan extendido.
En la parte posterior de la cámara, hay un sistema de botones (en modelos más antiguos, estos se encuentran en la torre) que permiten realizar el control de blancos, mejorar el foco e incluso grabar o tomar fotografías de la cirugía.
Monitor
Las imágenes capturadas por la lente de la óptica se transfieren a través del cable flexible al procesador de imágenes y, finalmente, se envían al monitor de televisión. El médico especialista realiza la intervención quirúrgica visualizando todo el acto quirúrgico en este monitor. La cirugía no se lleva a cabo con una visión directa del campo quirúrgico, sino que las manos del médico son guiadas por una imagen indirecta a través del monitor.
Insuflador de CO2
Durante la laparoscopia, se logra una visualización correcta mediante la creación de un neumoperitoneo (presencia de aire libre en la cavidad peritoneal). Esto se consigue insuflando la cavidad abdominal o el retroperitoneo (la región visceral abdominopélvica) con CO2. Aunque se pueden usar otros gases inertes, el CO2 es el más económico.
Los insufladores modernos mantienen una presión adecuada y constante dentro del abdomen, con variaciones del flujo de infusión (litros por minuto). En cirugías prolongadas o durante procedimientos "mano asistidos", se requiere un insuflador capaz de alcanzar flujos de infusión de 20 o 30 litros por minuto.
Los insufladores miden el gas restante en la bombona, monitorizan la presión abdominal, el flujo de infusión y cuentan con un sistema de alarma (alerta de máxima presión regulable) y de seguridad. Algunos incluso incorporan un circuito cerrado para el recambio del gas eliminado, el humo y el vapor.
En adultos, la presión de trabajo normal oscila entre 12 y 15 mm Hg, pudiendo reducirse hasta 10 mm Hg en las fases de disección.
Durante la insuflación, la presión intraabdominal aumenta. En presencia de una función respiratoria normal, el CO2 se difunde sin problemas y se elimina mediante la respiración, a expensas de un aumento de su concentración sanguínea y la presencia de acidosis metabólica. El aumento de la presión intraabdominal también produce un incremento de las resistencias periféricas y una disminución del retorno venoso. Estos efectos dependen de la presión y aparecen a presiones de 15 mm Hg o superiores.