Comprender la Ansiedad: Síntomas, Tipos y Mecanismos de Defensa

Clasificado en Psicología y Sociología

Escrito el en español con un tamaño de 12,58 KB

La ansiedad es un fenómeno presente en todas las épocas y culturas, una experiencia universal. Está relacionada con procesos endocrinos y mediadores colinérgicos que ponen en alerta a la persona, provocando síntomas como taquicardia y sudoración, lo que constituye un principio de estrés.

Sentirse ansioso es parte de la vida y ocurre con frecuencia. Solo cuando interfiere en la vida de la persona, hablamos de un trastorno de ansiedad. Se presenta en el 100% de los trastornos psíquicos, ya sean mayores o menores (endógenos o exógenos). Estos trastornos pueden ser muy incapacitantes, aunque, si no son muy intensos, alertan sobre posibles peligros.

Peplau afirmó que la ansiedad es “la respuesta inicial a una amenaza psíquica”, un anuncio de una posible enfermedad mental.

La ansiedad puede definirse como la “reacción del organismo ante una situación que se vive como peligrosa, un sentimiento subjetivo de tensión interna, provocada en muchas ocasiones por un temor indefinido y probablemente irracional”.

El miedo es una entidad mayor y está asociado a la ansiedad, pero es un temor concreto y real. Ha ocurrido un hecho y se sufre en cada situación que lo recuerda, una situación negativa anterior (por ejemplo, un niño nació con síndrome de Down y ahora la madre está embarazada).

La ansiedad se puede definir también como incertidumbre ante una situación de amenaza inespecífica que la persona vive como real. Si interfiere en la capacidad adaptativa, produciendo inseguridad y dificultando la relación con los demás, se considera una situación patológica que requiere ayuda profesional.

La vulnerabilidad (sensibilidad para que afecte) frente a la ansiedad está influenciada por la edad (madurez), el estado de salud, la predisposición genética o educacional y las experiencias pasadas.

Si se supera positivamente un hecho ansiógeno, la vulnerabilidad disminuye porque la experiencia de resolución positiva crea un “poso” que amaina la ansiedad. Los sistemas de apoyo, como la familia y los amigos, hacen que la persona sea menos vulnerable a situaciones de estrés.

Trastornos de Ansiedad

Cuando el control no ha sido posible, una susceptibilidad importante mantenida a lo largo del tiempo puede dar lugar a trastornos que no son fácilmente observables. La valoración debe realizarse de forma global, mesurada, pausada y con tiempo. La enfermera comunitaria es la más cercana a la vida de la persona. A través de las conductas verbales y no verbales, el paciente nos comunica aspectos que debemos tener en cuenta. Conductas verbales como la demanda continua a los servicios de salud, problemas de salud referidos por ella misma, situaciones de agresividad verbal y respuestas fisiológicas como diarrea, tensión muscular en espalda y cuello, sudor espontáneo, cefalea, temblores de manos, alteraciones del sueño, entre otras. La relación físico-psíquica es íntima, y un desequilibrio en uno de estos sistemas repercutirá en el otro. Esto se debe tener siempre presente, puesto que se trata de uno de los principales problemas de la comunidad. El bienestar debe ser biopsicosocial, con fluctuaciones de la salud en torno al estado medio óptimo. Para mejorar la salud, hay que trabajar también el campo psicológico, aumentando los potenciales y valores de la persona (por ejemplo, creencias religiosas, autosuperación).

Grados de Ansiedad

  • Leve: No es una patología. Aumenta el estado de alerta y mejora la capacidad de resolución de problemas.
  • Moderada: Aparece una preocupación inmediata, se reduce el campo perceptivo y no se es capaz de razonar ante sucesos naturales (fobias). Dificulta el aprendizaje y la atención es selectiva. La ansiedad es canalizada por medios comunes (por ejemplo, comerse las uñas o centrándose en los aspectos negativos de algo o alguien), pero puede llegar a ocasionar lesión. Son capaces de buscar ayuda para solucionar el problema (profesional o no).
  • Severa: Incapacidad de resolución de problemas. Precisa ayuda profesional con un plan de actividades claramente dirigido que no provoque dudas ni reflexiones innecesarias. Pueden llegar a ser incapaces de desarrollar sus actividades de la vida diaria. Aparecen conductas dirigidas a conseguir alivio (pararse, buscar ayuda, asistencia médica). Aún sigue siendo una persona consciente.
  • Pánico: Incapacidad de enfrentarse y solucionar la situación. Pérdida de desorientación, circunstancias, desasosiego, de control de impulsos (aumento de la actividad motora). Comienza a solicitar ayuda a personas que cree le pueden ayudar, haciéndolo con actividades compulsivas (caminar, dar vueltas). Tienen un nivel de miedo muy alto, con un descontrol absoluto del razonamiento e incapacidad de actuar de manera organizada.

*Dictadura de los débiles: Situación por la que personas, haciendo uso de su fragilidad, incapacidad o debilidad, imponen sus deseos sobre el resto (suele ser en el ámbito familiar).

Neurosis

Rasgos comunes con gran aflicción por el síntoma, percibiéndose la situación como intensamente molesta. El paciente es consciente y no pierde contacto con la realidad. En la exploración completa no hay causa orgánica que la justifique. A medida que se desarrolla, tiene unas ganancias (defensa contra la ansiedad, reducir el dolor emocional).

En la primera y segunda infancia, y en la primera adolescencia, si hay una baja estimulación, timidez y baja autoestima, aumenta la probabilidad de sufrir ansiedad.

  • El estado de ansiedad, al desarrollarse, provoca alivio si la persona consigue de otras una “atención extraordinaria” por los motivos neuróticos (refuerza la neurosis). Es frecuente en adolescentes y puede ser una recompensa objetiva (castigos, medidas de recuperación terapéutica o farmacológica) o subjetiva (ideas, fantasías).
  • Las personas pueden actuar defendiéndose de estos trastornos mediante apoyo médico, farmacológico y terapia psicológica.
  • Ante tics, realizar el mismo movimiento de forma consciente y cambiarlo o dominarlo con el tiempo; la actividad física; la búsqueda de apoyo, asegurando la fijación de objetivos a corto y medio plazo (excursiones, fiestas, ocio); y las técnicas de relajación (válidas para cualquier estado de ansiedad, aunque en el pánico o estado de angustia deberán ser sustituidas por la psicoterapia para buscar las razones subyacentes) pueden ayudar a mejorar la situación de ansiedad, siempre que la persona no esté muy colmada. De todos modos, si los casos no son muy graves, suelen tender a la solución espontánea.

Sistemas de Defensa Contra la Angustia

  • Mecanismos conscientes: Actividad física, técnicas de relajación positiva, apoyos (profesionales o no profesionales, como otras personas que hayan sufrido el problema).
  • Mecanismos inconscientes: El impulso de hacerlo es inconsciente. A veces pueden generar conductas inadaptadas, con una progresión nefasta y dañina para la salud del paciente.

Síntomas Comunes en la Clínica de la Neurosis por Ansiedad

  • Personas inquietas, dubitativas, hipocondríacas (incluso llegando a pasar por quirófano en múltiples ocasiones, demandando servicios médicos por alteraciones poco justificadas).
  • Manifiestan alteraciones de tipo sexual (impotencia principalmente, más llamativa en hombres que en mujeres).
  • Problemas de sueño (no corresponden a las alteraciones típicas de las depresiones), sino alteraciones de todo tipo, complejas y con diferentes manifestaciones.
  • Alteraciones alimentarias (astenia, impotencia), dejar de comer durante un tiempo o comer de forma ansiosa.
  • Trastornos de conducta, como consecuencia de todo lo anterior.

Neurosis de Angustia

Para que se dé, debe existir una neurosis de base (perfeccionismo, cuidar el vestido de manera minuciosa, etc.), un perfeccionismo exagerado de base. Cursa con un estado transitorio conocido como “estado inaugural”, que hace sospechar que se puede desarrollar una crisis de angustia. Cuando esta neurosis se presenta como crisis de angustia, debido a un acúmulo de estrés en un momento determinado, la persona “estalla” de forma súbita, produciéndose una crisis neurótica. Aparecen reacciones fisiológicas como disnea, dolor torácico, palpitaciones, sensación de ahogo, mareos, vértigos, parestesias y sudoración. En la crisis histérica, la persona puede perder el conocimiento y caer al suelo (en situaciones extremas, puede forzar esta pérdida de conocimiento para llamar la atención, produciéndose un sufrimiento intenso). A lo largo del proceso de la neurosis de angustia, observamos en las personas sentimientos de temor a la muerte, miedo a volverse loco, dificultad para integrarse en el grupo, lo que da lugar a una alteración de las relaciones sociales. La sintomatología está centrada en la propia persona y, en el proceso, no pierde el sentido de la realidad. Signos que orientan sobre el desarrollo de una posible crisis de ansiedad: cierta tensión motora, hiperactividad, hipervigilancia, dificultad de concentración, fatiga crónica y, en las situaciones sociales, se muestran con tensión (incómodas) y distraídas.

Neurosis Fóbica

Temor irracional persistente e intenso ligado a un objeto (ratón, cucaracha) o situaciones (examen). Deseo intenso de evitarlos. Tener en cuenta que no existe un peligro significativo. El objeto fóbico crea tanta angustia que se puede tener sensación de muerte inminente. Algunos ejemplos son: Aerofobia (fobia a las alturas), Agorafobia (espacios abiertos), Claustrofobia (espacios cerrados), Zoofobia (deseo irrefrenable de huir de los animales), Entomofobia (a los insectos), Nictofobia (a la oscuridad), Misofobia (suciedad) y Nasofobia (a la enfermedad). La persona es consciente de que lo que le pasa es absurdo, pero no lo puede evitar y lo pasa muy mal ante estas situaciones, ya que tiene que estar en un estado de alerta permanente para evitar las circunstancias fóbicas.

TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo)

Obsesiones recurrentes con un componente compulsivo. Las personas se sienten invadidas por pensamientos obsesivos y repugnantes. Es algo espontáneo y natural que ocurre en la vida diaria. Aparecen conductas rituales (el ejemplo más típico es el lavado de manos). Estas personas son rígidas y estereotipadas.

Neurosis Histérica

Dentro de ella se encuentra la histeria de conversión (situación irreal fruto de una fuerte impresión). El ataque epiléptico o comicial pueden entenderse como sinónimos; sin embargo, el epiléptico es considerado un ataque más estudiado. En el ataque histérico hay un mínimo daño y ocurre siempre en presencia de alguien. Arrancarse la ropa o tirarse de los pelos es lo más frecuente (no es tan frecuente la mordedura de la lengua). No hay pérdida del control de esfínteres. Pueden tardar en resolverse entre 10 y 15 minutos. A veces se les denominan crisis de histeria disociativa, en las que la persona verbaliza que tiene visiones terroríficas o amenazadoras para su vida, pero estas no son reales (disociación del pensamiento). Suelen desarrollar situaciones pueriles (infantiles) y muy teatrales para que los más cercanos se fijen en lo que está pasando. Es propio que personas inmaduras y con baja capacidad de frustración tengan tendencia a autoengañarse.

Depresión Neurótica

Se observa más la depresión, predominando sobre el estado de ansiedad. Esta neurosis de base empeora ante situaciones de fracaso social, pérdida de salud, pérdida de seres queridos, sintiéndose en ocasiones culpable de lo que está pasando. En ellas se producen trastornos del sueño, anorexia o bulimia y pérdida de peso (en ocasiones poco justificada), situaciones de llanto constante, cierta apatía y mal carácter, disminución de la actividad sexual y amenorrea. Se quejan de sequedad en la boca y estreñimiento. Manifiestan pesimismo. Se produce una autoagresividad en casos más avanzados, negativismo, incapacidad de ilusionarse y cefaleas. Se quejan permanentemente de palpitaciones.

Entradas relacionadas: