Conceptos Clave de la Historia Económica Española
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Liberalismo Económico
Doctrina que defiende la libertad individual, la propiedad privada y el libre desarrollo de la producción y el mercado. Según Adam Smith, el mercado se rige por leyes naturales que conducen a la riqueza y al equilibrio social. Estas leyes pueden verse alteradas por la intervención externa, por lo que el Estado debe limitarse a mantener el orden y la seguridad.
Marqués de la Ensenada
Zenón de Somodevilla y Bengoechea (1702-1781)
Político español que impulsó importantes reformas administrativas durante los reinados de Felipe V y Fernando VI. De origen hidalgo, ascendió socialmente gracias a sus servicios al Estado. Abordó reformas en la administración, la hacienda, el comercio de las Indias, la construcción naval y el Ejército.
Mayorazgo
Principio jurídico que regulaba la transmisión de la propiedad en familias nobles. El patrimonio territorial era heredado por el primogénito varón, quien debía legarlo igual o ampliado a su sucesor. Esto impedía la disgregación del territorio, creando una propiedad vinculada al linaje. Fue criticado en el siglo XVIII por frenar el crecimiento económico.
Mercantilismo
Doctrina económica que dominó los siglos XVII y XVIII. Se centraba en favorecer las exportaciones y evitar las importaciones. Consideraba el comercio como la principal fuente de riqueza y abogaba por una fuerte política proteccionista.
Regalismo
Doctrina jurídico-política que defiende la superioridad de la autoridad regia sobre la Iglesia. Busca crear una iglesia nacional vinculada a Roma en lo espiritual, pero sometida al poder real en lo temporal.
Consulados
Instituciones que agrupaban a la burguesía para defender sus intereses. Fueron utilizadas por los gobiernos para promover reformas económicas. Proliferaron tras los Decretos de Libre Comercio de 1765 y 1778. Destacaron los consulados de Bilbao, Barcelona, Valencia y Cádiz.
Decretos de Nueva Planta
Serie de decretos que suprimieron el gobierno propio de los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca y Cataluña. Fueron promulgados por Felipe V tras la Guerra de Sucesión. Respondían a la tendencia centralizadora del rey, que buscaba gobernar con leyes e instituciones uniformes.