El contexto cultural del siglo XVII y su influencia en Descartes
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Contexto cultural del siglo XVII
La Reforma Protestante
Desde el punto de vista cultural, el siglo XVII sufre las consecuencias de la Reforma Protestante. La reforma luterana no participa de los ideales del Renacimiento. Lutero no cree en la libertad ni en la dignidad humana. Como monje agustino, regresa a una concepción voluntarista de Dios, según la cual el hombre por sus medios no es capaz de elegir el bien. La teología luterana exalta los elementos negativos del hombre. La razón humana nada puede sin la ayuda divina.
Esta postura antirrenacentista contrasta con la que Lutero mantiene hacia las Sagradas Escrituras, cuyas lecturas propone siguiendo las más típicas tesis humanistas. Las Sagradas Escrituras son la fuente principal de información para el cristiano, y deben leerse sin ningún intermediario. Eso trajo consigo la pérdida de la autoridad pontificia. Es la teoría del libre examen.
La reacción católica no se hizo esperar, ya que se creó la Sagrada, Romana y Universal Inquisición con el fin de combatir a luteranos y calvinistas. Esta condena a Galileo y la nueva astronomía, mandando a la hoguera a G. Bruno y atemorizando a todos los pensadores de la época, incluido el mismo Descartes, cuyas obras fueron incluidas en el Índice de libros prohibidos.
En este contexto, el pensamiento de Descartes, muy crítico con la filosofía escolástica (que era la filosofía aceptada por la Iglesia católica) y que además negaba el principio de autoridad, fue mal recibido.
El Barroco
Otro elemento es el Barroco. Frente al equilibrio y a la armonía renacentistas, el Barroco exalta el exceso y la desmesura. La realidad se reduce a apariencia. La vida se representa como un sueño o como un teatro. Todo esto influye en Descartes, haciéndole desconfiar del conocimiento sensible, que es simple apariencia. Como los sentidos nos engañan con frecuencia, es necesario construir un conocimiento basado en la razón.
El Neoclasicismo y la Revolución Científica
También se da el Neoclasicismo. Aparece la Revolución Científica que se inicia con la astronomía. Había estado vigente una concepción del mundo de carácter geocéntrico. Copérnico la sustituye por otra heliocéntrica que se perfecciona y provoca la adhesión de Descartes, entre otros. La observación, que antes se dirigía al mundo sublunar, se generaliza. Las matemáticas, que se aplicaban al mundo supralunar, ahora también se aplican a la experiencia. Y estos son los dos integrantes que forman parte del nuevo método científico, cuyo creador fue Galileo.
De las tres fases que componen el nuevo método científico, conviene destacar la matematización, tanto por la intervención que ejerce sobre las otras dos, como por su influencia sobre Descartes. La gran aportación matemática de esta época es el desarrollo del álgebra. Es en la Edad Moderna cuando por fin el álgebra adquiere su propio lenguaje.