El Crack del 29: Origen, Desarrollo y Consecuencias de la Gran Depresión
Clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 4,17 KB
En 1928, los republicanos eligieron como presidente a Herbert Hoover. Se le consideraba el hombre que mejor podía garantizar el mantenimiento de la prosperidad alcanzada durante una década de gobierno republicano. Sin embargo, la realidad fue muy diferente.
El Jueves Negro y el Colapso de la Bolsa de Nueva York
El 24 de octubre de 1929, la Bolsa de Nueva York colapsó cuando más de 13 millones de títulos se pusieron a la venta sin posibilidad de ser absorbidos. El miedo invadió a los accionistas y las órdenes de venta inundaron la Bolsa, produciéndose un pánico que hundió sin compasión las cotizaciones de las empresas en pocas horas. Aunque los bancos, de manera coordinada, frenaron con sus compras la debacle, el 29 de octubre se expandió el efecto con la puesta en venta de 16,5 millones de acciones. Definitivamente, la Bolsa se había hundido con todas sus consecuencias.
Causas del Desplome Bursátil
La caída de la Bolsa provenía de la falsa relación de las cotizaciones con los niveles de producción. La especulación, facilitada por el acceso a dinero barato, sustituyó la inversión en productividad. El valor subía y cotizaba al alza sin un incremento real en la producción. Los beneficios obtenidos en poco tiempo eran cuantiosos y se reinvertían, facilitando el crédito a los agentes especuladores, quienes prometían intereses del 12% e incluso del 20%. Sin embargo, la subida de la Bolsa causó el abandono de las inversiones en infraestructuras, que habían sido el motor de la prosperidad estadounidense.
Consecuencias del Crack del 29
El crac final de un sistema frágil, que carecía de una autoridad monetaria, provocó una serie de quiebras en cadena que comprometieron la capacidad del crédito y la confianza de los depositantes. El atesoramiento del dinero causó el descenso del consumo, empujando a los vendedores a no renovar existencias, lo que a su vez obligó a los fabricantes a disminuir la producción y los costes. En 1929, la quiebra afectó a 22.909 empresas. El producto interior bruto norteamericano cayó en un 30% entre 1929 y 1933; la inversión privada, en un 90%; la producción industrial, en un 50%; los precios agrarios, en un 60%, y la renta media en un 36%. Unos 9000 bancos cerraron en esos mismos años.
Impacto en el Sector Agrícola
En el mundo rural, la caída de los precios se intensificó cuando el campesinado intentó aumentar la producción, hundiendo aún más los precios de los productos agrarios. El aumento de los costes, la ausencia de beneficios y la acumulación de las cosechas saturaron el mercado. La miseria en el campo fue más acuciante que en las grandes ciudades, y la exportación ya no resultaba ventajosa, con una Europa que se había recuperado y el desarrollo de un nacionalismo económico que impedía a los productos norteamericanos competir con ventaja.
Los agricultores representaban el 25% de la población estadounidense y vieron cómo se hundía el 70% de su capacidad adquisitiva. Para colmo, el arancel Hawley-Smoot de 1930 elevó en un 50% los derechos de importación, blindando el mercado de los productos europeos.
La guerra económica que sucedió eliminó toda esperanza de encontrar mercados libres para los productos agrarios estadounidenses. Los almacenes estaban llenos sin posibilidad de vender y los precios hundidos. Las expropiaciones de las granjas se multiplicaron y decenas de miles de personas tuvieron que abandonar sus casas en dirección a California para trabajar como temporeros.
La Expansión Internacional de la Crisis
La crisis no se limitó a Estados Unidos. La importancia de EE.UU. como país acreedor favoreció la extensión de la depresión económica. En 1929, la potencia estadounidense había exportado 7.400 millones de dólares que se sumaban a las inversiones ya realizadas en el continente europeo. Sin embargo, cuando apareció el espectro de la crisis, EE.UU. repatrió los capitales invertidos para hacer frente a sus propios accionistas. La repatriación descapitalizó amplios sectores económicos europeos y países especialmente dependientes del capital norteamericano, como Alemania o Austria, se vieron más afectados.