Crisis y Fin del Reinado de Isabel II: Descomposición del Sistema Isabelino (1856-1868)
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El Ocaso del Sistema Isabelino (1856-1868)
Los Gobiernos de la Unión Liberal (1856-1863)
La Unión Liberal, liderada por O'Donnell, buscó un equilibrio político entre moderados y progresistas. Esta etapa se caracterizó por una relativa estabilidad política y prosperidad económica. Se intentó revitalizar el parlamentarismo, aunque bajo control estatal, y se adoptó una política más tolerante con la oposición. A pesar del control de las elecciones, se permitía una minoría opositora en el Congreso para evitar sublevaciones.
El gobierno de la Unión Liberal llevó a cabo una política exterior activa para recuperar el prestigio internacional de España, fomentar la unidad nacional y satisfacer a sectores clave del ejército. Las principales acciones fueron:
- Expedición a Indochina (1858-1863): Realizada en colaboración con Francia, oficialmente para castigar la matanza de misioneros. Francia aprovechó la situación para iniciar la colonización de la zona.
- Intervención en México (1862): Junto con Francia y Gran Bretaña, se exigió el pago de deudas al gobierno mexicano.
- Campañas militares en Marruecos (1859-1860): Originadas por disputas fronterizas. Culminaron con el triunfo español, liderado por el general Prim, en las batallas de Tetuán y Castillejos. La Paz de Wad-Ras otorgó a España el territorio de Ifni y amplió Ceuta.
- Guerra del Pacífico contra Perú y Chile: Conflicto que se desarrolló durante este periodo.
En 1863, la coalición de la Unión Liberal se descompuso, perdiendo la estabilidad. O'Donnell dimitió y la reina Isabel II entregó el poder a los moderados.
Los Gobiernos Moderados (1863-1868)
Los moderados, con Narváez al frente del gobierno tras ganar las elecciones, restauraron los principios del moderantismo. Se impuso un gobierno autoritario, personalista, al margen de las Cortes y de los grupos políticos, y se ejerció una fuerte represión contra la oposición.
Progresistas y demócratas, marginados del poder, se sublevaron, acusando a la Corona de obstaculizar las instituciones y de instaurar un gobierno dictatorial. En 1866, los sargentos del cuartel de San Gil se pronunciaron, junto con progresistas y demócratas, provocando un levantamiento popular en Madrid. El levantamiento fue sofocado con 66 fusilamientos y numerosos prisioneros. Muchos unionistas se opusieron al gobierno, acercándose a los progresistas. O'Donnell se exilió a Gran Bretaña.
Las crisis de subsistencia de 1866, sumadas a la inestabilidad política, generaron un clima propicio para diversos pronunciamientos que buscaban un cambio radical en la situación política del país, preparando el terreno para la Revolución de 1868.