Cuentos fantasticos
Clasificado en Otras materias
Escrito el en español con un tamaño de 10,01 KB
Resumen La noche boca arriba
Un joven muchacho se apresuro a sacar la motocicleta del rincón donde el portero del hotel se la guardaba su idea era salir a dar un paseo en la joyería de la esquina vio la hora y eran las nueve menos diez pensó que llegaría con tiempo sobrado a donde iba, se subió a la moto saboreando el paseo recorrió gran parte de la ciudad, pero ahora entraba en la parte mas agradable del trayecto, una calle larga rodeada de árboles con poco trafico y muchos jardines de repente una mujer de cruza en su camino, tienen un accidente y el se destroza un brazo, pierde el sentido y de una cortadura en su ceja le goteaba sangre por toda la cara, al salir del desmayo se encuentra ingresando en un hospital. Lo han vendado y esta en una cama con fiebre en estado de sopor, como consecuencia del accidente y de los medicamentos, entonces, se adormece y tiene un sueño. Sueña curiosamente que es un indio mexicano de la época azteca, que esta perdido entre las ciénagas y se siente perseguido por una tribu enemiga que lo quieren sacrificar. Se despierta repetidas veces al principio aliviado pero luego confundido, las ultimas veces tratando de evitar esa pesadilla hasta que descubre que el sueño en verdad era la realidad.
La segunda pesadilla se intercala con la primera por que es el supuesto sueño. Describe un episodio de la guerra florida en donde un indio azteca es perseguido por una tribu enemiga, los Motecas huye y lucha por su vida, al final es capturado, atacado y arrastrado hacia la gran pirámide. Allí un sacerdote lo espera con un puñal para sacrificarlo ya que este era un rito del esta tribu.
Antes del fin el joven toma conciencia de la verdadera realidad, que su sueño, era real y que su realidad era su sueño. Alcanzo a cerrar otra vez los parpados, aunque ahora sabia que no iba a despertarse, que estaba despierto, que el sueño maravilloso había sido el otro absurdo como todos los sueños.
Personajes
Los personajes de Cortázar están en permanente cambio, y si no lo están desean estarlo; cambiar, viajar, pasar de un lugar a otro (el otro cielo), de un tiempo a otro (la noche boca arriba), para dejar de ser lo que son y poder ser otros en otro tiempo y en otro lugar."
Lo que quisimos evidenciar con esta cita es que los personajes luchan por ser otros. Entonces, nos vemos obligadas nuevamente a dividir las historias que se presentan para describir al personaje principal.
En la realidad: el personaje es un indio mexicano, fiel a su tribu y a las costumbres, poseía un amuleto que consideraba como su protector; lucha por su vida pero es superado por su destino; por lo tanto, podemos describirlo como un hombre valiente.
En el sueño: Es un hombre contemporáneo aparentemente normal, feliz, solidario porque lo primero que pensó luego del accidente fue en como se encontraba la mujer accidentada, responsable por que en su paseo conducía por la derecha y respetaba el semáforo y solitario ya que al principio estando en un hotel y luego en un hospital, no piensa ni es visitado por nadie. El hombre tenia un brazo roto, por lo que debieron enyesarlo y sufría de alta temperatura lo que supuestamente le causaba esas pesadillas y alucinaciones. También podemos considerarlo como un hombre observador porque miraba atentamente, en su recorrido las casas, los edificios y el paisaje y en un estadía en el hospital todos los objetos que los rodeaban como el vaso, la lámpara y a otros pacientes.
Existen personajes secundarios en ambas historias pero carecen de descripciones. Por lo tanto nos limitaremos a nombrarlos. En la realidad se evidencia al sacerdote que lleva a cabo el sacrificio, es decir la muerte del personaje y los indio pertenecientes a la tribu enemiga que llevaron a cabo la persecución y captura. En el sueño se nombra a la mujer que sufrió el accidente pero que no tenia mas que rasguños en la pierna; a 4 o 5 jóvenes que los sacaron debajo de la moto; al vigilante que lo acompaña al hospital; las enfermeras que lo atienden; un hombre de blanco, alto y delgado que podemos deducir que es el doctor y un paciente que se encontraba en la cama de al lado.
Descripción de Ambiente
Como en este cuento se desarrollan dos historias simultáneas, un sueño y una realidad, analizaremos cada una por separada.
Época: transcurre en la guerra florida, era costumbre de los aztecas proveer prisioneros para los sacrificios que les hacían a sus dioses, en este cuento el personaje principal es un indio mexicano perseguido por una tribu enemiga, los motecas.
En esta guerra en vez de matar a sus enemigos en batalla, tenían que capturarlos y llevarlos vivos a su capital, allí los sacerdotes los sacrificaban sobre una de sus pirámides, lo ponían en una piedra "boca arriba" y le quitaban el corazón con un puñal de piedra llamado el "tecpatl. Para los aztecas, la sangre de las victimas sacrificadas era importante por que proveía de energía para que el Sol cruzara el cielo. Así el mundo
Resumen: El milagro secreto
Jaromir Hladik, escritor judío nacido en Praga, es apresado por la Gestapo durante la invasión alemana a Checoslovaquia. Su asesinato por los cargos de difamación y propagación del nacionalismo judío, es programado para dentro de diez días, en forma de ejecución. Jaromir Hladik siente miedo, más que por la muerte, por la forma de ésta.
Transcurren los días y va pensando en aquello que hizo y aquello que no. Entonces recuerda su drama teatral inconcluso "Los enemigos". Drama que sabía de memoria hasta donde había llegado y que busca terminar mentalmente en su celda.
Los días pasan y él no llega al final de su drama, así que pide a Dios concederle el tiempo necesario para poder finalizarlo. La noche anterior a su ejecución sueña con una biblioteca inmensa, y con un Dios sin rostro que le responde que su deseo será concedido.
Hladík despierta y es llevado al patio de fusilamientos. Los soldados disparan, y antes de sentir la bala en su cuerpo todo se detiene. Entonces Jaromir se da cuenta que el tiempo ha sido detenido para todos menos para él. Que su mente sigue funcionando, y que le será posible terminar su obra de teatro. Trabaja por un año entero, con los soldados frente a él y la bala entre ambos; y cuando termina suena un grito ahogado y Hladík muere.
Clotilde Ifrán
Lloró todo el día por el traje de diablo que no le habían hecho. Faltaban tres días para Carnaval, la fecha de su cumpleaños. Su madre no tenía tiempo para ocuparse de esas cosas. —Buscate una modista. Ya tenés nueve años. Sos bastante grande para ocuparte de tus cosas. El canto de las chicharras, las flores de las catalpas con elocuencia señalaban el verano y el maravilloso misterio de las proximidades de Carnaval. Clemencia buscó la libreta vieja donde estaban anotados los números de teléfono. En la letra M encontró el número de una modista que había muerto hacía ocho años. Decía así: Clotilde Ifrán (la finada). Pensó: ¿Por qué no la voy a llamar?. Sin vacilar marcó el número. La atendieron en el acto. Interrogó: —¿Está Clotilde Ifrán?. La voz de Clotilde Ifrán respondió: —Soy yo. Con todos los pormenores de sus desventuras Clemencia explicó lo que le sucedía. Clotilde Ifrán con bondad la escuchó. Prometió buscar el género. Tenía las medidas de Clemencia. Recordó que no hacía un año le había hecho un vestido de fiesta. Iría a probarle el vestido al día siguiente, a la hora de la siesta. Clemencia no dijo nada: era la pequeña venganza que utilizaba en contra de su madre por no haberse ocupado del traje de diablo. Durante las horas que esperó a Clotilde Ifrán, Clemencia no comió ni durmió. Cuando llegó Clotilde Ifrán se sentía envejecida. No había nadie en la casa. Se hubiera dicho que los relojes se habían detenido. Clotilde Ifrán desenvolvió el traje, sacó las tijeras y los alfileres de su cartera, se enjugó la frente y, arrodillada frente al espejo, le probó el traje de diablo, que olía a aceite de ricino. Le quedaba muy bien, salvo los cuernos del gorro y las costuras del pantalón que en cinco minutos se podían corregir con unas puntadas. —¿Cuántas diabluras harás? —musitó la modista con una sonrisa distraída. Clemencia sintió una gran simpatía por Clotilde Ifrán y se echó en sus brazos. —Te llevaría conmigo a mi casa. Tengo bombones y una careta preciosa — exclamó con ternura—, pero tengo miedo que tu mamá no te dé permiso. —Tengo aquí la plata para pagarle la hechura —dijo Clemencia abriendo un monedero de material plástico—. —Es mi regalo de cumpleaños —respondió Clotilde Ifrán, al despedirse—. Una luz oscura resplandeció en sus ojos enormes. —Quiero irme con vos ahora mismo —protestó Clemencia—. No me dejes. —Vamos —dijo Clotilde—