Derechos de la Infancia y la Juventud: Evolución y Desafíos Actuales
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En 1989, la Asamblea General de la ONU adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño. Según esta convención, se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años. Los niños y, por lo tanto, los jóvenes son considerados personas y sujetos de derechos que pueden y deben expresar sus opiniones en los temas que los afecten. Sus opiniones deben ser escuchadas y tomadas en cuenta para la agenda política, económica o educativa de un país.
En Argentina, los jóvenes que hoy nacieron en democracia conocen las experiencias autoritarias que vivió nuestro país por referencias de sus mayores. Conocer sus derechos es una facultad, pero también una obligación.
Desarrollo de los Derechos Humanos
El desarrollo de los derechos humanos se dividió en cuatro etapas. Las dos primeras tuvieron lugar dentro de jurisdicciones locales o nacionales. Recordemos que la primera etapa de producción de leyes que reconocían derechos vino de la mano de las revoluciones, en especial la francesa, la inglesa y la de independencia de las colonias norteamericanas. Comenzaron a plasmarse en las normas escritas algunos derechos esenciales, pero solo a favor de grupos privilegiados de personas. Luego continuó la etapa de generalización, que se caracterizó por una expansión de reconocimientos de derechos.
Las dos últimas surgieron a instancias del derecho internacional contemporáneo. Hacia la mitad del siglo pasado, la conformación de la Organización de las Naciones Unidas puso en marcha el proceso de internacionalización de los derechos humanos, a partir del cual todos los derechos fundamentales fueron reconocidos por la comunidad universal a favor de todas las personas, sin distinciones ni restricciones de ningún tipo.
La Discriminación Legítima o Positiva
Todos conocemos situaciones en las que discriminamos o hemos sido discriminados, y sabemos bien que se trata de algo negativo. Discriminar significa olvidar que somos iguales en dignidad y utilizar nuestras diferencias legítimas, por ejemplo, el sexo, el color de piel y la forma de pensar.
La Discriminación que se Esconde en las Prácticas Sociales
Las leyes reconocen la igualdad de las personas, pero en muchos casos ello no es suficiente. Existen prácticas sociales discriminatorias que impiden que la igualdad y el ejercicio de los derechos sean una realidad cotidiana para muchas personas. Ejemplos: personas calificadas para hacer determinado trabajo que son rechazadas por su defecto físico, su edad o alguna discapacidad que no interferiría en las tareas, y otras por su tipo de vestimenta o el color de su piel.