Desarrollo infantil: impacto de los celos y la privación ambiental

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Celos

Los celos son un estado subjetivo en el que hay una sensación de malestar emocional y frustración al creer que ya no se es correspondido por las personas queridas, o al menos, como se necesita que lo quieran. Las causas pueden ser reales o imaginarias.

La respuesta del niño implica sentimientos de resentimiento hacia la persona que percibe como rival y suele provocar baja autoestima, miedo y conductas inadaptadas.

Son un estado que hay que superar. Si son circunstanciales y pasajeros, no tienen importancia. Si son duraderos y no desaparecen, hay que prestarles atención porque pueden conducir a un desarrollo anómalo de la personalidad, apareciendo síntomas como agresividad, inseguridad y regresión. Los indicadores pueden ser desde conductas disruptivas y agresivas hasta conductas de aislamiento.

Ante el nacimiento de un nuevo hermano, hay que implicarle lo más posible en el proceso y los preparativos, dejándole participar después en alguno de sus cuidados. Con la llegada del nuevo bebé, hay que procurar dedicarle al primer hijo algún tiempo en exclusiva y recordarle las ventajas de ser el hermano mayor, reaccionando con tranquilidad ante una conducta de celos, ya que es temporal y natural.

Deprivación ambiental y pertenencia a colectivo marginal

Es aquella que proviene de un medio con muchas carencias materiales, de hábitos de higiene, nutrición, afectivo-emocional o de interacción social. Afectan al niño en su ingreso a la escuela, donde presenta un déficit de partida determinante para su desarrollo cognitivo posterior, tanto o más que otras deficiencias o minusvalías reconocidas.

Categorías:

  • Niños de riesgo, donde la intervención debe ser fundamentalmente preventiva.
  • Niños inadaptados, donde la intervención tiene que ser de recuperación.

Causas:

  • Sociales: Ambientes marginados donde no hay infraestructuras y equipamiento básicos, o son muy pocos. Hay carencias económicas, alta conflictividad social y formas de subsistencia marginales.
  • Raciales: Por pertenencia a una minoría étnica. Hasta hace poco, eran los gitanos, que solían vivir en una marginación activa (defensa de tradiciones y culturas a la vez que mantienen una actitud defensiva ante lo que entienden siempre como racismo o discriminación de los payos) y otra pasiva (la no aceptación de su idiosincrasia por parte de los payos y la desconfianza permanente de estos ante sus formas de vida). Actualmente, inmigrantes ilegales, sudamericanos y del centro de África son este tipo de personas.
  • Familiar: Es aquí donde empieza el proceso de socialización e interiorización de valores.
    • Nulo nivel de estudios o analfabetismo.
    • Situación laboral inestable.
    • Negligencia de los padres para la protección y cuidados básicos de los niños.
    • Estructura familiar muy rígida, con roles de género muy estereotipados.
    • Malos tratos y abandono.

Todo ello genera niños inadaptados y automarginados en la escuela, ya que están poco estimulados. Se da también una baja autoestima y un autoconcepto académico negativo, ya que las expectativas familiares son muy pesimistas. Esto provoca también un alto grado de absentismo: no se valora lo que se aprende en la escuela, por lo que los padres no se preocupan si no va, y el niño no desarrolla motivación alguna a rendir en la escuela.

Desde el sistema educativo se debe promover la escolarización temprana de la población infantil en situación de privación ambiental. Uno de los recursos para compensar las desigualdades socioculturales es la escolarización temprana, que puede reparar esa desventaja inicial y dotar de los mismos recursos a estos niños que a los demás.

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