Descifrando Imágenes: Claves para una Lectura Objetiva y Subjetiva
Clasificado en Plástica y Educación Artística
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Las imágenes se pueden analizar y leer de varias formas. Nosotros vamos a hacerlo en dos planos: el de la lectura objetiva y el de la lectura subjetiva.
- Objetiva: es aquella que se refiere exclusivamente a los elementos y aspectos objetivables de la imagen, es decir, aquellos que están presentes independientemente del receptor que las observa.
- Subjetiva: son las reacciones de todo tipo que la imagen provoca o pretende provocar en el receptor que la observa.
Lectura Objetiva
- Aspectos globales: tamaño y formato, nivel de iconicidad, simplicidad/complejidad.
- Los signos básicos de la imagen: puntos, líneas y formas, la textura, la luz, el color, el encuadre, la composición (tipos, centros de interés y direcciones visuales).
- El tiempo.
- El texto y grafismos.
Lectura Subjetiva
- Percepción global de la imagen.
- Estereotipos sociales a los que responde la imagen.
- Reacciones vivenciales que se pretenden provocar en el espectador.
- El contexto comunicativo.
Finalidad y Valoración Global
- Finalidad de la imagen y medios expresivos utilizados.
- Conclusión: valoración del fenómeno comunicativo.
Elementos a Tener en Cuenta en una Imagen para su Lectura Objetiva
Todos esos elementos básicos que la generan y sus aspectos globales:
El Tamaño y el Formato
Ambos elementos tienen importancia e influencia sobre el resultado final de una imagen, aunque sean elementos que pasen más desapercibidos. Constituyen el marco de la imagen, lo que la separa y diferencia en el espacio.
El tamaño es un elemento de atención y condiciona la sensación del espectador ante determinada imagen. Ante una imagen de gran tamaño y un detalle muy amplio experimentamos una gran sorpresa. A veces el tamaño de la imagen es un elemento expresivo o un elemento de originalidad, se utiliza para impactar al espectador y para que este se detenga ante ella.
El formato se refiere a la forma que adquieren los límites exteriores de la imagen. El más habitual es el rectangular, pero en ocasiones nos encontramos con otras formas que cumplen funciones estéticas y significativas distintas. En una imagen rectangular las proporciones vienen dadas por la ratio, la relación entre sus lados verticales y horizontales. Y podemos encontrarnos:
- Horizontal corto que se aproxima al cuadrado 4:3.
- Horizontal largo, panorámico o cinemascope 16:9.
Ambos tienen su correspondencia en sentido vertical. Generalmente se puede decir que los formatos de ratio corta son fundamentalmente descriptivos, mientras que los de ratio largo favorecen la narración de situaciones y acciones, ya que tienen mayor número de direcciones de lectura. Además, independientemente de su ratio, los formatos verticales aportan equilibrio, elevación y espiritualidad, mientras que el horizontal aporta calma y estabilidad (paisaje y bodegones). El formato triangular da gran estabilidad a las formas situadas en su base y limita la expansión de las formas en la partes superior. El formato circular es envolvente y da sensación de movimiento, mientras que el formato cuadrado centra la visión y equilibra las tensiones visuales.
Iconicidad e Imágenes Simples y Complejas
Una imagen es simple cuando es fácil de interpretar, mientras que una compleja obliga al espectador a un mayor esfuerzo de lectura para comprender el significado evidente y el implícito. Una imagen no es más compleja porque tenga más o menos elementos.
Aspectos de la Complejidad
- El grado de complejidad: cuanto más icónica, más simple su lectura.
- Su valor económico, social, político, cultural o histórico.
La imagen compleja sugiere otros significados más allá de la representación visual evidente mediante la relación de los elementos con características culturales, históricas, sociales, estéticas, la relación de los elementos entre sí creando organizaciones perceptivas impactantes, o el uso de elementos anacrónicos en una misma imagen. Generalmente las imágenes simples son monosémicas, mientras que las complejas tienen distintos niveles de lectura y varios significados más o menos evidentes, son polisémicas. Estos distintos significados dependen del espectador con sus características, quien las interpreta.