Desigualdad de Género: Reproducción y Mecanismos Sociales

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La Reproducción de la Desigualdad de Género

Los antropólogos no se limitan a constatar la desigualdad y subordinación, sino también los mecanismos para la reproducción de la variedad de género. En las sociedades existe una mezcla de lo natural y lo biológico con lo social, con lo que es construido socialmente. Hay dos maneras de darse esto:

  1. La sociedad utiliza unos mecanismos para que los individuos asimilen la identidad y los roles de género.
  2. Los individuos seguimos unas pautas a través de las cuales interiorizamos esos patrones con lo que implica que nos transmite la sociedad.

Las sociedades relacionan lo biológico (sexo) con una serie de potencialidades y de límites, actitudes y actividades. Se considera y se clasifica en las sociedades algunas actividades como naturalmente femeninas y masculinas, y las sociedades valoran de manera diferente las actividades que se relacionan con lo masculino y las que se relacionan con lo femenino, incluso las sociedades valoran de forma distinta si las mismas actividades las hacen las mujeres o los hombres.

¿Cómo se Produce la Asimilación de los Roles de Género?

¿Cómo se produce la asimilación por parte de los individuos? ¿Qué proceso se sigue a través del cual se interioriza lo que es ser hombre o mujer? Hay tres planos o momentos:

1. Asignación de Género

En el momento de nacer, al identificar los genitales, la sociedad ya sabe y pone en marcha mecanismos para conseguir que ese niño o niña realicen tareas, jueguen y sean valorados de forma distinta. Es decir, lo biológico es el punto de partida.

2. Construcción de la Identidad de Género

Este proceso se inicia a partir del momento en el que se adquiere el lenguaje. Cuando se empieza a hablar, se empieza a distinguir entre papá y mamá, y entonces se divide el mundo. La identidad de género es anterior a la percepción de las diferencias biológicas. En esta construcción, el niño o la niña asumen que pertenecen al grupo femenino o masculino, y esto se convierte en un filtro por el que pasan todas sus experiencias.

3. Asignación de Roles

Según el sexo que se posee, se suponen una serie de deberes y obligaciones. En la asignación del rol, existe una diferencia entre las tareas que les corresponden a las mujeres y la de los hombres, y estas tareas no tienen la misma importancia social. Las mujeres tienen en las sociedades roles reproductores a un doble nivel:

a) En el orden biológico: dan a luz, alimentan, crían y cuidan a los niños. Las mujeres asumen tareas relacionadas con estas actividades y se supone que tienen unas capacidades distintas a las de los hombres. Por eso, se dice que son más intuitivas, emotivas, etc. Esto significa que en la mayor parte de las sociedades las mujeres se ocupan del cuidado de la casa y de las personas.

b) También tienen el papel de la reproducción social: estos roles consisten en la socialización, la educación de los niños y niñas, la transmisión de normas y creencias, y el mantenimiento de las redes de apoyo y familiares. Se consideran y valoran como tareas domésticas no productivas, no se contabilizan económicamente y, en muchos casos, no se asumen como trabajo. Esto implica que en la mayor parte de las sociedades las mujeres tienen reservado el ámbito de lo privado; lo que ocurre dentro de la casa es el dominio de la mujer.

En cambio, al hombre le corresponde lo que tiene que ver con el ámbito público. Los roles masculinos dan una visión del hombre como proveedor económico. También le corresponde el papel del protector de las mujeres y los niños, y el papel de ser el jefe del hogar.

De esto se desprende que a las mujeres se les asignan funciones distintas que a los hombres, y la valoración que se hace de lo que hacen las mujeres no es la misma que se tiene de lo que hacen los hombres. Se valora que las capacidades de las mujeres son inferiores que las de los hombres.

Lo que está claro es que a través de este proceso las niñas, desde muy pronto, introducen estas ideas de que ellas deben responsabilizarse del cuidado de los demás, pero también de que no es tan importante como lo que hacen los hombres, y de que el que manda en casa es el hombre.

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