El Despertar del Movimiento Obrero en España: De la Precariedad a la Lucha Ideológica

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El Movimiento Obrero en España

Introducción: La Situación Laboral en el Siglo XIX

  • Jornadas laborales extenuantes de 12 a 14 horas.
  • Explotación laboral de hombres, mujeres y niños.
  • Disciplina férrea en los centros de trabajo.
  • Salarios bajos e insuficientes.

Primeras Manifestaciones: Ludismo y Asociacionismo

El ludismo, como respuesta a la precaria situación laboral, se manifestó en la destrucción de máquinas. Algunos ejemplos incluyen:

  • Alcoy (1821)
  • Fábrica Bonaplata en Barcelona (1835)
  • Fábrica de tabacos en A Coruña (1857)

En la década de 1830-40, surgió el asociacionismo con la creación de sociedades de socorros mutuos para proteger a los trabajadores.

La primera huelga general tuvo lugar en 1855.

El Socialismo Utópico

Figuras destacadas del socialismo utópico en España fueron:

  • Joaquín Abreu (fourierismo)
  • Felipe Monlau (saint-simoniano)
  • Narciso Monturiol (cabetiano)

El Sexenio Democrático (1868-1874) y la Llegada de la Internacional

A partir de 1868, las ideas de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) se difundieron en España gracias a las mayores libertades del Sexenio Revolucionario, que reconoció la libertad de reunión y asociación.

El Documento 1 refleja la llamada de la AIT, desde su reunión en Ginebra, al proletariado español para unirse a la causa. Se menciona la expulsión de Isabel II tras la revolución de 1868 y se argumenta que la revolución política no es suficiente para cambiar la situación de los trabajadores, por lo que se les insta a unirse al movimiento obrero.

En 1868, Giuseppe Fanelli llegó a Madrid y Barcelona, creando los primeros núcleos de afiliados a la I Internacional. Destacaron figuras como Anselmo Lorenzo y Ramón Farga Pellicer. Fanelli difundió las ideas del anarquismo (destrucción del Estado, colectivización y apoliticismo) como si fueran las de la Internacional.

En 1870, se celebró el I Congreso de la Federación Regional Española de la AIT, que adoptó las ideas anarquistas de la huelga como arma de lucha, el apoliticismo y la revolución por la vía directa. Estas ideas se expandieron rápidamente entre el campesinado andaluz y el proletariado catalán.

En 1871, Paul Lafargue difundió las ideas marxistas en Madrid, formando un grupo con Francisco de Mora, José Mesa y Pablo Iglesias. Las discrepancias entre las corrientes anarquista y marxista llevaron a la expulsión del grupo marxista y a la formación de la Nueva Federación Madrileña, de carácter marxista pero minoritaria en el obrerismo español.

El internacionalismo tuvo su punto álgido durante la I República. El Documento 2 hace referencia al movimiento cantonalista, que buscaba la descentralización y la destrucción de los poderes autoritarios, reflejando las ideas del anarquismo: destrucción del Estado, colectivismo, asociaciones voluntarias y apoliticismo.

Tras las insurrecciones fallidas, el movimiento perdió fuerza y, en 1874, con la Restauración, fue declarado ilegal y perseguido.

El Auge del Anarquismo

En 1881, se creó la Federación de Trabajadores de la Región Española, de carácter anarquista, con fuerte implantación en Cataluña y Andalucía. A pesar de su labor reivindicativa, los desacuerdos internos y la constante represión llevaron a una parte del anarquismo a optar por la acción directa, organizando grupos autónomos revolucionarios para atentar contra los pilares del capitalismo: el Estado, la burguesía y la Iglesia.

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