De la Dictadura a la Democracia en España: El Proceso de Transición (1975-1982)
La Transición Democrática Española (1975-1982)
Entre 1975 y 1982, España experimentó un periodo crucial conocido como la Transición Democrática. Este proceso, que se inició tras la muerte de Francisco Franco, se caracterizó por los siguientes rasgos:
- Fue un proceso gradual, en el que los principales responsables políticos organizaron, por orden de prioridad, las tareas fundamentales: la desvinculación del sistema dictatorial, la constitución formal de la democracia, el control civil del ejército y la reforma económica.
- Se buscó un equilibrio entre la reforma y la ruptura, lo que permitió la desaparición de las instituciones franquistas sin recurrir a una ruptura revolucionaria.
- Fue posible gracias al consenso entre las fuerzas políticas y a la autolimitación de las élites políticas.
- Los cambios acordados por las fuerzas políticas fueron legitimados mediante consulta popular.
Como resultado, España se configuró como un Estado social y democrático de Derecho, adoptando la forma política de una monarquía parlamentaria.
Los Primeros Pasos: De la Muerte de Franco al Nombramiento de Suárez
El 20 de noviembre de 1975, se pusieron en marcha los mecanismos legales para garantizar la continuidad del régimen franquista en la figura de Juan Carlos de Borbón. El 21 de noviembre fue nombrado capitán general de los tres ejércitos y, el 22, fue proclamado rey de España ante el pleno de las Cortes españolas y del Consejo del Reino. El 27 de noviembre se realizó la ceremonia de coronación en la iglesia de los Jerónimos de Madrid.
Juan Carlos I inició su reinado tomando decisiones clave: mantuvo como presidente del Gobierno a Carlos Arias Navarro y nombró a Torcuato Fernández Miranda como presidente del Consejo del Reino y de las Cortes.
El primer gobierno de la Monarquía, presidido por Arias Navarro, desarrolló una política continuista, defendiendo la permanencia del modelo franquista con la concesión de algunos derechos.
La oposición democrática, sin embargo, exigía el restablecimiento de la democracia. Las diversas fuerzas de la oposición se fusionaron en la Coordinación Democrática, que redactó un programa asumido por la mayoría de los grupos políticos y sindicales.
Mientras el gobierno de Arias y el "búnker" franquista paralizaban cualquier intento de reforma, la conflictividad laboral fue en aumento. Las jornadas más trágicas se vivieron en Vitoria, con cinco muertos por la acción policial y cientos de heridos.
Paralelamente, el monarca realizó dos viajes: uno por España y otro por EE. UU., durante los cuales consolidó el apoyo internacional a sus ideas reformistas. Ante el inmovilismo del presidente Arias, las presiones del monarca hicieron que este presentase su dimisión el 1 de julio de 1976.
Adolfo Suárez y el Inicio de las Reformas
Tras aceptar la dimisión de Arias Navarro, el rey designó a Adolfo Suárez como nuevo presidente del Gobierno. Aunque inicialmente parecía representar la línea continuista del franquismo, las críticas recibidas por su nombramiento obligaron a Suárez a explicar al país sus objetivos de democratización.
Entre las medidas reformistas adoptadas por Suárez destacan:
- La renuncia de la Corona al privilegio de presentación de obispos.
- La aprobación de una amnistía para todos los presos políticos (excepto los terroristas).
- La ampliación de la tolerancia pública.
- Las negociaciones para legalizar las centrales sindicales y los partidos políticos.
- Las entrevistas selectivas con los líderes de la oposición política para conseguir el respaldo a la vía reformista.
Para hacer posibles estas reformas, Suárez tuvo que contar con la neutralidad de los militares. En septiembre de 1976, reunió a la cúpula militar y logró que aceptasen su proyecto de reforma, siempre y cuando no se legalizase el Partido Comunista.
En la oposición destacaron dos frentes: los grupos de extrema derecha, por un lado, y ETA y GRAPO, por otro.