Dieta y Nutrición en la Insuficiencia Renal

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Insuficiencia Renal: Adaptación Dietética

Constantes Biológicas Alteradas

  • Urea elevada: Procede del catabolismo de las proteínas, principalmente de la alimentación. También puede tener un origen endógeno si se está produciendo catabolismo proteico.
  • Creatinina elevada: Procede del metabolismo muscular. Se modifica poco con el tipo de alimentación.
  • Ácido úrico elevado: Procede del metabolismo de las nucleoproteínas-purinas.
  • Diuresis disminuida: Es la cantidad de orina en 24h. Con el empeoramiento de la función renal, se entra en oliguria y se producen edemas.
  • Aumento de Na y K por retención: El aumento de Na contribuye a la formación de edemas e induce a la HTA. El aumento de K en sangre es una situación grave que produce alteraciones cardíacas, pudiendo ser hiperpotasemias muy intensas.
  • Metabolismo fosfocálcico alterado: El calcio disminuye en sangre ya que existe dificultad en la reabsorción renal de Ca, manteniéndose su eliminación. El fósforo aumenta en sangre ya que la reabsorción renal de P es normal, pero se elimina con dificultad.
  • Proteinuria discreta: Propia de diversas nefropatías. Esto ocasiona hipoproteinemia, hipoalbuminemia y edemas. En el llamado síndrome nefrótico cobra una importancia mayor. Además, puede coexistir dislipemia y diabetes con hiperinsulinismo y aumento de la resistencia a la insulina.

Normas Dietéticas en la Insuficiencia Renal Avanzada

  • Energía: Se debe ingerir una dieta suficiente en energía. Si el paciente es obeso, tendrá una dieta hipocalórica moderada. Si se sigue con dieta hipocalórica, pueden agravarse algunos parámetros bioquímicos como hipercatabolismo, hiperpotasemia, hiperuricemia, aumento de urea y creatinina, y acidosis. HC en un 50-60% y lípidos un 35%.
  • Proteínas: Dieta hipoproteica moderada. La cantidad de proteínas diarias debe adecuarse a la función renal residual. Serán de alto valor biológico cuando la retención nitrogenada es considerable. Las cantidades indicadas son 0,6-0,7 g/kg/día.
  • Sodio: Restricción de Na. La cantidad de sodio se adaptará según el paciente, tras estudiar la capacidad de excreción, la tensión arterial y la presencia o no de edemas.
  • Potasio: Debe reducirse el potasio dietético limitando la cantidad de los alimentos ricos en él, sumergiéndolos en abundante agua o con doble cocción, ya que pierden K.
  • Agua: A menudo son necesarias dietas con limitación de agua, en especial en las oligoanurias o edemas.
  • Fósforo: El establecimiento de una dieta baja en fósforo es complicado por la riqueza de fósforo en la mayoría de los alimentos. También se usan fijadores de fósforo como el carbonato cálcico para eliminar por vía intestinal el fósforo de los alimentos.
  • Otros parámetros: Puede haber cambios dietéticos por hipertrigliceridemia, diabetes o hipercolesterolemia.

Dieta en el Síndrome Nefrótico

Cursa con proteinuria, hipoproteinemia, edemas, hipoalbuminemia e hipercolesterolemia. La dieta debe ser normocalórica, hiposódica, con restricción hídrica y aumento de proteínas. Deben aportarse unos 1,2 g/kg. Se reducirán los ácidos grasos saturados y el colesterol de la dieta para intentar disminuir la hipercolesterolemia.

Dieta en la Hemodiálisis

  • Energía: Dieta normoenergética adaptada a edad, talla y ejercicio físico. En caso de obesidad, la dieta será hipocalórica moderada. En ambos casos, para evitar catabolismo proteico.
  • Proteínas: Dietas normoproteicas.
  • Vitaminas: Administrar suplementos de vitaminas hidrosolubles para compensar la pérdida de líquidos en diálisis.
  • Aporte de K, P y Na: Debe disminuir.
  • Líquido: Debe controlarse de manera que el aumento de peso del paciente entre dos sesiones de hemodiálisis no sobrepase 1-1,5 kg.

Dieta en la Diálisis Peritoneal

Se utiliza una solución de glucosa que genera una diferencia de presión a los dos lados de la membrana. Pasan agua, iones (Na y K) y otras sustancias como sustancias de desecho (urea, ácido úrico, amoniaco, creatinina) a la cavidad peritoneal, desde donde son retirados. Este mecanismo es mayor al principio del intercambio y menor conforme se igualan las presiones y se absorbe glucosa. Este método ocasiona una absorción notable de glucosa (50-100 g más al día), por lo que de la cantidad de la misma que se calcula que se ha absorbido, el paciente, por día, deberá restarse del total diario de HC. Se seguirá una alimentación normal, pero con disminución de HC.

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