Dios y el alma Hume

Clasificado en Filosofía y ética

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Hume:¹Mundo,²Alma,³Dios:¹Tenemos una tendencia natural a creer en la existencia de cuerpos independientemente de nuestras percepciones.Esto equivale a decir que "creemos" que los objetos y las percepciones son una sola cosa, o que nuestras percepciones están causadas por los objetos, a los que reproducen fielmente, y que si bien las percepciones "nos pertenecen", los objetos están fuera de nosotros, pertenecíéndoles un tipo de existencia continuada e independiente de la nuestra.Hume dice que tal creencia se muestra enteramente infundada. En realidad, estamos "encerrados" en nuestras percepciones, y no podemos ir más allá de ellas, ya que son lo único que se muestra a nuestra mente. La creencia en la existencia independiente de los objetos externos la atribuye Hume a la imaginación, debido a la constancia y a la coherencia de las percepciones. No se puede justificar tal creencia apoyándose en los sentidos, ni apelando a la razón. No puede proceder de los sentidos, ya que éstos no nos ofrecen nada distinto de nuestras percepciones.²Según Hume, el alma no es un principio vital, es, como sustancia, principio de conocimiento, y goza de los atributos de simplicidad e inmaterialidad, representando finalmente la identidad personal. El yo o persona no consiste en ninguna impresión aislada, sino en todo aquello a lo que hacen referencia nuestras distintas impresiones se ideas.³Hume no reconoce validez alguna a las demostraciones metafísicas de la existencia de Dios, considerando que su existencia no es demostrable racionalmente. Según el ámbito de la experiencia, no tenemos experiencia alguna de la causa, de Dios o sustancia infinita, por lo que no podemos asegurar que haya conjunción necesaria alguna entre ésta y sus efectos, ya que nunca hemos podido observar esa conjunción en la experiencia. Hume argumenta sobre la observación de la existencia de un cierto orden en la naturaleza que infiere la existencia de un proyecto y, por lo tanto, de un agente, de una causa inteligente ordenadora. Finalmente afirma que no hay posibilidad alguna de demostrar la existencia de Dios, por lo que la afirmación de su existencia no es más que una hipótesis incierta e inútil.

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