Un Dios que ama a la humanidad
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En el AT descubrimos a un Dios que crea el mundo por amor y que es fiel al hombre y a la mujer.
La alianza de Dios con la humanidad se inaugura con Noé. Esta alianza da identidad al pueblo de Israel, que es educado en una alianza con toda la humanidad.
La alianza es una bendición, es una promesa de una vida en plenitud y el misterio de una presencia que guía. Es un compromiso de fidelidad hacia el amor de Dios.
Dios se da a conocer en la historia
Sella con Noé una Alianza para salvar a todos los seres vivos.
Llama a Abrahán para hacer de él padre de muchedumbre de pueblos y bendecir en él a todas las familias.
El pueblo de Israel, nacido de Abrahán, será su propiedad personal.
Dios se da a conocer a Moisés por su nombre. Yahvé significa yo soy. Libera a Israel de Egipto, sella una alianza en el Sinaí y da a su pueblo la Ley.
Los profetas anuncian que Dios establecerá una Alianza nueva y eterna.
Un amor que dura para siempre
Los Salmos están llenos de afirmaciones de cómo es el amor de Dios y cómo nos muestra su fidelidad. Dios es un padre que siente ternura por sus hijos y nos da la fidelidad de un amor que dura por siempre.
Un amor universal
El libro de Jonás nos enseña que el amor de Dios es universal.
Jonás recibe una misión y tiene que predicar la conversión de sus pecados en Nínive, pero Jonás huye. Jonás es salvado por Dios de morir ahogado y vuelve a Nínive arrepentido. Sus palabras consiguen que todos vuelvan al corazón de Dios.
Como el amor de un esposo
El profeta Oseas presenta a Dios como esposo, amante y fiel del pueblo de Israel.
El amor generoso y gratuito de Dios es una llamada a la conversión y a la esperanza.
Un amor que no olvida
En el libro de Esther descubrimos las penurias del pueblo de Israel durante el exilio. En este contexto, Dios nunca se olvida de su pueblo.
Cuando todo parece que está perdido, la intervención de Esther cambia el rumbo de la historia.
El pueblo inocente se libra del exterminio gracias a Esther, que confió en la fidelidad de Dios.
Un amor que da la vida
Ezequiel habla al pueblo en nombre de Dios. En sus visiones alienta la esperanza del regreso a Jerusalén. A pesar de todas las infidelidades del pueblo, Dios sigue fiel a la humanidad.
Es posible decir para siempre
Cuando hablamos de fidelidad, estamos hablando de libertad, de voluntad constante, de compromiso, de entrega, de amor y de eternidad.
La persona fiel es la que constantemente está afrontando las exigencias de su opción y reinventa nuevas respuestas.
Ser lo que somos en verdad
Una persona nunca debe renunciar a la coherencia de uno mismo.
Vivir y actuar de acuerdo con la propia conciencia, para ello la persona debe conocerse y aceptarse tal y como es. Cuando tienes que ceder en otras ideas es por un bien común, para adaptarse a la realidad y llegar a un consenso con otros, y tienes que sostener tu posición por la fidelidad a ti mismo.
La amistad como un tesoro
La amistad es uno de los tipos de amor más sublimes que existen. La fidelidad con los amigos se demuestra en gestos cotidianos.
Una entrega incondicional
Cuando una persona se enamora de alguien, desea compartir su vida con esa persona.
El deseo de vivir juntos, formar una familia y compartirlo todo es un camino lleno de felicidad y de exigencias.
A la atracción de los inicios debe seguirle la confianza y el conocimiento, la libertad y el respeto. La fidelidad es el amor que les une y exige adaptarse a cambios vitales.
Un proyecto de felicidad
El amor de Dios se convierte en camino de plenitud y felicidad. La persona creyente siente la intimidad y la profundidad de ese amor hacia ella.