Diversidad y Unificación del Español: Variedades Lingüísticas y Norma Culta

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La Lengua y sus Variedades Internas. La Norma Culta

La función principal del lenguaje es la comunicación. El lenguaje se define como la capacidad que poseemos los humanos para comunicarnos mediante un sistema de signos lingüísticos. Su realización concreta en una determinada comunidad se denomina lengua. La lengua o idioma es, por tanto, un código lingüístico común que utilizan los hablantes de una comunidad. Sin embargo, una lengua no es una estructura rígida, sino que, según las circunstancias comunicativas, el origen geográfico y sociocultural de los hablantes, se producen diversificaciones en su seno. Hay tres tipos de variedades lingüísticas:

1.1. Variedades Diatópicas o Geográficas

Son aquellas variedades relacionadas con el origen territorial del hablante, es decir, derivadas del lugar donde aprendió a hablar y donde reside habitualmente. Desde un punto de vista histórico, todas las lenguas son dialectos de las que proceden; pero también utilizamos el término dialecto para designar las variantes de una lengua. En relación con estos conceptos, también conviene aclarar el término lengua oficial: recibe el nombre de lengua oficial aquella que puede o debe ser utilizada en todo el territorio de un Estado, a todos los efectos y por todos los ciudadanos. En España, existe una lengua oficial común a toda la nación, el castellano, y otras lenguas que comparten con él la oficialidad (lenguas cooficiales) en sus respectivos territorios.

1.2. Variedades Diastráticas

También se denominan variedades sociales o niveles de lengua. Son las variedades debidas a diferencias sociales. Un factor fundamental es el grado de instrucción del hablante, pero también influyen otros aspectos como el sexo y la edad.

1.3. Variedades Diafásicas

Reciben también el nombre de variedades de estilo o de registro. Son las formas distintas de expresarnos según la situación comunicativa en que nos hallemos. El lugar, el tema tratado, la intención del discurso, el tipo de interlocutor, etc., hacen que, en cada momento, el hablante elija determinados usos y rechace otros.

2. Relación entre las Variedades

Las variedades diatópicas, diastráticas y diafásicas no son realidades independientes, sino modos distintos de enfocar la variedad lingüística. Es decir, cualquier mensaje lingüístico forma parte, a la vez, de una variedad dialectal –geográfica o social– y de un registro. He aquí un ejemplo de análisis de un fragmento de una conversación entre dos informáticos:

“Vaya, se ha vuelto a quedar…, el drivers debe tener algún bug. Hasle el salúo de los tres deos y empesemos de nuevo”.

Desde el punto de vista dialectal, el hablante emplea rasgos propios de un dialecto meridional actual del castellano (andaluz, canario…): aparece el seseo (pronunciación de s en vez de z), se pierde la –d– entre vocales (deo, por dedo; salúo, por saludo). Además, el texto refleja una variedad diastrática de jerga profesional, puesto que utiliza tecnicismos propios de la informática, por lo que resulta difícilmente comprensible para los no iniciados (drivers, bug). Desde el punto de vista del registro (variedad diafásica), utiliza formas propias del registro coloquial: muletillas (“vaya”), la frase inacabada (“se ha vuelto a quedar…”), la filtración de algún vulgarismo (confusión de la perífrasis de obligación “deber + infinitivo” con la de posibilidad “deber de + infinitivo”).

3. La Lengua Estándar. La Norma Lingüística

Hemos visto que el uso concreto que los hablantes hacen de una misma lengua es muy variado. La diversidad del uso lingüístico hace necesaria la existencia de una variedad estándar o común, que neutralice al máximo las diferencias lingüísticas entre los hablantes de una comunidad y que funcione como modelo de uso correcto de la lengua. Representa el modelo idóneo al que es lícito aspirar y tiene prestigio social.

Naturalmente, la norma cambia a lo largo del tiempo. Es establecida por ciertos organismos; en el caso del español, por la Real Academia Española en colaboración con las academias americanas y la de Filipinas. Suelen seguir el criterio literario (formas usadas por escritores prestigiosos) y el uso (formas usadas por la mayoría de los hablantes cultos).

La norma es, en gran medida, arbitraria (¿por qué es mejor “anduve” que “andé”?), pero necesaria, pues contribuye a la unidad de la lengua y, en definitiva, asegura la comunicación.

4. Las Variedades Diastráticas o Sociales: Los Niveles de Lengua (culto, vulgar y común. Jergas y argots)

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