El Dolor y la Dignidad Humana: Una Perspectiva Teológica
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El Origen del Dolor: La Libertad Humana
El origen del dolor se encuentra en la libertad humana. Gracias a esta libertad, el hombre puede elegir entre el bien y el mal. El hombre es un ser bueno que tiende al mal, y si elige este último, puede causar sufrimiento y dolor. Sin libertad, seríamos meros autómatas del bien.
Por otra parte, existen los dolores físicos, como las enfermedades, que solo tienen una explicación científica. Si Dios interviniera constantemente para evitarlos o curarlos, el mundo sería inestable y caótico. Es importante comprender que la existencia del mal es necesaria para la existencia del bien. Si solo existiera el mal, este no sería percibido como tal, sino como la norma.
¿Por Qué Dios Permite el Sufrimiento de los Buenos?
Dios no castiga a los buenos. El mal afecta a todos por igual. Si Dios hiciera milagros excepcionalmente con los buenos, estaría rompiendo el orden natural y las leyes que Él mismo impuso. A pesar de todo, los hombres buenos experimentan una felicidad duradera, a diferencia de la felicidad inmediata y efímera de los hombres maleados.
La Intervención Divina: Males Físicos y Libertad Humana
Si Dios evitara los males físicos, el mundo sería un espectáculo sin sentido, contrario a las leyes de la física y a la naturaleza misma. Por ejemplo, si alguien intentara saltar desde un rascacielos, una fuerza invisible se lo impediría. Esto no es natural. Además, estaríamos privados de nuestra libertad, pues no podríamos elegir saltar. Seríamos, en esencia, esclavos del bien.
Virtud como Señorío, Vicio como Esclavitud
El vicio es un trastorno en la armonía del hombre, una atadura que le quita su libertad y lo convierte en su esclavo. El vicio es fácil, pues el hombre tiende al mal, y la facilidad para caer en él dificulta evitarlo. La repetición del vicio lo convierte en un hábito pernicioso que anula la libertad. En cambio, la virtud implica el dominio de uno mismo, la capacidad de elegir el bien, apetezca o no. La práctica constante de la virtud la convierte en un hábito bueno.
El Mal Personal
- El mal es una acción individual, no colectiva.
- Cada persona elige libremente cometer el mal o no hacer nada para evitarlo.
- El mal es, por tanto, una responsabilidad personal.
El dolor, paradójicamente, puede unir a las personas, forjando lazos de amistad y cariño más fuertes y verdaderos. Además, nos hace más comprensivos, compasivos y sensibles.
El Sentido del Dolor
Para la persona que no cree, el dolor carece de sentido. Sin embargo, los cristianos encuentran en el dolor un medio de santificación y salvación. Jesucristo nos enseñó que a través del dolor se pueden hacer cosas buenas, y al experimentar el dolor, nos identificamos con Él. El dolor nos hace más comprensivos y sensibles hacia los demás, nos ayuda a entender mejor el sufrimiento ajeno desde una perspectiva personal, une a las personas, ayuda a madurar y nos impulsa a buscar las causas de las cosas.
El Fundamento de la Dignidad Humana
La dignidad humana implica que un individuo siente respeto por sí mismo y se valora, al mismo tiempo que es respetado y valorado por los demás. Esta dignidad es inherente a cada persona por el simple hecho de serlo. Todo hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, por lo que cada uno posee un valor absoluto en sí mismo. De esto se deduce que el fundamento de la dignidad humana es Dios.
La Diferencia entre el Hombre y los Animales
Lo que diferencia al hombre de los animales es su capacidad de elección y autodominio. El hombre, a diferencia del resto de los animales, actúa libremente. Esto implica que posee razón, lo que le permite discernir la bondad o maldad de sus actos, y es capaz de autodominarse. Por eso, es un ser capaz de preguntarse por el bien. La libertad, la racionalidad y la responsabilidad son las características que hacen especial a la persona humana y le otorgan una dignidad superior frente al resto de las criaturas. Un animal no es capaz de responder por sus actos, mientras que un hombre sí.