Dominando la Oratoria: Retórica, Historia y Figuras Clave

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La Retórica y la Oratoria: Fundamentos y Evolución

La oratoria es el arte de hablar bien y con elocuencia. Es también un instrumento persuasivo muy poderoso. La retórica, por otra parte, es la disciplina que establece las normas para elaborar un buen discurso y ser un buen orador. El origen de la oratoria como género literario se remonta a los sofistas griegos del siglo V a.C. En Roma se instauró con la República, cuando la fórmula de gobierno senatus populusque romanus estaba viva, cuando el pueblo participaba de la política estatal. Tener el don de la elocuencia y conocer los secretos del buen hablar ayudaban a triunfar en el mundo romano. Con la palabra podían abrirse todas las puertas; quien dominaba los resortes del lenguaje, quien se expresaba con precisión, claridad y belleza, tenía prácticamente garantizado el triunfo en el Senado, en el foro, en los tribunales e, incluso, en el campo de batalla, arengando al ejército. Por todo esto, el romano, de carácter pragmático, era partidario de los estudios de retórica, consciente del poder y del valor de la oratoria.

La Oratoria Preciceroniana

La oratoria anterior a Cicerón nos llega a través de su diálogo Brutus, en el cual traza una historia de la oratoria romana.

  • Las laudationes funebres: Fueron las primeras manifestaciones oratorias no escritas. Consistían en un discurso que, con motivo de los funerales de un personaje ilustre, pronunciaba uno de sus allegados o familiares. Se recorría en voz alta la vida del difunto, ensalzando siempre sus realizaciones y facetas positivas, primero en la esfera de su actividad pública y, después, en su vida privada. Ejemplos de este tipo de discursos fúnebres son el de Q. Fabio Máximo a la muerte de su hijo Quinto y la loa realizada por Q. Cecilio Metelo en el año 221 a.C. a la muerte de su padre.
  • Catón: Escribió y vivió con sobriedad y austeridad ejemplares. Era la conciencia moral de su tiempo; sus discursos llamaban a la sencillez y a la sobriedad. Le interesaba mucho más el contenido del discurso que la forma: rem tene, verba sequentur (domina el tema, las palabras vendrán detrás). Por encima de todo, defendía los mores maiorum como la verdadera guía de conducta de la sociedad.
  • Publio Cornelio Escipión: Compartió con Catón y con otros personajes de su círculo la preocupación por los valores morales de la sociedad, pero mientras que Catón se cerraba en banda a lo que venía de Grecia, Escipión y su entorno se mostraron totalmente abiertos y receptivos a ella. Escribió discursos elegantes, breves y sobrios, y mucho más elaborados que los de Catón. Su discurso más importante es el de Cicerón.

La Época de Cicerón

La época de Cicerón fue especialmente propicia para el ejercicio del discurso. La República estaba en un momento intenso, las tensiones entre partidos eran máximas. Por su parte, la poesía fue conociendo también unos niveles no logrados con anterioridad. Aparecieron varios personajes que preludiaron al irrepetible Cicerón: Aurelio Cota, P. Sulpicio Rufo, E. Licinio Calvo, Julio César. Cicerón fue testigo de cuatro enfrentamientos civiles: el de Mario contra Sila y el de César contra Pompeyo, la rebelión de Espartaco y la conjuración de Catilina. Fue defensor de la República y no vio con buenos ojos el triunfo de César. Después del asesinato de César, se apresuró a romper una lanza más por los ideales republicanos. Arremetió contra Marco Antonio, heredero en cierto modo de los ideales y las ambiciones de J. César, y le dedicó unas Filípicas que le costaron la vida.

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