Dones del Espíritu Santo y Devoción al Sagrado Corazón
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Dones del Espíritu Santo
Los dones del Espíritu Santo son:
- Sabiduría: Hace conocer el amor y la verdad de Dios.
- Entendimiento: Permite conocer la voluntad de Dios.
- Consejo: Capacita para ser dóciles al Espíritu Santo.
- Ciencia: Facilita discernir lo bueno de lo malo.
- Fortaleza: Da fuerza para sobrellevar las dificultades.
- Piedad: Ayuda a descubrir el amor de Dios y la manera de corresponderlo.
- Temor de Dios: Permite reconocernos pequeños ante la grandeza de Dios.
Carismas
La palabra carisma proviene del griego chárisma:
- Char: causa felicidad.
- Charis: concede gracia.
- Ma: resultado de la acción.
Un carisma es un don sobrenatural del Espíritu Santo para la edificación de la Iglesia. Estos dones se integran en la disposición natural de la persona y actúan en ella.
Según San Pablo
Los carismas son gracias esenciales que se distribuyen libremente entre los fieles de todo tipo, y los capacitan y disponen para asumir obras o funciones útiles para la renovación de la Iglesia.
Devoción al Sagrado Corazón de Jesús
La devoción al Sagrado Corazón ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió agua y sangre.
Al aparecérsele a Santa Margarita María de Alacoque, su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la que brotaba sangre y, en su interior, una cruz. Santa Margarita era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús, y Jesús tuvo un amor especial por ella.
Los actos esenciales de esta devoción son el amor y la reparación: amor por lo mucho que Él nos ama, y reparación por las injurias que recibe, sobre todo en lo Sagrado Eucarístico.
Congreso Eucarístico
Los Congresos Eucarísticos nacieron de una ferviente devoción a finales del siglo XIX, en Francia, queriendo desafiar la ignorancia e indiferencia relativas al misterio de la Eucaristía. El lema de los primeros congresos fue: "La salvación de la sociedad por medio de la Eucaristía".
Un congreso eucarístico debe considerarse, según el Ritual Romano, como un lugar, un espacio donde la Iglesia invita a otros de la misma región. El Papa convoca un congreso en la sede propuesta por el obispo.