Dostoievski: Vida y Análisis de 'El Jugador'

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La Evolución Literaria de Fiódor Dostoievski

En 1846, Fiódor Dostoievski publica Pobres gentes, una novela epistolar avalada por el poeta Nekrásov y el crítico literario Belinski. Esta obra le otorgó una fama ruidosa pero efímera. Sus siguientes trabajos, escritos entre 1846 y 1849, no tuvieron repercusión, sumiendo al autor en el olvido.

La publicación de Recuerdos de la casa de los muertos (1861) le devolvió la celebridad. Para Memorias del subsuelo (1864), también se inspiró en su experiencia siberiana.

En 1866, publicó El jugador y la primera de sus grandes novelas, Crimen y castigo, que lo consagró como uno de los mayores genios de su época. Posteriormente, escribió El idiota (1868) y Los endemoniados (1870), obras que le proporcionaron gran fama y la posibilidad de volver a Rusia, donde fue recibido con entusiasmo.

En este contexto, emprendió la redacción de Diario de un escritor, donde se erige como referente espiritual de Rusia y promueve un nacionalismo ruso articulado en torno a la fe ortodoxa, contrastando con el decadentismo de Europa occidental, por cuya cultura sentía profunda admiración.

En 1880, apareció Los hermanos Karamazov, considerada por el propio escritor su obra maestra. Esta novela condensa los temas más característicos de su literatura: agudos análisis psicológicos, la relación del hombre con Dios, la angustia moral del hombre moderno y las aporías de la libertad humana.

Análisis de El Jugador

El jugador explora la intensa pasión psicológica que lleva a un hombre a convertirse en jugador empedernido. Narrada en primera persona por Alexei Ivánovich, la novela nos permite observar el mundo que lo rodea y las pasiones de quienes lo tratan como un ser anónimo.

Cada personaje utiliza a Alexei como confidente. Las mujeres se dirigen a él como si fuera un ayudante de cámara, revelando no solo su cuerpo sino también su alma. Los hombres lo ven como un ser insignificante, sin peligro ni rivalidad.

De esta manera, Alexei informa al lector sobre la trama de la novela, que, aunque no es una historia extraordinaria, roza la caricatura de los amores imposibles de la época, donde el amor es más un fin en sí mismo que un sentimiento.

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