Economía y Naturaleza: Ambiental, Ecológica e Institucional
Clasificado en Francés
Escrito el en español con un tamaño de 4,06 KB
La Relación entre Economía y Naturaleza: Una Perspectiva Histórica y Conceptual
Ya en el siglo XIX (1848), John Stuart Mill ofrecía una visión crítica sobre el crecimiento económico y el estado estacionario:
“No puedo mirar al estado estacionario del capital y la riqueza con el disgusto que por el mismo manifiestan los economistas de la vieja escuela. Me inclino a creer que, en conjunto, sería un adelanto muy considerable sobre nuestra situación actual. Confirmo que no me gusta el ideal de vida que defienden aquellos que creen que el estado normal de los seres humanos es una lucha incesante por avanzar y que aplastar, dar codazos y pisar los talones al que va delante, característicos de la sociedad actual, constituyen el género de vida más deseable para la especie humana… No veo que haya motivo para congratularse de que personas que son ya más ricas de lo que nadie necesita ser, hayan doblado sus medios de consumir cosas que producen poco o ningún placer, excepto como representativas de riqueza… Sólo en los países más atrasados del mundo puede ser el aumento de la producción un asunto importante; en los más adelantados lo que se necesita desde el punto de vista económico es una mejor distribución …”
La Ruptura entre Economía y Naturaleza: El Enfoque Neoclásico
A finales del siglo XIX y principios del XX, los economistas neoclásicos separaron el razonamiento económico del medio físico. A diferencia de los fisiócratas, consideraban que los recursos naturales no formaban parte de la ciencia económica. Se instauró la idea de que tanto el trabajo como la Tierra podrían ser sustituidos por capital, considerado como el único factor limitante de la producción. Los neoclásicos, por tanto, descartaron la idea del “estado estacionario”, asumiendo que los recursos naturales eran sustituibles.
El Concepto de Valor Añadido y la Omisión de los Costes Ambientales
El concepto de producir se redujo a revender con beneficio, utilizando la expresión valor añadido (entendido como el beneficio obtenido entre el coste de producción y de venta del producto), sin considerar los costes ambientales ni los residuos generados. Ejemplos de este divorcio son:
- Una empresa minera que amplía su producción a costa de reducir las reservas de minerales.
- La construcción de nuevas edificaciones a costa de suelo fértil.
- Una empresa que produce a costa de generar contaminación atmosférica.
Bajo esta concepción, la naturaleza quedaba excluida del sistema económico.
Reconectando Economía y Naturaleza: Economía Ambiental, Ecológica e Institucional
Actualmente, se busca restablecer la conexión entre economía y naturaleza para lograr una producción físicamente sostenible. Para ello, han surgido la economía ambiental, la economía ecológica y la economía institucional.
Economía Ambiental
La economía ambiental aborda los problemas de gestión de la naturaleza como externalidades generadas por el sistema, utilizando planteamientos analíticos propios de la economía ordinaria. Busca determinar los precios, costes y beneficios reales o simulados, incluyendo al sistema natural, a diferencia del enfoque neoclásico. Sin embargo, presenta algunas críticas:
- La depreciación del capital natural se carga a los países exportadores y no a los consumidores.
- Existe una gran complejidad para estimar en términos monetarios el valor de los recursos naturales y su capacidad de ser sustituidos por otras formas de capital.
Economía Ecológica
La economía ecológica (también conocida como economía verde) considera los procesos económicos como parte integral de la naturaleza. Ejemplos de este enfoque son la ecología urbana, la agricultura ecológica y la ecología industrial.