El método genealógico
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NIETZSCHE: EL METODO GENEALÓGICO
Una buena parte de la obra de Nietzsche está dedicada a la crítica de la moral, al rechazo de que la moral es la instancia suprema desde la que juzgar cualquier aspecto de la existencia. Pero él pretende establecer una nueva moral.
Nietzsche engloba en la palabra “moral” a toda ideología (cristiana, kantiana, socialista, etc.) que enajena al hombre en virtud de un mandato divino, de la sociedad, de la conciencia, etc. A este tipo de moral la denomina moral de esclavos.
Según él, son débiles, los incapaces de asumir el carácter trágico de la vida y necesitan un transmundo en el que refugiarse; y son esclavos los que no son capaces de darse su propia norma de actuación y siguen sistemas gregarios de moral (la de las iglesias, la de los partidos, de la patria o del Estado), por eso a la moral de esclavos, la denomina también, moral de rebaño. Esa moral lleva a la decadencia, a la aniquilación de la voluntad del hombre, al nihilismo; y en el caso de la moral cristiana de la compasión, debilita la voluntad del individuo.
Nietzsche considera decadentes los valores morales y trata de explicar por qué estos valores de débiles, de esclavos, se han impuesto en el mundo occidental sobre los valores aristocráticos, de los fuertes:
Para el aristócrata, es bueno todo lo que refuerza el poder, la salud y la satisfacción. El cristianismo, sin embargo, condena todo lo que pretenece al mundo sensible: el placer, la satisfacción, etc. Pues para Nietzsche, el triunfo de los valores del cristianismo sobre los aristocráticos se produce por una inversión llevada a cabo por los sacerdotes.
El sacerdote es una mezcla de aristócrata y esclavo. Como aristócrara, quiere dominar, crear, pero su única forma de crear es negar lo que hay, por lo que se convierte en un ser resentido, un esclavo. Y como esclavo, condena el mundo sensible porque se siente a disgusto en él, por lo tanto consigue que se declare como bueno lo que el aristócrata consideraba malo. Consigue así destruir el mundo antiguo, y hacerse con el poder, debilitando a los hombres para dominarlos mejor.