El encuentro con Jesús: Un proyecto de vida cristiano

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El joven rico

En cierta ocasión, se acercó uno y le preguntó:

—Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para obtener la vida eterna?

Jesús le contestó:

—¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es bueno. Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.

Él le preguntó:

—¿Cuáles?

Jesús contestó:

—No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, ama a tu prójimo como a ti mismo.

El joven le dijo:

—Todo eso ya lo he cumplido. ¿Qué me falta aún?

Jesús le dijo:

—Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en los cielos. Luego ven y sígueme.

Al oír esto, el joven se fue muy triste porque poseía muchos bienes.

Jesús dijo a sus discípulos:

—Os lo aseguro, es difícil que un rico entre en el reino de los cielos. Os lo repito: le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.

Jesús, centro del proyecto de vida cristiano

Al igual que Zaqueo, el cristiano construye su proyecto de vida a partir del encuentro con Jesús, dando así sentido a su vida. En ese encuentro, el cristiano se siente amado y llamado a una vida nueva. El proyecto de vida cristiano es algo más que un ideal de valores buenos. El cristiano pretende, a lo largo de su vida, profundizar en la relación con Jesús y orientar sus decisiones desde esa relación. Como en el caso de Zaqueo, el cristiano, con la ayuda de la voluntad, desea ir abandonando en su vida todo aquello que no se corresponde con el mensaje de Jesús. Ese encuentro con Jesús se desarrolla desde la libertad, superando las presiones externas para decidir por uno mismo. De este modo, esa relación con Jesús, a lo largo de la vida, constituye el núcleo del proyecto de vida cristiano.

Un valor muy concreto

En el apartado anterior, hemos visto cómo Jesús constituye el centro del proyecto de vida del cristiano y cómo, además, nos dejó los valores para que el cristiano pueda orientar su vida. Entre esos valores del proyecto de vida cristiano, la consideración de la persona aparece como un valor inviolable. Jesús predicó ese valor, aunque no lo formuló con esas palabras. Los cristianos, a lo largo de la historia, han ido concretando una serie de valores que recogen la predicación de Jesús. Uno de esos valores centrales es la dignidad absoluta de cada una de las personas. Como sabemos, la importancia de cada persona se manifiesta ya desde el relato de la creación: si cada persona es imagen de Dios, única e irrepetible, no hay nada en la vida más importante que el respeto y el amor hacia las personas. Jesús, además, siempre defendió este valor. Por una parte, intentó liberar a cada una de las personas que se acercaban a él para que desarrollaran una nueva vida y, por otra, luchó contra todos aquellos poderes que se aprovechaban de las personas o las oprimían. Por eso, este valor es básico para el proyecto de vida cristiano: el respeto por la dignidad de la persona y la lucha contra cualquier forma de manipulación o de opresión ocupan un lugar central.

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