Escatología y Esperanza en la Tradición Cristiana
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El Ser Humano, el Futuro y la Esperanza
La tensión hacia el futuro nos lleva a hablar de “esperar”. Existe una actitud creyente ante el porvenir, ante el futuro: la esperanza, que es consustancial al ser humano. Reconstruir el temple de la esperanza corresponde a los creyentes cristianos, llamados a “dar razón de nuestra esperanza” de forma pública.
Escatología
Esta palabra proveniente del griego (escato-logos) expresa aquello que pertenece a lo último y definitivo; por tanto, coloca al ser humano ante el futuro absoluto y ante la esperanza.
La escatología es un área de la teología que elabora y articula sistemáticamente los contenidos de la esperanza cristiana. Reflexiona sobre el futuro aguardado por esta esperanza.
Habla de un fin de la historia que conduce a la plenitud de la vida, de la existencia. Y lo justifica porque acepta a un Ser Trascendente. Sin esta Realidad Trascendente no hay salvación para el presente.
Revelación Bíblica en el Antiguo Testamento y la Esperanza
Mundo extra-bíblico:
Entiende el tiempo de forma cíclica, sin principio ni fin y de manera recurrente. Lo antiguo se va repitiendo continuamente.
Cultura bíblica:
Se entiende el tiempo de forma lineal ascendente, con la posibilidad de abrirse a lo nuevo y no a lo “antiguo repetido”.
Esta manera de entender el tiempo y la historia sucede por:
La esperanza en la promesa de Dios
El tiempo habitado por la promesa de Dios se convierte en Historia. Y la historia es el espacio en el que se va cumpliendo la promesa de Dios; la historia va alojando en ella la esperanza. La esperanza en la promesa de Dios abre un futuro esperanzador y plenificador.
La fe en la creación
La fe en Dios Creador nos sitúa de cara al futuro, ya que Dios crea para salvar lo creado.
La esperanza bíblica tiene que ver con la salvación, que es un don de Dios. Aguardar con confianza lo naturalmente imposible. No hay esperanza sin confianza. La creación se entiende en cuanto enfocada al futuro. Dios crea por amor y el amor promete vida eterna. Dios es amor y crea por amor. La promesa y el Dios de la promesa coinciden.