Escultura Gótica: Evolución, Características y Estilos del Siglo XII al XVI

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Evolución de la Escultura Gótica: Del Siglo XII al XVI

La escultura gótica surge a mediados del siglo XII y se extiende hasta el primer tercio del siglo XVI. El escultor gótico se aleja de los convencionalismos que habían caracterizado las manifestaciones escultóricas del románico. El naturalismo, la humanización de la divinidad y una exposición clara y ordenada son las características esenciales de la escultura gótica.

Siglo XIII: Esplendor y Clasicismo

El siglo XIII representa la época de mayor esplendor de esta escultura en Francia. Se caracteriza por un cierto sabor clásico, con vestimentas sencillas y pliegues que caen con gran simplicidad. Sin embargo, a finales de este siglo, se buscan efectos más pintorescos. A la belleza ideal platónica, perseguida por los escultores del siglo XIII, se opone una corriente que sustituye la belleza abstracta por la real: es el arte del retrato.

Siglo XIV: Multiplicación de Pliegues y Sentimentalismo

Los plegados se multiplican en numerosos y pequeños pliegues sinuosos, a los que contribuyen las siluetas de las figuras, que se involucran en un movimiento gracioso. Las Vírgenes, al igual que el Crucificado en la cruz, se incurvan apoyándose sobre una pierna. A finales del siglo XIV, se impone un estilo originario de Borgoña, en el que el arte del retrato se perfecciona y las vestimentas pierden sus múltiples curvas caligráficas, transformándose en pliegues angulosos y quebrados. Se copian escenas de la vida real y la tendencia sentimental iniciada en el siglo XIV conduce a un profundo patetismo, siendo sus temas principales la Piedad y los Cristos sangrantes.

Relación con la Arquitectura

En cuanto a su disposición, la escultura gótica se encuentra subordinada a la arquitectura. Desaparecen las representaciones iconográficas en los capiteles, que son reemplazados por temas vegetales, directamente inspirados en la naturaleza. Las portadas de las catedrales, fundamentalmente las de los pies del templo y los brazos del crucero, constituyen los conjuntos más acabados de la escultura gótica. En ellos, se desarrollan los temas iconográficos con la máxima claridad compositiva. Estatuas de bulto redondo, apóstoles o profetas, se encuentran adosadas a jambas y maineles.

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