Escultura renacentista del siglo XV y XVI

Escultura del s. XV y XVI (características generales)

Recupera las formas clásicas grecorromanas (simetría, proporción, equilibrio, belleza, armonía, exaltación del ser humano, preferencia por el desnudo…).

Materiales: prefieren el mármol, siendo también importante el bronce, la madera pero menos, el barro cocido, mientras que en España destaca el uso de madera policromada.

Temas: cristianos, profanos, religiosos, mitológicos, etc.

Géneros: muy variados: el retrato, imágenes de culto (virgen, Jesús, destacando las piedades, que son la madre con su hijo muerto en las rodillas), preferencia por el dorado, importancia de la escultura funeraria porque el hombre es una figura muy importante en el Renacimiento y búsqueda de la buena fama y el recuerdo de sus hazañas en la posteridad.

Se ha independizado por completo de la arquitectura.

El relieve alcanza un enorme desarrollo, destacando dentro de él, el relieve pictórico que busca los mismos efectos que la pintura (profundidad, perspectiva, narratividad a través de la técnica “schiaccato”, que consiste en un relieve de poca profundidad, siendo en algunos casos prácticamente un grabado para dar todavía más profundidad, colocando a los personajes al comienzo para dar sensación de proximidad y mayor grabado).

Quatrocento

El centro artístico fundamentalmente fue Florencia, mezclando influencias del gótico tardío con los principios estéticos de la antigüedad. Utiliza mucho el estofado, que aparece sobre todo en España y consiste en dar a las esculturas de madera un fondo dorado aunque luego se pinte por encima. Los dos grandes autores son:

• Lorenzo Gilberto: es el primer gran autor del Renacimiento. Tardó 20 años en hacer las puertas del baptisterio en bronce dividido en paneles cuadrados en los que narra escenas del antiguo y nuevo testamento bajo la técnica del relieve pictórico, creando ilusión de profundidad, introduciendo por primera vez el paisaje en la escultura y juegos potentes de luces y sombras.
• Donatello: es la figura principal de este siglo que siempre trabaja en Florencia, creador de arquetipos del ser humano en sus distintas edades (infancia (cantoría de la catedral de Florencia Putti), adolescencia (David), juventud (San Jorge), madurez, vejez (Profeta Habacook)). El David está hecho de bronce representando la victoria de la inteligencia sobre la fuerza bruta. Nos presenta a un David adolescente con la curva praxiteliana, es sensual, blando (cuerpo sin formar del todo) donde la luz que resbala sobre el bronce le da unos matices muy marcados. Es una figura muy cerrada que compensa el brazo izquierdo en curva con la espada. Condottiero Gattamelata en un principio iba a ser funerario pero acabó siendo un retrato ecuestre público inspirado en el retrato ecuestre de Marco Aurelio. Es una composición bastante cerrada y estática donde el personaje presenta esa especie de serenidad propia de las obras griegas clásicas en la que se hace un perfecto estudio anatómico del caballo. Representa la etapa de la adultez.