España en el Siglo XVIII: De la Guerra de Sucesión a la Ilustración

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El Siglo XVIII en España: Reformas Borbónicas y Despotismo Ilustrado

La Guerra de Sucesión y el Ascenso de los Borbones

En 1700, la muerte de Carlos II, último rey de la casa de Austria, desencadenó la Guerra de Sucesión Española (1701-1714). El sucesor designado fue Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia. Sin embargo, su nombramiento no fue aceptado por todas las potencias europeas, lo que provocó un conflicto internacional. La guerra enfrentó a la casa de Borbón (apoyada por Castilla y Francia) contra la Gran Alianza (formada por Gran Bretaña, Holanda, Portugal y el Imperio Austríaco). El conflicto también tuvo una dimensión interna en España, con Aragón apoyando al candidato austriaco.

Las tropas de Felipe V lograron una victoria decisiva en la Batalla de Almansa en 1707, lo que les permitió ocupar Aragón. La guerra finalizó con el Tratado de Utrecht en 1713, que reconoció a Felipe V como rey de España. Este tratado marcó el inicio de la unión dinástica entre España y Francia a través de los Pactos de Familia.

Los Decretos de Nueva Planta y la Unificación del Reino

Felipe V unificó los reinos de Castilla y Aragón, imponiendo las mismas leyes, administración e instituciones. Entre 1707 y 1716, promulgó los Decretos de Nueva Planta, que abolieron los fueros e instituciones propias de los territorios de la Corona de Aragón.

El Reinado de Fernando VI y la Política de Neutralidad

Fernando VI, sucesor de Felipe V, inició un periodo de paz y neutralidad, distanciándose de Gran Bretaña. Durante su reinado, el Marqués de la Ensenada llevó a cabo el Catastro de Ensenada, un censo exhaustivo de las tierras, población y riqueza de Castilla. También se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País, con el objetivo de fomentar el desarrollo económico y social.

Carlos III y el Despotismo Ilustrado

El reinado de Carlos III se caracterizó por el Despotismo Ilustrado, una forma de gobierno que combinaba el absolutismo monárquico con las nuevas ideas de la Ilustración. Esta fórmula se basaba en una concepción más racional de la naturaleza del individuo y el "ius naturalismus", que defendía que el gobierno debía respetar los derechos, la libertad de desarrollo y la igualdad ante la ley. La felicidad se entendía en términos materialistas, ligada al progreso económico y material.

Carlos III, que había sido rey de Nápoles, trajo consigo ministros italianos que jugaron un papel destacado en la política española. La oposición a estos ministros culminó en el Motín de Esquilache en 1766.

Las Reformas Ilustradas

Un círculo de ilustrados, entre los que se encontraban el Conde de Floridablanca, Campomanes, Olavide, Jovellanos, Francisco Cabarrús y el Conde de Aranda, impulsó una serie de reformas:

  • Regalismo: Carlos III se preocupó por el poder de la Iglesia como institución. Se tomaron medidas políticas para subordinar la Iglesia al poder del Estado. En 1766, se expulsó a los jesuitas, que reconocían la autoridad del Papa por encima de la del monarca.
  • Política económica: Se declaró la honestidad de todas las profesiones.
  • Educación: Se reformaron los estudios universitarios y las enseñanzas medias, dando importancia a las Escuelas de Artes y Oficios. Se consideraba que la enseñanza era fundamental para el desarrollo económico.
  • Economía: Se suprimieron obstáculos y se limitó la influencia y el poder de sectores económicos privilegiados. En la agricultura, se incrementó la actividad. En el comercio, se adoptaron medidas liberalizadoras, como la Ley de Libre Circulación de Mercancías y Granos en 1765, que eliminó las tasas y provocó un aumento de los precios. Se impulsó el comercio americano, permitiendo la entrada de actores privados como la Compañía de Caracas. En la industria, se fomentaron las manufacturas.

Las Sociedades Económicas de Amigos del País

Las Sociedades Económicas de Amigos del País tenían dos objetivos principales: la difusión de las ideas ilustradas al servicio del poder y la preocupación por las cuestiones económicas. La primera de estas sociedades fue fundada en Azpeitia por el conde de Peñaflorida en 1765. En 1775, Campomanes fundó la Real Sociedad Económica Matritense.

El Siglo XVII en España: Crisis y Decadencia

Felipe III y el Valimiento

Felipe III introdujo la figura del valido. El Duque de Lerma, su primer valido, acumuló gran poder y riqueza. Su ambición precipitó su caída, tras haber trasladado la corte de Madrid a Valladolid para especular con terrenos. Fue sustituido por el Duque de Uceda. Durante el reinado de Felipe III, se produjo la expulsión de los moriscos en 1609.

Periodo de Paz Relativa

Los primeros años del siglo XVII se caracterizaron por una cierta paz. En 1604, se firmó el Tratado de Londres con Inglaterra, que puso fin a la guerra entre ambos países. También se alcanzó una paz relativa con las Provincias Unidas del Norte.

Felipe IV y el Conde-Duque de Olivares

Felipe IV nombró valido al Conde-Duque de Olivares, quien diseñó un proyecto para sacar a la monarquía de la crisis. Su objetivo era fomentar la solidaridad entre los reinos de la monarquía a través de la Unión de Armas, que buscaba una contribución equitativa al esfuerzo bélico, obligando a los reinos a aportar armas y hombres. Este proyecto fracasó.

Rebelión de Cataluña y Portugal (1640)

En 1640, Cataluña y Portugal se levantaron contra el rey. Los catalanes se oponían a la Unión de Armas, que consideraban un intento de centralización y un ataque a sus derechos. Buscaron el apoyo de Francia. La sublevación catalana se prolongó hasta 1659.

En Portugal, el proyecto de la Unión de Armas generó un gran malestar contra la monarquía de Felipe IV. Los portugueses se sentían ignorados, lo que alimentó un sentimiento nacionalista que culminó con la oposición a la Unión de Armas y la proclamación de su independencia.

Pérdida de la Hegemonía Europea

La derrota de la monarquía hispánica en la batalla de Rocroi frente a Francia en 1643 marcó el inicio de la hegemonía francesa en Europa. Desde Rocroi hasta 1659, la monarquía intentó revertir la situación, pero no lo consiguió. La Paz de los Pirineos (1659) selló la decadencia española y consolidó a Francia como nueva potencia continental. Como parte del acuerdo, Felipe IV casó a su hija con Luis XIV de Francia.

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