Esplendor del Arte Bizantino: Arquitectura, Mosaicos y Escultura

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El Esplendor del Arte Bizantino

Características Generales

Las manifestaciones artísticas bizantinas tienen en la arquitectura y el mosaico sus ejemplos más brillantes. Reciben sus principales influencias culturales de la Roma clásica, de las creencias cristianas y de las culturas griega y oriental. De esta diversidad cultural evocan la suntuosidad de las ceremonias litúrgicas, los escenarios imperiales y el afán de lujo y ostentación por parte de la familia real y su círculo cortesano.

El poder de los patriarcas de la Iglesia, así como de los grandes monasterios, poseedores de importantes reliquias y milagrosos iconos, originaron grandes peregrinaciones e influyeron mucho en el arte bizantino.

Arquitectura Bizantina

La arquitectura bizantina adecua los edificios al culto y a la liturgia religiosa, pasando de los austeros modelos tardorromanos a la luminosidad y la ligereza que aportan las plantas centralizadas cubiertas con cúpulas. En el interior, esta luminosidad se ve aumentada gracias a la decoración de mosaicos que decora tanto los muros laterales como las cúpulas.

Escultura Bizantina

En cuanto a la escultura, la producción artística bizantina elabora numerosos trabajos de orfebrería y, sobre todo, relieves en marfil, destinados a la glorificación del emperador.

Pintura Bizantina

El conjunto de artes pictóricas: pintura mural, pintura sobre madera y, sobre todo, mosaico, tuvieron una gran presencia en el arte bizantino. Su producción aparece casi en exclusividad vinculada al ámbito eclesiástico y religioso.

Evolución de la Arquitectura Bizantina

Posteriormente, la arquitectura se fue diferenciando cada vez más de las obras de la época anterior, experimentando la orientalización de sus técnicas y elementos constructivos. Esta influencia se hace evidente en el uso de grandes cúpulas que superan el estatismo al ser concebidas como un organismo dinámico. Un dinamismo que se logra gracias al uso de pechinas o de trompas que adecuan el espacio circular de la cúpula a las plantas centralizadas poligonales, como la planta octogonal de San Vital en Rávena, que poco a poco se van imponiendo a la arquitectura bizantina.

También es característico el gran volumen que adquirió la parte superior del capitel con la aparición de un elemento nuevo: el cimacio, que tenía forma de pirámide truncada e invertida y que, además de estar decorado con motivos ornamentales, aligera el paso del capitel.

Los exteriores de las iglesias bizantinas son de gran austeridad y están construidos con piedra y ladrillo sin decorar, porque los mármoles y estucos escaseaban. Sin embargo, los interiores presentan una gran riqueza decorativa al estar cubiertos con grandes mosaicos.

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