Evolución y Futuro de los Derechos Humanos: De la Libertad Religiosa a la Protección Ambiental y Genética
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La Evolución Continua de los Derechos Humanos
El camino hacia el reconocimiento pleno de los derechos humanos ha sido un proceso gradual y en constante evolución. Se avanza lentamente desde el reconocimiento de los derechos del ciudadano de un Estado al reconocimiento de los derechos del ciudadano del mundo, cuyo primer gran hito fue la Declaración Universal de Derechos Humanos. Este recorrido va desde el Derecho interno de los Estados, pasando por el Derecho entre los Estados, hasta llegar al Derecho cosmopolita.
Este proceso, ya irreversible, nos recuerda que los derechos humanos, por fundamentales que sean, son derechos históricos. Esto significa que nacen gradualmente, no todos a la vez ni para siempre, sino en circunstancias específicas, marcadas por luchas en defensa de nuevas libertades contra viejos poderes.
Nacimiento y Desarrollo de los Derechos
- La libertad religiosa surgió como consecuencia de las guerras de religión.
- Las libertades civiles nacieron de las luchas de los parlamentos contra los soberanos absolutos.
- La libertad política y los derechos sociales son fruto del nacimiento, crecimiento y madurez del movimiento de los trabajadores asalariados. Este movimiento también impulsó la protección del trabajo frente al paro y la creación de instrumentos primarios de instrucción para combatir el analfabetismo. Posteriormente, se promovió la asistencia para la invalidez y la vejez.
Estos últimos derechos se conocen como derechos de la segunda generación. Más recientemente, han surgido los llamados derechos de la tercera generación. Un ejemplo crucial es el derecho a vivir en un ambiente no contaminado.
Desafíos Futuros: La Cuarta Generación de Derechos
Actualmente, se vislumbran nuevas demandas que podrían considerarse parte de una cuarta generación de derechos. Estas demandas se relacionan con los efectos, cada vez más complejos, de la investigación biológica, que abre la puerta a la manipulación del patrimonio genético individual.
Los derechos no nacen todos al mismo tiempo. Nacen cuando deben o pueden nacer; cuando el aumento del poder del hombre sobre el hombre (que inevitablemente acompaña al progreso técnico y a la capacidad humana de dominar la naturaleza y a sus semejantes) crea nuevas amenazas a la libertad individual o, por el contrario, descubre nuevos remedios para su indigencia. Los derechos de la tercera generación, como el de vivir en un ambiente no contaminado, no habrían podido ser ni siquiera imaginados cuando se propusieron los de la primera generación.