Evolución de las Lenguas Peninsulares: Castellano, Catalán, Gallego y Euskera

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Variedades Históricas de las Lenguas Peninsulares

Los cambios lingüísticos no se deben solamente a evoluciones fonéticas, sino también a factores de índole social, política y cultural. De manera sintética, definiremos las grandes etapas de las lenguas peninsulares.

Castellano

Se pueden distinguir en su evolución tres etapas: el siglo XIII, el siglo XVI y el siglo XVIII, en que se producen reformas lingüísticas.

El Siglo XIII: Alfonso X, el Sabio

La obra de este rey permite establecer las características fonológico-gráficas, morfosintácticas y léxicas del castellano medieval. Las vacilaciones que entonces presentaban los textos romances son regularizadas, tomando como referencia el castellano hablado en la marca de Toledo, sobre todo en el nivel fonológico, partiendo de la idea del monarca de que la lengua de la administración debía ser el castellano y no el latín.

Siglos XVI y XVII (Español, no Castellano)

En esta época triunfan los fenómenos lingüísticos que ya habían aparecido en la Edad Media, gracias a la imposición de la norma de Burgos. El principal fenómeno fonológico es la aparición de los fonemas /x/ y /θ/ por el ensordecimiento de las parejas sorda/sonora de las fricativas prepalatales y de las africadas dentales (que además varían su punto de articulación). Este último proceso tuvo una solución distinta en el sur con la aparición del seseo y el ceceo. La aparición de corpus léxicos y de la Gramática de E. A. de Nebrija dan prueba del prestigio del castellano en esta época en que pasa a convertirse en la lengua del primer Estado moderno europeo y, por tanto, habríamos de designar como español.

El Siglo XVIII

La labor de normalización llevada a cabo por la RAE -fundada en 1713- con la publicación del Diccionario de Autoridades, la Ortografía y la Gramática castellana es comparable a la de Alfonso X.

Catalán

Los textos más antiguos son del siglo XII, aunque ya hay referencias a una lengua diferenciada del latín en el siglo IX y su origen se puede situar en el siglo VI. El catalán tiene elementos de sustrato vasco-ibérico e influencias diversas: árabes, occitanas y francesas. Su época de mayor esplendor se sitúa en los siglos XIV y XV. Durante los siglos XVII y XVIII atravesó por un periodo que se conoce como Decadència y en el siglo XIX la Renaixença produjo la recuperación del cultivo literario culto y la normalización de la lengua completada con las aportaciones de Pompeu Fabra (Normes ortogràfiques, 1913; Gramàtica catalana, 1918 y Diccionari de la Llengua Catalana, 1932), marco inicial de la consolidación de la lengua en el siglo XX.

Gallego

Durante los siglos XII y XIII fue una lengua -el gallego-portugués- de prestigio literario empleada en la lírica. En el siglo XV fue sustituida por el castellano, quedando reducida al ámbito oral y rural. En Portugal el romance inicial evolucionó convirtiéndose en el portugués. En la segunda mitad del siglo XIX el Romanticismo propició el renacimiento de la lengua gallega. La Academia de la Lengua Gallega se fundó en 1906. A partir de la década de los setenta se creó el Departamento de Filología Gallega convirtiéndose la lengua gallega en vehículo administrativo y literario.

Euskera

Es una lengua prerrománica, la más antigua de la península y de origen no latino y sin determinar aún. El territorio montañoso en que se hablaba euskera no fue romanizado. El castellano se fue convirtiendo en la lengua de la comunicación escrita, relegándose el euskera a la comunicación oral y rural. En los siglos XVI y XVII se usó en la literatura religiosa y en la literatura oral popular (bertsolaris), y de los siglos XVIII-XIX hay muestras de literatura popular. En 1976 el Estatuto de Autonomía del País Vasco reconoce la lengua vasca y la Real Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzaindia.

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