Evolución de la novela española desde los años 30 hasta los 70

Narrativa de los años 30 y exilio

Tiende a la rehumanización y el compromiso social. Ramón J. Sender (La tesis de Nancy) y Rosa Chacel (Barrio de maravillas) tratan el tema de la guerra.

Años 40, posguerra

No se puede enlazar con la narrativa de los años 30 que estaba prohibida por el franquismo. Muchos autores se han exiliado y la censura hace presión en la literatura. Aparece el tremendismo: temas humanos, difícil comunicación personal, situaciones duras, personajes marginados o violentos que se mueven en un espacio limitado, narración en primera persona y lenguaje duro.

Autores: Camilo José Cela (La familia de Pascual Duarte), Carmen Laforet (Nada), Miguel Delibes (La sombra del ciprés es alargada). Algunos rebasan los límites de los años 40. Se une Ana María Matute (Premio Cervantes). Todos reflejan el desolado mundo de la posguerra desde un punto de vista pesimista y existencial. 'La familia de Pascual Duarte' de Cela provoca polémica en el tremendismo al narrar lo más desagradable de una forma que parece creíble. Pascual narra su biografía para que entiendan cómo ha sido condenado a muerte. Lo publica en un momento de tanta censura porque Cela es un excombatiente franquista, es una novela muy desgarrada. Emplea humor negro y un tono burlesco, reflejando una visión deformada del mundo.

Años 50, novela social

España comienza a salir del aislamiento y se incorpora a algunos organismos internacionales. La narrativa empieza a centrarse en conflictos sociales y a denunciar lo injusto. Características: objetividad, desinterés del análisis psicológico de los personajes, sustitución de un protagonista por un personaje colectivo, mismo tiempo y espacio, lenguaje sencillo y claro que quiere reproducir el habla coloquial. Se refleja el proletariado y se retrata la burguesía superficial e insolidaria. A lo largo de la década, el realismo social se intensifica, alcanzando su cumbre en el 54. Tema: sociedad española, la dura vida del obrero. Estilo: sencillo tanto en lenguaje como en técnica, ya que quiere llegar a un público amplio. Autores: C.J. Cela (La Colmena), obra precursora de esta tendencia, y Rafael Sánchez (El Jarama).

Años 60, novela experimental

Decae el realismo social; busca nuevas técnicas y formas de expresión. Surgen autores europeos y americanos, triunfa la novela hispanoamericana; el argumento pasa a un segundo plano, lo que interesa es jugar con la forma del relato, el lector participa en la interpretación de la obra. Características: varios puntos de vista alternando diálogos, se incorpora la segunda persona, se emplea el estilo indirecto libre, el monólogo interior. Destrucción de la linealidad de la historia, el lenguaje a veces recupera juegos de palabras vanguardistas, estructura externa que se aleja de capítulos para interpretar secuencias, a veces ni se interrumpe. Estructura interna se emplea, por ejemplo, el contrapunto, se combinan historias o novelas sin desenlace. Autores: Luis Martín Santos (Tiempo de silencio), Miguel Delibes (Cinco horas con Mario/Los Santos Inocentes), Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa), C.J. Cela (San Camilo), Torrente Ballester (La saga/fuga de JB), una de las más renovadoras.

Años 70

Algunos autores practican la novela tradicional, pero abunda más la experimental, más atenta a la forma que al contenido. Existen distintos estilos y tendencias. En los últimos años de la década se tiende a escribir un tipo de novela dedicado a contar historias. Con la democracia llega el desencanto; temas policíacos, intriga, ficción. Autores: Eduardo Mendoza (La verdad sobre el caso Savolta) que marca el inicio de este nuevo giro, Antonio Muñoz Molina, Arturo Pérez Reverte y Manuel Vázquez Montalbán.