Evolución del Teatro Gallego: Desde el Costumbrismo hasta el Teatro Profesional
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El Teatro Gallego en la Década de 1940: Costumbrismo y Exilio
Durante la década de 1940, la presencia del teatro gallego dentro de Galicia se vio reducida a representaciones de piezas de tipo costumbrista por parte de grupos de carácter folclórico. Se retomaron las obras que figuraban en el repertorio de los coros. El exilio fue la única posibilidad de mantener una actividad teatral digna en lengua gallega. La figura de Varela Buxán fue muy importante como autor, productor y director. Fundó la Compañía Gallega Maruxa Villanueva, que representó en 1941 en Buenos Aires la obra de Castelao “Os vellos non deben de namorarse”, además de crear la obra “Taberna sen dono”. Luís Seoane también participó en esta labor con la fundación de la compañía Teatro Popular Galego y la obra teatral “A soldadeira”.
La Renovación Teatral en la Década de 1950: El Teatro de Cámara
En los años 50 se buscó otro tipo de teatro que se apartase del típico costumbrismo; así nació el llamado teatro de cámara. Se fundó el grupo Cantigas e Agarimos que representó, además de la obra maestra de Castelao anteriormente citada, “A revolta” de Marinhas del Valle. Fue muy importante la representación de la obra de Álvaro Cunqueiro “O incerto señor Don Hamlet, príncipe de Dinamarca” en 1959, la cual, a partir de la mitología escandinava, recrea el mito de Hamlet dándole nuevos valores. De este autor también es la obra “A noite vai coma un río”. Ambas obras se alejan de las típicas líneas del momento; a partir de ellas aparecerán otras que reelaborarán mitos de Galicia, dirigiéndose a un público más bien culto y derivando en el llamado teatro de reflexión.
La Década de 1960 y el Surgimiento del Teatro Independiente
A partir de los años 60 va surgiendo paulatinamente un teatro de aficionados que finalmente dará lugar al Teatro Independiente gallego. Como punto de partida está la fundación del grupo teatral O Facho en 1965, dirigido por Manuel Lourenzo. Este apuesta por un teatro íntegramente en gallego con la creación de dramaturgos gallegos. Manuel Lourenzo fundará también en A Coruña el Teatro Circo. Ambos estrenarán obras de autores clásicos y propias, ofreciendo a los actores la oportunidad de formarse como tales. En la misma línea de estos grupos destaca la compañía Auriense y Martín Codax. Autores representativos de esta etapa son Manuel María, creador de “A farsa de Bululú” y “Barriga verde”; y Daniel Cortezón, creador de “Prisciliano”. Las funciones del teatro en esta época son la reivindicación y el enfrentamiento de la situación; así, todas las nuevas ideas respecto del teatro se darán a conocer en las Mostras de Teatro de Ribadavia. En estas primeras muestras, celebradas hasta 1980, saldrán premiados Ruibal, por “Zardigot”, y Manuel María por “Farsas de Bululú”.
El Grupo Abrente y la Transición al Teatro Profesional
Muchas asociaciones culturales seguirán el ejemplo de estas muestras; de esta manera surgirá el llamado Grupo Abrente que aglutinará a autores como Manuel Lourenzo, Ruibal y Vidal Bolaño. Este último fue el promotor de un teatro profesional con obras como “Laudamuco”. En conclusión, el Grupo Abrente servirá como puente entre el Teatro Independiente y el teatro profesional; este primero evolucionará a partir de 1975 hacia el teatro puramente profesional. En este destaca el dramaturgo Vidal Bolaño.